Publicado en diario Expreso el 6 de mayo de 2022.
Quito era un poblado
indígena, que fue arrasado en la conquista del territorio por los europeos.
Sobre sus ruinas, ellos asentaron la villa de San Francisco de Quito el 6 de
diciembre de 1534. Según el historiador González Suárez: ‘El terreno en que fue
edificada por los españoles la ciudad de Quito, no es por cierto, ni el más
hermoso, ni el más cómodo; pero los conquistadores lo prefirieron a otros
mejores, como un excelente punto estratégico, para defenderse de los indios, que
les hacían la guerra sin treguas, en los primeros años de la conquista; pues,
como los españoles eran pocos y los indios muchísimos, se vieron obligados
aquellos a buscar un sitio que les presentara comodidad para la defensa contra
los ataques y acometidas de los indígenas, principalmente de noche’. Así, la
ubicación de Quito era adecuada para que los conquistadores resistan a los
indígenas. Su origen es como emplazamiento bélico, propio de los tiempos de la
conquista de un territorio.
Guayaquil era una
ciudad que se trasladó a la Costa para que sirva como puerto para Quito. En
1547, finalmente Guayaquil se ubicó en la cima de un cerro, a la vera de un río
grande con salida al océano Pacífico. Como Quito, Guayaquil se asentó en una
excelente ubicación para defenderse de los ataques de los indígenas… y de los
quiteños. Esto último (un posible ataque de los quiteños) fue lo que determinó
que Guayaquil se aleje de la ciudad de la que debía ser puerto.
Los ataques de los
indígenas habían destruido la ciudad en varias ocasiones (1536, 1537, 1542 y
1543) pero los traslados por la destrucción de la que sería Guayaquil siempre
ocurrieron en la margen oriental del río, del lado que era cercano a Quito (lógico,
siendo su puerto). Pero el último traslado de la ciudad, que la llevó a la cima
de un cerro, fue distinto: ocurrió por una guerra entre conquistadores e
implicó el traslado de la ciudad a la margen del río opuesta a Quito.
Esta guerra era entre los
conquistadores leales a la Corona de Castilla y los rebeldes, disputa que en
Guayaquil condujo al asesinato de tres rebeldes (el portugués Miguel de
Estacio, Alonso de Gutiérrez y el capitán Marmolejo) a fin de retomar la ciudad
para el rey Carlos I de Castilla. La posible venganza del rebelde Pedro de Puelles,
Teniente del Gobernador en Quito, motivó que se traslade la ciudad al otro lado
del río, para poner una dificultad adicional a la ejecución de la venganza de
los rebeldes quiteños, la que finalmente nunca ocurrió.
Benjamín Carrión habló
de Quito y ‘su alejamiento de los fáciles caminos del mundo’. En adición a este
alejamiento, Guayaquil, la ciudad que debía ser su puerto, se alejó de ella
poniendo un ancho río de por medio. Quito nunca pudo abrir un puerto por el
norte (lo intentó, sin suerte) y sólo la llegada del ferrocarril, en 1908,
permitiría un acercamiento efectivo entre estas ciudades.
Así, las que en el
curso de los años se convertirían en las ciudades más pobladas e importantes
del Ecuador, tanto política como económicamente, se fundaron en ubicaciones propicias
para la guerra de tiempos de conquista, pero pésimas para el desarrollo
económico y la prosperidad.
En el origen, se cocinó
un país con la receta para un desastre.
0 comentarios:
Publicar un comentario