Guayaquil en serio

31 de marzo de 2023

            Publicado en diario Expreso el 31 de marzo de 2023.

Diez años atrás, Guayaquil estaba ya advertida. El año 2013, un estudio que se publicó en la revista Nature comparó las pérdidas económicas de las 136 ciudades costeras del mundo que superan el millón de habitantes y la ubicó a Guayaquil como la tercera ciudad (después de Cantón en la China y Nueva Orleáns en los Estados Unidos) cuya economía sufrirá en una mayor medida por las inundaciones producto del cambio climático. Con un escenario conservador de la elevación del nivel del mar (apenas 20 cms.), las pérdidas de Guayaquil para el año 2050 se calculan superiores a los 3.000 millones de dólares. 

Por supuesto, si se adoptan medidas adecuadas y eficaces, el daño económico a la ciudad se podría atenuar de manera significativa. Pero si no se adoptan medidas, el informe del 2013 indica que ello “resultaría en pérdidas inaceptablemente altas” para la ciudad.

Cuatro años después, la Corporación Andina de Fomento (CAF) publicó el informe “Vulnerabilidad y adaptación al cambio climático en Guayaquil”. Este informe aterrizó las consecuencias de las inundaciones para la ciudad y encontró que existe en Guayaquil “un gran número de hot spots, es decir, complejos industriales, comerciales, educacionales y de salud, localizados en zonas a riesgo de inundación”. 

Para mitigar los daños, en este informe del 2017 los expertos le presentaron a las autoridades de Guayaquil una serie de medidas adecuadas y eficaces para enfrentar los efectos de las inundaciones (medidas para reforzar la capacidad adaptativa y medidas de adaptación verdes, híbridas y grises), con un nivel de detalle importante: la justificación de cada medida, su alcance, objetivos y finalidad, el potencial, los costos estimados y la duración prevista, además de un análisis de las oportunidades y barreras para su implementación.  

Pero pasaron seis años y dos administradores socialcristianos (Nebot y Viteri) y nada se hizo para cumplir con las medidas propuestas en el informe de los expertos de la CAF. 

Y peor que no haber hecho nada para adoptar las medidas de adaptación propuestas por los expertos de la CAF es que se haya implementado en Guayaquil, por tanto tiempo, el exacto contrario de lo que se debía hacer para prevenir las inundaciones. 

Por décadas, las administraciones municipales de Guayaquil (esto incluye, por supuesto, treinta años de socialcristianismo) han favorecido un crecimiento urbano horizontal, gris e impermeable, con tala del manglar y relleno de los esteros, sin árboles ni áreas verdes. Y esto fue así, claro, para beneficio del negocio de la construcción. Beneficio de unos pocos, perjuicios para la mayoría.

Una ciudad construida con este tamaño desprecio por la naturaleza hace que, cuando hay inundaciones, el agua se acumule y cause daño a las propiedades y a las personas. De no tomar medidas, estos daños serán cada vez más recurrentes e intensos. 

A punta de inconsciencia y codicia, Guayaquil es firme candidata a su auto-destrucción.

La nueva alcaldía de Aquiles Álvarez tiene la gran oportunidad de empezar a aplicar las recomendaciones de los expertos. Ha llegado el momento de tomar a Guayaquil en serio y de adoptar las medidas necesarias para garantizar la supervivencia de la ciudad. 

El patrón de Lasso

24 de marzo de 2023

            Publicado en diario Expreso el viernes 24 de marzo de 2023.

La derrota que encajó el Presidente Lasso tras la consulta popular del 5 de febrero de 2023 siguió un patrón. Antes de la emergencia de Guillermo Lasso como representante de la derecha ecuatoriana en la Presidencia de la República, desde el retorno a la democracia en 1979, dos gobernantes de derecha, ya desgastados en su popularidad, hicieron una consulta al pueblo. Fueron Febres-Cordero y Durán Ballén. Ambos perdieron. Lasso es el tercero de esta lista. 

El primero de junio de 1986, a mitad del período de León Febres-Cordero, el Presidente le preguntó a sus mandantes lo siguiente: “Compatriota: ¿Quiere usted que los ciudadanos independientes tengan pleno derecho a ser elegidos sin necesidad de estar afiliados a partido político alguno, confirmando así la igualdad de todos los ecuatorianos ante la ley?”. 

El asunto preguntado era un reclamo social de la época y fue redactado con un claro sesgo (“confirmando así la igualdad”). A pesar de ello, el Presidente Febres-Cordero sufrió una grosera derrota: el Sí obtuvo 781.409 votos (24.96%) mientras que el No obtuvo 1.779.697 votos (56.85%). 

El 26 de noviembre de 1995, a menos de un año de concluir el gobierno de Sixto Durán-Ballén, el Presidente le preguntó a sus mandantes sobre varios temas: descentralización, derecho a escoger el régimen de seguridad social, distribución equitativa de recursos, prohibición de paralizar servicios públicos, disolución constitucional del Congreso Nacional por el Presidente de la República, elecciones distritales y uninominales y período legislativo de cuatro años, elección del presidente del Congreso Nacional cada dos años, reestructuración de la Función Judicial, eliminación de privilegios en el sector público y creación del Tribunal Constitucional y su regulación. 

Fueron un total de once preguntas. En todas y cada una de ellas ganó el No. El Sí siempre se mantuvo en la franja del 30% de los votos, mientras que el No se mantuvo en la franja del 40% de los votos. Fue una derrota contundente.

Febres-Cordero y Durán-Ballén tenían una baja popularidad al momento de hacer las consultas populares en 1986 y 1995, que funcionaron como una evaluación al gobierno del Presidente postulante. Evaluación que perdieron.

Ese es el patrón que siguió la consulta popular de Guillermo Lasso el 5 de febrero de 2023. Un gobierno de derecha, con una baja popularidad (una encuesta comparativa publicada en estos días lo ubica a Guillermo Lasso como el Presidente peor evaluado de América latina, con el 17% de aceptación a su gestión), que convocó a una consulta popular para legitimar su actuación en el resto del período. Ocho preguntas el Presidente presentó, en todas las ocho preguntas perdió. Aunque muchas eran preguntas tentadoras: tal es el tamaño del desafecto popular a la gestión presidencial.

En el Ecuador, desde 1979, se han convocado un total de doce consultas populares. Éstas tres, de Febres-Cordero, Durán-Ballén y Lasso, son las únicas que el pueblo ha negado.

En el caso de Lasso, esta derrota lo coloca a él en la situación de gobernar por más de dos años, sin apoyo del arco político y sin respaldo popular. 

Una posición difícil de afrontar, más parecida a languidecer que a gobernar.

Urbina y Flores

17 de marzo de 2023

            Publicado en diario Expreso el 17 de marzo de 2023.

Cuando en 1830 se segregó el Distrito del Sur de la República de Colombia para conformar el Estado del Ecuador, su primer presidente, el general venezolano Juan José Flores, lo comisionó al teniente José María Urbina para justificar frente al general Simón Bolívar la novedad de la segregación del Sur. El Libertador respondió a Flores en una carta fechada 9 de noviembre de 1830, en la que insertó este vaticinio: “Esté V. cierto, mi querido General, que V. y esos Jefes del Norte van a ser echados de ese país”.

Casi quince años después, cuando el 6 de marzo de 1845 estalló en Guayaquil una revolución nacionalista para sacarlo a Flores de la Presidencia de la República que ejercía desde 1839, José María Urbina era coronel y Gobernador de la provincia de Manabí. Por el Pronunciamiento de Portoviejo del 17 de marzo de 1845, las fuerzas de Urbina plegaron a los revolucionarios. El 22 de marzo, lo recompensaron: Urbina fue ascendido a General. 

Urbina, el hombre que le había transmitido a Bolívar la decisión de independizar el Sur, contribuyó a que el vaticinio de Bolívar se cumpla. Flores abandonó el Ecuador el 24 de junio de 1845.

El resto de años que Urbina y Flores compartieron en el planeta (un total de 19), ellos fueron enemigos. Urbina justificó su golpe de Estado en 1851 contra el presidente Diego Noboa (ungido, a su vez, por otro golpe de Estado en 1850) en el supuesto floreanismo del  presidente. Urbina repelió con éxito a Flores en 1852, cuando Flores intentó una invasión por el Sur del Ecuador.

Pero finalmente Flores cumplió su anhelo de volver al Ecuador, cuando en 1860 lo convocó el guayaquileño Gabriel García Moreno para encabezar el ejército que debía eliminar a la facción guayaquileña de la disputa por el poder en una de las tantas guerras civiles de este país. 

Y la eliminó, y Flores se convirtió en el Presidente de la Asamblea Constitucional de 1861. Ella nombró Presidente a García Moreno y aprobó la séptima Constitución del Estado (que duró ocho años y un período completo de gobierno) y entonces se volteó la tortilla: ahora era Urbina el exiliado que quería invadir el Ecuador y era Flores quien lo repelía.

En septiembre de 1864, fuerzas de Urbina invadieron por el Sur y Flores, todavía jefe militar pero ya muy disminuido en su salud, salió a enfrentarlas. Fueron sus últimos arrestos. Flores murió el 1 de octubre de 1864, abordo del vapor Smirk, en los alrededores de la isla Puná. 

Urbina sobrevivió a Flores por muchos años. Y también pudo volver: tras el magnicidio de García Moreno en 1875, Urbina regresó al Ecuador a inicios de 1876 y luego apoyó el golpe de Estado del general Ignacio de Veintemilla, que empezó el 8 septiembre de 1876. Triunfó en la decisiva batalla de Galte y se convirtió en el Presidente de la Asamblea Constitucional de 1878. Ella nombró Presidente a Veintemilla y aprobó la novena Constitución (que duró seis años y un único período presidencial interrumpido por el auto-golpe de Estado del presidente). 

Urbina fue un aliado del gobierno de Veintemilla, pero tras ese auto-golpe de Estado en marzo de 1882, se desilusionó y se retiró de la cosa pública.

José María Urbina murió en Guayaquil el 4 de septiembre de 1891.

Olmedo postrero

10 de marzo de 2023

            Publicado en diario Expreso el viernes 10 de marzo de 2023.

Antes de que exista el Estado del Ecuador, el guayaquileño José Joaquín de Olmedo había sido diputado constitucional en España en 1811-1812, en Perú en 1823, y en Guayaquil. En este último territorio, cuando se independizó de España en octubre de 1820, él fue su primer jefe civil de gobierno y (salvo por un breve paréntesis) gobernó el territorio como su máxima autoridad hasta que el militar venezolano Simón Bolívar, manu militari, sometió a Guayaquil al régimen colombiano en julio de 1822. 

Mientras gobernaba Guayaquil, el 18 de octubre de 1821, el líder civil Olmedo le escribió al militar venezolano Antonio José de Sucre, quien había sido el enviado por Simón Bolívar para lograr la independencia de los territorios del Sur de Colombia todavía sujetos a España: “Mis males crecen cada día, y ya necesito no sólo de reposo, sino de inacción por algunos meses para restablecerme. (…) Yo no he nacido para este puesto: el retiro, la soledad y la comunicación con las musas eran convenientes a mi genio y carácter; mandar, regir, moderar un pueblo y en revolución no es para mis fuerzas intelectuales y físicas”.

En 1830 y en Riobamba, Olmedo volvió a participar en una Asamblea que creó una Constitución. Olmedo fue diputado, parte de la comisión de redacción y Vicepresidente de esta Asamblea, que creó el Estado del Ecuador (Estado que, torpe e ilusoriamente, se quería confederado en la República de Colombia). En esta Asamblea, a Olmedo lo eligieron Vicepresidente del Estado. En 1831, Olmedo renunció a ese cargo. 

El desenlace de la batalla de Miñarica en enero de 1835 lo conminó a Olmedo a la poesía (con la composición de la “Oda a Miñarica” en homenaje al militar venezolano Juan José Flores) y a participar en una Asamblea que creó una Constitución, esta vez en Ambato. Olmedo fue designado Presidente de esta Asamblea. Ella redactó la Constitución que creó la República del Ecuador (ya sin la torpeza de pensarse como parte de una ilusoria República de Colombia) y nombró como primer Presidente de la naciente República al guayaquileño Vicente Rocafuerte.

En marzo de 1845, una revolución que se gestó en Guayaquil lo tuvo a Olmedo como triunviro de un gobierno provisional, que gobernó el Ecuador en conflicto con el Presidente Juan José Flores hasta que se concretó la salida de Flores del país, en junio de ese año. Este triunvirato gobernó hasta la entrega del poder en diciembre de 1845 a una Asamblea reunida en Cuenca. 

Olmedo fue entonces, por última vez, diputado a una Asamblea que creó una Constitución. Para esta época, José Joaquín de Olmedo estaba desencantado de la política ecuatoriana, pues se preguntaba con desdén en carta dirigida a un pariente: “¿Qué significarán estos nombres, patria, libertad, derechos del pueblo, convención, etc.?”.

Y unos días antes de morir, en carta del 31 de enero de 1847 dirigida a Andrés Bello, Olmedo le manifestó una crítica acerba sobre Simón Bolívar, quien había ocupado Guayaquil en 1822. De Bolívar, él dijo, “nos libró del yugo español, y nos dejó todos los desastres de las revoluciones”.

En esos días postreros debió pensar Olmedo que el joven Ecuador ejemplarizaba todos esos desastres. Murió casi enseguida, el 19 de febrero.  

La loca historia de Valdivieso

3 de marzo de 2023

            Publicado en diario Expreso el viernes 3 de marzo de 2023.

El perdedor en la batalla de Miñarica que saldó la primera guerra civil ecuatoriana fue el jefe supremo José Félix Valdivieso. Diez años después, Valdivieso volvió a perder.

Mientras fuimos el Estado del Ecuador, durante la primera presidencia de Juan José Flores (1830-1834), José Félix Valdivieso empezó siendo el “Ministro de Estado” del Ecuador, el único ministro a cargo de un despacho dividido en dos secciones: de gobierno interior y exterior, y de hacienda. Valdivieso terminó desafiando la presidencia de Flores, tras declararse jefe supremo del Ecuador en Ibarra el 12 de junio de 1834. En Quito se lo declaró jefe supremo el 13 de julio, y en Cuenca el 25 de agosto. Cuando el Presidente Flores concluyó su período de gobierno el 10 de septiembre de 1834, sólo gobernaba en parte de la provincia de Guayaquil.

Guayaquil no más: Flores se alió con el guayaquileño Vicente Rocafuerte para enfrentar a Valdivieso. Todavía era Flores el Presidente cuando firmó con Rocafuerte un convenio, por el que se comprometieron a convocar una Asamblea Constitucional para reorganizar el Ecuador. Cuando concluyó su presidencia, Flores reconoció a Rocafuerte como jefe supremo de Guayaquil y pasó a ser el jefe de su ejército. 

Ocurrió que se enfrentaron los ejércitos de los jefes supremos en Miñarica, el 19 de enero de 1835. El ejército de Rocafuerte, comandado por Flores, triunfó. Se formó la Asamblea Constitucional, se adoptó una nueva Constitución, se creó la República del Ecuador y Rocafuerte pasó a ser su primer Presidente. Valdivieso, perdedor, salió al exilio.

Durante la presidencia de Rocafuerte (1835-1839) se le admitió a Valdivieso la entrada al Ecuador en 1837 pero de inmediato se lo expulsó por haber participado en otra intentona subversiva. 

En la segunda presidencia de Flores (1839-1843) Valdivieso volvió a la administración pública. En 1841 fue Presidente de la Cámara del Senado y a fines de ese mismo año fue el delegado para obtener un acuerdo de límites con el Perú. En 1843 fue Vicepresidente de la Asamblea Constitucional que reeligió a Flores y parte de la comisión de redacción que diseñó la “Carta de la Esclavitud”, que le permitía a Flores gobernar hasta 1851. Como ningún Congreso se había reunido desde 1841, en 1845 Valdivieso era la última persona que había ocupado la presidencia de la Cámara del Senado.

El 6 de marzo de 1845, en Guayaquil prendió la “revolución marcista”, hecha para terminar con la tercera presidencia de Flores. 

Por ley, la máxima autoridad del Estado debía residir en Quito. El Presidente Flores estaba en la Costa, luchando contra los revolucionarios, y el Vicepresidente Francisco de Marcos estaba también en Guayaquil, su ciudad natal. Por una disposición de la Constitución que él contribuyó a diseñar, le correspondía al último Presidente de la Cámara del Senado ejercer el poder ejecutivo. Así, a Valdivieso le cupo resistir en Quito los embates de la revolución, que finalmente triunfó. Flores abandonó el Ecuador el 24 de junio de 1845.

Diez años antes Valdivieso había desafiado la Presidencia de Flores, y perdió. En 1845, le tocó defender la Presidencia de Flores. Volvió a perder.

Valdivieso, en lados contradictorios, siempre perdedor.