Nado sincronizado

31 de agosto de 2016

En conversaciones con motivo de las olimpiadas, hemos llegado (medio en broma, medio en serio) a la conclusión de que el día que la República del Ecuador presente un equipo de nado sincronizado por equipos para competir en los Juegos Olímpicos, ese es el día en que podremos llamarnos “civilizados” (1).

Mientras tanto, las chicas de Rusia... (2):



 
(1) Por lo pronto, una escuela de nado sincronizado empezó a funcionar en Guayaquil a partir de febrero de 2015. Se contrató a una entrenadora cubana (Anahís Paneque Aldana) y tiene 15 alumnas (información a septiembre de 2015). Las inscripciones se receptan en la planta baja de Fedeguayas (Mascote y Luque) y el único requisito es “saber nadar”: v. ‘El nado sincronizado siembra su semilla’, Diario El universo, 1 de septiembre de 2015.
(2) Esta participación fue en el XVI Campeonato Mundial de Natación, celebrado en julio-agosto de 2015, en el que Rusia participó por nueve medallas, obteniendo ocho de oro y una de plata. En los Juegos Olímpicos de Río 2016, Rusia obtuvo una vez más la medalla de oro por equipos: la continuación de una tradición que empezó en Sydney 2000.

Adiós, Juan Gabriel

30 de agosto de 2016


Para el Bonil de hoy, no es tanto Juan Gabriel el que se despide (¡?) como el Guasón que pasa saludando. Pero, si a eso vamos, podría también ser Pocho Harb:

Metrovía: correcciones dentro de dos semanas

29 de agosto de 2016


Después de echarle la culpa a un usuario anónimo (1), la alcaldía de Guayaquil rectificó esta postura criminalizadora y pasó de anunciar la culpabilidad de un anónimo a comprometer (vía la “Fundación Metrovía”) a los tres concesionarios del servicio de trasporte público (Metroquil, Metrobastión y Metroexpress) para implementar mejoras concretas en el servicio que prestan a los ciudadanos, en particular, en el mantenimiento de las unidades. Esto es un reconocimiento tácito de que los problemas de seguridad por las “puertas abiertas” no se originaron en un fulano malvado (2)

La foto que inició este alboroto. Fuente: Diario El universo.

Según informó el presidente de la Fundación Metrovía, Federico von Buchwald, Metroquil (operadora de la troncal 1) “ya está implementando un mecanismo para que las unidades no arranquen si están con las puertas abiertas y en caso de que se abran en el camino, por cualquier circunstancia, el vehículo bajará la velocidad hasta detenerse”. El problema de las “puertas abiertas”, que se evidenció por las redes sociales, merecía tener una solución diferente a echarle la culpa a un fulano. Von Buchwald estimó que en el plazo de dos semanas “se terminaría de implementar ese sistema en todas las unidades” (sus declaraciones son del 26 de agosto: el 9 de septiembre vence este plazo autoimpuesto) (3).

Estas declaraciones son un reconocimiento tácito de que los problemas son de fondo. En todo caso, esta es la forma adecuada de procesar un reclamo de la ciudadanía, con una solución concreta, a implementar en un plazo determinado. Hasta ahora se trata sólo de una promesa, ojalá no resulte fallida.

(1) Un pasajero acusado de bloquear puerta’, Diario Expreso, 23 de agosto de 2016; Metrovía culpa a un usuario de evitar el cierre de una puerta’, Diario El universo, 24 de agosto de 2016.
(2) Los problemas de la Metrovía son de fondo: ‘Novedades en la Metrovía (aplausos enel Titanic)’, Xavier Flores Aguirre, 25 de agosto de 2016.
(3) Alcalde Jaime Nebot pide mano dura en control de Metrovía’, Diario El universo, 26 de agosto de 2016.

El día que Guayaquil le ofreció la dictadura a Bolívar

28 de agosto de 2016


Sucedió el 28 de agosto de 1826, hace exactos 190 años. Cuenta Mariano Fazio Fernández en ‘El Guayaquil colombiano’ que ese día se celebró una sesión municipal “en donde se da a luz otra acta en la que abiertamente se propone la dictadura de Bolívar” y en la que “estuvieron reunidas todas las autoridades departamentales y municipales, además de ‘un número considerable de propietarios y un pueblo numeroso’” (1). En esa época, el Intendente del Departamento de Guayaquil (éramos una dependencia administrativa de la “Gran Colombia”) era Tomás Cipriano de Mosquera, quien sería más adelante presidente del territorio hoy conocido como la República de Colombia en cuatro ocasiones.

El acta de la sesión municipal de aquel 28 de agosto es elocuente en expresar la necesidad de un “hombre fuerte”:

“Cuando todos estos males son la consecuencia de las instituciones, y de un sistema equivocado, y cuando bajo el influjo del gobierno constitucional se han desenvuelto y nos han traído al estado presente, sería un absurdo esperar el remedio del sistema mismo que los ocasiona. Es necesario un resorte grande y extraordinario que vuelva a combinar las partes para organizar de nuevo el todo(2).

Ese resorte se llamaba Simón Bolívar. Fazio apunta que “siguiendo la más pura tradición suareciana, Guayaquil reasume la soberanía originaria y la traslada a Bolívar”. He aquí la transcripción de una parte del acta de aquel día, que da fe de ello:

“En tal estado, el pueblo mismo es el único, que en el ejercicio de su soberanía, puede atender a satisfacer estas necesidades, y Guayaquil penetrado íntimamente de todo lo expuesto ha resuelto:

1º. Consignar como consigna desde este momento el ejercicio de su soberanía por un acto primitivo de ella, en el padre de la patria, en Bolívar que es el centro de sus corazones;

2º. EL LIBERTADOR por estas facultades dictatoriales, y por las reglas de su sabiduría, se encargará de los destinos de la patria, hasta haberla salvado del naufragio que la amenaza;

3º. Libre ya de sus peligros, el Libertador podrá convocar la Gran Convención Colombiana, que fijará definitivamente el sistema de la República, y de ahora para entonces, Guayaquil se pronuncia por el Código Boliviano;

4º. Que se dirija a S.E. un tanto de esta acta, para que se sirva admitir los votos de este departamento, y encargarse de su destino; dándole al mismo tiempo toda la publicidad, y toda la solemnidad que merece un acto sagrado y primitivo de soberanía;

5º. Que se circule a todos los departamentos de la República invitándoles a abrazar este partido, como el único medio de rescate que el genio de la felicidad puede presentarles; y que se haga saber al Ejecutivo de la República para su conocimiento;

6º. Entretanto que S.E. llega a este departamento y se encarga de la dictadura, las autoridades actuales continuarán en el mismo orden y estado en que se hallan, conservando a toda costa la tranquilidad pública por el sistema actual hasta que S.E. dicte lo que convenga” (3).

Quito adoptó un acta similar a la del municipio guayaquileño el 6 de septiembre.

La situación política de Guayaquil de esa época registraba la existencia de dos partidos: el militar, “que sinceramente deseaba la dictadura de Bolívar” integrado por “Mosquera, Illingworth, Paz del Castillo, al que se añaden los colombianos de siempre –Vicente Ramón Roca, los Garaycoa, Manuel Antonio de Luzarraga, José María Villamil, etc.” que era “el verdadero forjador de las actas”. El otro partido, al que Fazio Fernández llama “federalista”, apoya el acta por conveniencia porque de esa manera podría impulsar “las reformas de la constitución en un sentido federal” (y además, como apunta Fazio, porque “a río revuelto ganancia de pescadores”) (4).

Bolívar no aceptó la generosa oferta de los cabildos de Guayaquil y Quito. Fazio Fernández señala que en Guayaquil esta decisión “de rechazar la dictadura fue entibiando, poco a poco, los ánimos enfervorizados del partido militar”. Pero de ninguno de estos graves hechos habla el torpe redactor de ficciones del municipio de Guayaquil, Melvin Hoyos.

En el libro cuya redacción fue pagada por nuestros impuestos (‘El libro de Guayaquil’, cuyo PVP es de USD 100) se omite el episodio del acta y el encargo de la dictadura a Bolívar. El período colombiano de Guayaquil lo resuelve Hoyos con insistir en que en Guayaquil se mantenían los “principios autonómicos” aún “a pesar de que en [Guayaquil] habían importantes ciudadanos que deseaban pertenecer a Colombia bajo la dictadura de Bolívar, como Juan Illingworth, Vicente Ramón Roca, los Garaycoa, Manuel Antonio de Luzarraga y José de Villamil” (5), sin hacer mención alguna de los partidos “militar” y “federalista”, ni del pronunciamiento por el “Código Boliviano”, ni del acta que se adoptó en la sesión municipal del 28 de agosto de 1926, tan explícita en sus deseos de una dictadura de Simón Bolívar para el gobierno de Guayaquil.

Hoyos no menciona ninguno de estos hechos no porque no conozca la obra del argentino Mariano Fazio Fernández, en la que este autor los refiere con el detalle propio de un historiador (pues Hoyos cita la obra de Fazio ‘El Guayaquil colombiano’ a página siguiente) sino porque no conviene a los propósitos de propaganda de este funcionario municipal, torpe hacedor de fantasías.

(1) Fazio Fernández, Mariano, ‘El Guayaquil colombiano 1822-1830’, Banco Central del Ecuador, Guayaquil, 1988 [Colección Monográfica, publicación No. 18], p. 93.
(2) Ibíd., p. 94. (El resaltado no es del original).
(3) Ibíd. (El resaltado no es del original). La “tradición suareciana” se refiere a la filosofía sobre la soberanía del jurista español Francisco Suárez (1548-1617); el “Código Boliviano” se refiere a la constitución vitalicia que Bolívar diseñó para el gobierno de la naciente Bolivia.
(4) Ibíd., pp. 94-95.  
(5) Hoyos, Melvin & Efrén Avilés, ‘El libro de Guayaquil. Tomo II. Independencia - República’, s/e, s/f, p. 80. Nótese que los nombres y el orden en que se los presenta son los mismos en la obra de Hoyos que en la obra de Fazio Fernández, con exclusión de los extranjeros (el colombiano Tomás Cipriano de Mosquera y el venezolano Juan Paz del Castillo, autoridades del Guayaquil colombiano). Hoyos conoció la obra de Fazio Fernández, pues la cita en la página 81 y en la bibliografía del capítulo (p. 89), a pesar de lo cual, según Hoyos, “Bolívar trató de imponer en toda Colombia la Constitución Boliviana” (p. 80) cuando es evidente que en Guayaquil sucedió lo opuesto, puesto que fue el cabildo de la ciudad el que se pronunció “por el Código Boliviano” para el gobierno de la ciudad, con Bolívar como dictador a la cabeza.

Atrapados en el pasado

27 de agosto de 2016

Seguimos en los noventa en nuestro paisito provinciano.

Fuente: Facebook de un amigo que la circuló con el comentario: "Candidata a la peor campaña política de la historia de la humanidad".

 
Esto, en propaganda política, es el equivalente de Vilma Palma e Vampiros para la música. En estética y en argumento.

Guadalupe Mantilla (Naipe Centralista)


“Quito sin burocracia se parecería a Machachi”.

Tiene toda la boca llenitita de razón, la Guadalupe.

Ecuador en París 1924

26 de agosto de 2016

La primera participación olímpica del Ecuador se registró en París 1924, en la segunda ocasión que la capital francesa organizó los Juegos Olímpicos (1). El país estuvo representado por una delegación compuesta de tres varones: Alberto Jurado, Alberto Jarrín y Belisario Villacís, quienes obtuvieron “del presidente José Luis Tamayo la suma de 6.000 sucres” y fueron recibidos en París “por el cónsul ecuatoriano Luis Barberis” (2)

Únicamente compitieron en pruebas de atletismo. Jurado, quien fue el abanderado de la delegación, participó en los 100 metros planos y en salto largo. Sus compatriotas Jarrín y Villacís participaron en los 10.000 metros y en la maratón, respectivamente.

Fuente: Sports Reference. 6 de julio de 1924. Loren Murchison quedó parapléjico al año siguiente y Arthur Porritt (1900-1994) se convirtió en el primer Gobernador General de Nueva Zelanda (1967-1972) nativo del país.
   
Alberto Santiago Jurado González (1902-1984) participó el 6 de julio de 1924 en la primera ronda de los 100 metros planos. Fue el primer atleta que representó al Ecuador en una justa olímpica y terminó quinto entre cinco. Compitió contra el neozelandés Arthur Porrit (único enviado de su país para estos juegos), segundo en esta competencia pero que avanzaría en ella hasta obtener el bronce (3). Jurado participó también en la competencia de salto largo, en cuya ronda clasificatoria marcó 5.68 metros, quedando por encima del mexicano Alfonso Stoopen.

Fuente: Sports Reference. Alfonso Stoopen n'existe pas.
  
Ni Jarrín ni Villacís terminaron sus pruebas. El cónsul Barberis informó que ellos “no corrieron sino 5.000 metros porque cometieron el error de usar zapatos nuevos, comprados en Francia, muy atléticos pero que les apretaron los pies desde la partida” (4). Y así concluyó la primera participación de la República del Ecuador en unos Juegos Olímpicos, en lo que constituyó el inicio de una larga tradición de no obtener medalla alguna, pues ese ha sido el caso (salvo las dos excepciones en Atlanta 1996 y Beijing 2008, a cargo de J. Pérez) en 11 de nuestras 13 participaciones.

(1) En París se organizaron los Juegos Olímpicos el año 1900 como parte de una Exposición Universal (similar procedimiento le concedería la sede de los Juegos Olímpicos a Saint Louis, EE.UU., en 1904). 
(2) Jorge Ribadeneira, ‘Una Olimpiada súper en Río’, Diario El comercio, 14 de agosto de 2016.
(3) Sports Reference, 'Athletics at the 1924 Paris Summer Games: Men's 100 metres Final'.
(4) Jorge Ribadeneira, ‘Una Olimpiada súper en Río’, Diario El comercio, 14 de agosto de 2016.

Novedades en la Metrovía (aplausos en el Titanic)

25 de agosto de 2016


No es novedad decir que la Metrovía funciona mal. En cuanto al servicio que presta, este catálogo de incomodidades de un usuario es preciso en describir la experiencia de viajar en “Guayaco en lata”:
 
 
Fuente: Diario El universo.
 
En cuanto a la administración de este sistema de transportación pública, ésta ha sido deficiente (lo que tampoco es novedad). De acuerdo con la planificación de la Metrovía, el año 2020 Guayaquil debía contar con una red de siete troncales. Pero las cosas no avanzaron de acuerdo con el plan: las tres troncales que se anunciaron el 2006 (año en que se inauguró el sistema) recién fueron completadas el año 2013, esto es, con cinco años de retraso. La cuarta troncal no tiene fecha aún para empezar su construcción, pero es seguro que este año no se construirá y es incierto que se lo haga el año 2017, según ha advertido el director de Obras Públicas de la alcaldía de Guayaquil, Jorge Berrezueta (1). Visto lo visto, hacer cuatro troncales en los restantes tres años y pico de la administración de Nebot parece una tarea imposible para aquel que ha hecho apenas tres troncales en diez años (y ninguna en los últimos cuatro).

Lo novedoso, en esta ocasión, es que la alcaldía de Guayaquil haya salido a defender al sistema Metrovía. Esto rara vez sucede, porque a pesar de las notorias deficiencias de la Metrovía, en particular, en el cumplimiento de su planificación y en su funcionamiento y servicio a los usuarios, la prensa guayaquileña carece de la capacidad crítica para analizar con rigor y profundizar en las aristas de estas deficiencias (2). Lo que no fue novedoso en la alcaldía de Guayaquil fue su argumentación, pues se limitó a hacer lo que es típico del socialcristianismo cuando se le señala alguna deficiencia de su “modelo de desarrollo”: culpar a otro.

La circulación de esta imagen es la que ha provocado su reacción:
 
Fuente: Diario El universo.
 
El culpable es, por supuesto, un usuario de la Metrovía:
 
Fuente: Diario El universo.
 
Y de manera general, Nebot advierte que algunos “intereses políticos y gremiales” quieren “desprestigiar” el sistema..
 
Fuente: Twitter.
 
La facilidad con la que el socialcristianismo en Guayaquil se desembaraza de sus problemas es envidiable para toda otro movimiento o partido político del país. Porque el procedimiento es muy sencillo: únicamente se necesita culpar a otro y la prensa servil de Guayaquil se encarga del resto (no cuestionar, guardar silencio, mirar a otro lado). Esto, aunque haya varios asuntos para cuestionar en esta reacción de la alcaldía de Guayaquil, e incluso que su argumento para salir al paso en esta oportunidad haya sido el culpar a un único usuario de obstruir el correcto funcionamiento de la puerta con la intención de “desprestigiar” a la Metrovía (3). Porque esa explicación se desbarata por este otro video:
 
 
Es evidente que el problema no es un usuario malvado y ocasional (diríase: conveniente, utilizado para salir al paso); es un problema de fondo. Uno de mala administración en la gestión de este servicio, que ha sido ineficaz para cumplir con lo planificado, ineficaz para implementar un servicio cómodo y seguro, e ineficaz para implementar las reformas que requiere para mejorar, por la naturaleza misma de su negocio. Es un experimento de transportación fallido e inmóvil, difícil de cambiarlo. 

Esta reiteración de imágenes y videos de una Metrovía sin puerta, en otras partes del mundo donde se toma en serio la seguridad de la población y donde el hecho mismo de “ser ciudad” supone una serie de exigencias ciudadanas, implicaría de seguro sanciones por haber permitido que una unidad de transporte urbano haya rodado en semejantes condiciones y enmiendas inmediatas para corregirlo. Pero en la silente aldea socialcristiana de más de dos millones de habitantes en la que se ha convertido a Guayaquil, en cambio, la autoridad municipal emerge totalmente impune de todas estas críticas, pues se le atribuye la única responsabilidad (así lo ha decretado la autoridad) a uno de los habitantes de la ciudad. A un anónimo malvado.

Y en alguna medida llevan razón en eso de culpar a los ciudadanos, porque frente a las deficiencias de la Metrovía, los guayaquileños hemos sido muy pasivos y complacientes. No sólo somos responsables por omisión, sino que aún hemos pecado de entusiastas. Hemos actuado como unos alelados pasajeros del Titanic, que ajenos a todo asomo de pensamiento crítico, aplaudimos emocionados mientras naufraga nuestro “proyecto estrella” de transportación pública, en nuestras propias narices (4).

(1) Puente, estero y troncal, entre lo pendiente para el suburbio’, Diario El universo, 7 de febrero de 2016.
(2) Son contados con los dedos de una mano los columnistas de opinión que en la prensa comercial de Guayaquil han criticado el funcionamiento de la Metrovía. Igualmente escaso es el número de críticos que se expresan en radio o en TV y, por exiguo que parezca, el número debe ser incluso inferior al de columnistas de opinión. En Guayaquil, la diversidad en la opinión política es una quimera.
(3) El truco es viejo: se utilizó para eximirse de responsabilidad cuando la inundación del mes de enero que colapsó el servicio de alcantarillado: v. 'Para la Alcaldía de Guayaquil, criminalizar es innovar', Xavier Flores Aguirre, 21 de enero de 2016..
(4) '18,7 millones de usuarios dejaron de utilizar la Metrovía en 2015', Diario El universo, 12 de febrero de 2016.

La literatura fantástica, por Borges

24 de agosto de 2016


En Borges, todo tema cobra un encanto singular, fruto de su erudición y de su particular gracia para abordarlo. Esa forma de articular las ideas se torna magistral en sus charlas, por ejemplo, en esta sobre literatura fantástica del año 1967 que publicó el blog ‘Borges todo el año’ y que cuelgo hoy en razón del 117mo aniversario de su nacimiento (1).

Fotografía durante la conferencia dictada el viernes 7 de abril en la escuela "Ingenieros Camilo y Adriano Olivetti" de Merlo, para la inauguración del ciclo cultural del año 1967. Fuente: Blog "Borges todo el año".

Y justo hoy se publicó esta entrevista a Robert J. Sawyer sobre “la literatura del futuro” (2).

(1) Jorge Luis Borges: La literatura fantástica’, www.borgestodoelanio.blogspot.com, 14 de octubre de 2015.
(2) Marcos Zuberoa, ‘Robert J. Sawyer: “La ciencia ficción es la literatura del futuro”’, Diario El país (España), 24 de agosto de 2016. 

Joseph Schooling (Singapur) vs. Carlos Mina (Ecuador)

Singapur es un diminuto Estado del Sureste de Asia, de menos de 700 kilómetros cuadrados de extensión y con una población inferior a los 5 millones de habitantes, que en estos Juegos Olímpicos de Río 2016 obtuvo su primera medalla de oro. En total, acumula cinco medallas en su historia olímpica: la de esta edición en Brasil se suma a las dos de bronce obtenidas en Londres 2012, una plata en Beijing 2008 y otra más en una lejana Roma 1960. Ha participado de casi manera ininterrumpida en los Juegos Olímpicos desde Londres 1948, salvo por Tokio 1964 (un total de 15 ocasiones) (1).

Ecuador es un país muchísimo más extenso y tres veces más poblado que Singapur, que en estos últimos Juegos Olímpicos no obtuvo nada. En su historia olímpica, Ecuador acumula dos medallas, obtenidas por un único deportista, Jefferson Pérez: una de oro en Atlanta 1996 y otra de plata en Beijing 2008. Ecuador participó en las olimpiadas de París 1924 y luego a partir de las olimpiadas de México 1968 en todos los Juegos Olímpicos de manera ininterrumpida (un total de 13 ocasiones) (2).

Esta medalla de oro de Singapur en los Juegos Olímpicos de Río 2016 la obtuvo el nadador Joseph Schooling, un muchacho de 21 años que tenía una estrategia clara, la que cumplió a rajatabla para vencer a su ídolo Michael Phelps en la competencia de 100 metros mariposa (privándolo así a Phelps de ganar su 24ava medalla de oro). Shooling declaró, tras su triunfo, que todo lo que hizo fue “atenerse al plan de acción” (3).

Fuente: The Straits Times.

Por Ecuador, además del meritorio desempeño de Alexandra Escobar (cuarto puesto en levantamiento de pesas, división 58 kilos), pudo obtener una medalla el boxeador Carlos Mina, quien se quedó a una única pelea de lograrlo. Sus declaraciones, sin embargo, fueron lo opuesto a las dadas por Schooling: “Cuando me subí al ring él me miró con mala cara y empezó a hacerse el mejor y atacar y atacar y yo me dije: ‘No cabrón, a ti te paro yo’, y me olvidé del plan para caerle a palos” (4). Lo hecho por Mina (su “actitud”, digamos) le sirvió para derrotar al irlandés Ward por decisión dividida, pero ya no le alcanzó para su siguiente rival, un francés de apellido Bauderlique, quien le asestó un nocaut técnico y terminó con la ilusión.

Fuente: El Mercurio.







Pasado un cierto nivel, la “actitud” no resulta suficiente. Se requiere lo que el singapurense Joseph Schooling tuvo por probado: una planificación con un objetivo claro y una perseverancia a prueba de todo, para cumplir ese objetivo de manera eficaz.

Sin tomárselo a la tremenda (5), a juzgar por su desarrollo económico durante los últimos 50 años, ambos sirven de metáforas de sus respectivos países (6).

(1)Singapur’, Sports Reference.
(2)Ecuador’, Sports Reference.
(3) How Joseph Schooling achieved the impossible’, Straits times, 13 de agosto de 2016.
(4) Carlos Mina: Fui peleador callejero y no le tengo miedo a nadie’, Diario El universo, 10 de agosto de 2016.
(5) Sin tomárselo a la tremenda, porque habría que introducir varios matices desde la naturaleza diferente de ambas disciplinas deportivas hasta el distinto origen y entorno de ambos atletas (mientras Joseph Schooling proviene de una familia acomodada, Carlos Mina proviene de una situación de pobreza).
(6) El desarrollo económico de Singapur es fruto de la planificación del Estado y debe muchísimo a una férrea intervención del Estado en las decisiones de los singapurenses (económicas y políticas). Sobre lo primero, v. Seung-yoon Lee, 'Ha-Joon Chang: Economics is a political argument', Huffington Post, 4 de septiembre de 2014; sobre lo segundo, v. Xavier Fontdeglòria, 'Muere Lee Kuan Yew, el 'padre' de Singapur', Diario El país (España), 23 de marzo de 2015. El liderazgo autoritario implementado en Singapur por su 'Ministro Mentor", Lee Kuan Yew (1923-2015), bien puede sintetizarse en la siguiente frase, por él dicha: "Nosotros decidimos lo que es correcto, no importa lo que la gente piense". Por su parte, la historia del desarrollo económico en Ecuador ha sido, esencialmente, un caos.

Litro x Mate 3 - Alcaldía 0 (temporada 2016)

23 de agosto de 2016


Urdesa Norte, en los alrededores del templo mormón.

Esta es la buena gente de Litro x Mate, con Daniel Adum Gilbert al centro. Y esta es la tercera pared que Litro x Mate ha pintado en Guayaquil, y todavía no hay represión municipal. Las otras dos paredes son:

Urdesa, Av. Olmos. 

Escuela fiscal en la calle Los Ríos

Y se vienen más, porque cada vez se suma más gente. Muy pilas, el personal de Litro x Mate: haciendo aquello que se reprime desde el autoritarismo local (porque “aunque sea mi casa, tengo que pedir un permiso”, según dice Nebot) en tiempo de elecciones, cuando revivir la imagen represiva no conviene.

Porque cuando no es de su estricta conveniencia “la pantomima de guardar la compostura”, las huestes del abogado Nebot no perdonan el color (1).

(1) Para la cita del alcalde de Guayaquil sobre la necesidad de pedir un permiso municipal para pintar la casa propia, v. ‘Nebot: El gran Guayaquil abarca a Durán, Daule y Samborondón’, Diario El universo, 9 de octubre de 2011. La frase “la pantomima de guardar la compostura”, misma que se le acabó al punto de querer miccionar sobre un colega socialista de un cojudo imbabureño, la dijo Nebot en septiembre de 1990 cuando empezó su experiencia en el Congreso Nacional, en su puteada épica al bloque socialista (compuesto por Víctor Granda, Enrique Ayala y Raúl Patiño). Finalmente, sobre la represión municipal a Litro x Mate y, en particular, sobre Daniel Adum Gilbert, por pintadas similares hace casi cinco años, v. ‘Lo feo, lo malo, lo bueno’, Xavier Flores Aguirre, 16 de septiembre de 2011.

Viaje por la soberanía alimentaria

22 de agosto de 2016

Mi amigo Marcos Ezequiel Filardi, de quien he hablado antes en esta bitácora en razón de su viaje por África (1), ha emprendido ahora un viaje de un año por el territorio argentino, con un propósito muy específico: entender la producción, la distribución y el consumo de los alimentos y crear un Mapa de la Soberanía Alimentaria en Argentina.

 
Marcos es profesor de la Universidad de Buenos Aires (UBA) en cátedras  relacionadas con el derecho a la alimentación. El viaje tiene su bitácora (viajeporlasoberanialimentaria.blogspot.com.ar) y en su página personal de la UBA se encuentran sus varios trabajos publicados. Gracias, Marcos, por hacer estas luchas que valen la pena.

Y feliz cumpleaños.

(1)Ubuntu’, Xavier Flores Aguirre, 26 de mayo de 2007.

Master Willie, inventor de los penales

21 de agosto de 2016

Por la vía de los penales, Brasil obtuvo ayer el triunfo que saldaba su última deuda: el oro olímpico en fútbol. Lo hizo a través de un mecanismo de definición que imaginó el portero ‘Master Willie’ McCrum. La idea se le ocurrió a este millonario irlandés durante los partidos en que su equipo, el Milford Everton, enfrentaba a otros equipos del condado de Armagh, en Irlanda (1).

A esta historia llegué, porque una vez compré un libro llamado Going dutch in Beijing: The international guide to doing the right thing, de Mark McCrum y, en una búsqueda curiosa en Internet, encontré que este Mark McCrum era el bisnieto de aquel imaginativo irlandés que logró elevar su petición de incorporación de los penales a la International Football Board, que la incorporó (tras algunas resistencias iniciales) a las reglas del que se convertiría en el deporte más popular del mundo el 2 de junio de 1891 (2).

Hay un camino que recorre desde 1891 hasta ayer, de Irlanda a Brasil, de McCrum para Neymar: ese penal que definió el oro olímpico.

(1)Campeón al fin: Brasil gana el ansiado oro en el fútbol en Río 2016’, www.rio2016.com, 20 de agosto de 2016; Guillermo López, ‘Mr. McCrum, inventor del penalti’, Diario El país (España), 23 de abril de 2007.
(2) Nancy Wilson, ‘Going Dutch in Beijing by Mark McCrum’, The Riviera reporter; Robert McCrum, ‘Penalty shoot-outs? Blame my great-grandfather’, The Guardian, 4 de julio de 2004.

La verdadera historia de Jesse Owens

20 de agosto de 2016

James Cleveland ‘Jesse’ Owens (1913-1980) afirmó que, a su regreso después de sus legendarias medallas de oro en las Olimpiadas de Berlín (1936) y después de las historias (propaganda) que se difundieron acerca de la supuesta conducta de Hitler, en los Estados Unidos de América,

“no podía subirme a la parte de delante de un bus. Tenía que ir por la puerta de atrás. No podía vivir donde quisiera. Y si no fui invitado a estrecharle la mano a Hitler, pues no fui invitado a la Casa Blanca a estrecharle las manos al Presidente [Roosevelt], tampoco” (1).

Peor aún: el Presidente Roosevelt si invitó a sus compañeros olímpicos que eran blancos y, además, era mentira que Hitler no lo saludó: “Cuando pasé frente al Canciller [Hitler] él se levantó y agitó su mano hacia mí, a lo que yo le correspondí. Creo que los escritores mostraron mal gusto (‘bad taste’) en criticar al hombre del momento en Alemania” (2).

Jesse Owens, triunfador de los 100 metros planos en los Juegos Olímpicos de Berlín 1936

En realidad, como rememora Roger Osborne en ‘Civilización. Una historia crítica del mundo occidental’, los reclamos a la política racista de Alemania contra los judíos en los años treinta caían en saco roto, porque la estupidez del racismo era común en el resto de los países:

“En 1935 se promulgaron las leyes de Nuremberg que restringían ciertas ocupaciones a los judíos y prohibían los matrimonios entre judíos y gentiles. La desaprobación internacional quedó mitigada por las leyes Jim Crow vigentes en el sur de Estados Unidos, que de forma similar ilegalizaban los matrimonios interraciales, y por las políticas coloniales del Reino Unido, Francia y otras naciones europeas, fundamentadas en criterios de raza” (3).

Osborne concluye: “el nazismo germinó en una época en la que todas las razas blancas se consideraban a sí mismas superiores” (4). En razón de ello, hasta que recién en los cincuenta Owens pudo conseguir un empleo estable, esta gloria deportiva tuvo que ganarse por años la vida como un “runner for hire” [corredor de alquiler], demostrando su rapidez en competencia con personas, animales (perros y caballos), e incluso motocicletas (5). 

(1) White, John, ‘The olympic miscellany’, Carlton Books Limited, Londres, 2008, p. 10.
(2) Ibíd., p. 137.
(3) Osborne, Roger, ‘Civilización. Una historia crítica del mundo occidental’, Crítica, Barcelona, 2007, p. 497-8. [Título original: ‘A new history of the western world’, 2006, traducción de Antonio-Prometeo Moya y Rosa M. Salleras].
(4) Ibíd., p. 498.
(5) White, John, Ibíd., p. 16; Larry Schwartz, ‘Owens pierced a myth’, ESPN.com.