De la insurgencia a la república

24 de noviembre de 2023

            Publicado en diario Expreso el viernes 24 de noviembre de 2023.

Para Quito, el tránsito de ser un territorio insurgente en 1809 para derivar a la integración a una república en 1835, fue muy accidentado. Empezó con una lucha por su autonomía en agosto de 1809. 

La revolución del 10 de agosto de 1809 en Quito se debe entender como una expresión del movimiento juntero iniciado en la Península en 1808 (Junta de Asturias, 25 de mayo) y como una reacción a las pérdidas de jurisdicción que había sufrido en años recientes el territorio del que Quito era capital. Es decir, agosto de 1809 fue la oportunidad de los quiteños para ganar autonomía y recuperar su autoridad. 

La revolución de Quito salió mal, porque tanto las provincias vecinas de Popayán, Cuenca y Guayaquil como el gobierno español la guerrearon. En 1810 ocurrió la matanza del 2 de agosto, en 1812 fusilaron a los últimos patriotas quiteños en Yahuarcocha. Y después de muertos, como lo reconoció un cronista de Quito, Luciano Andrade Marín, los quiteños “quedaron postrados, desangrados y sometidos al más riguroso dominio español; sin maneras ya de sacudirse de él por sí mismos, sino esperando en la ayuda de alguien que los rescatara.”

Ese rescate ocurrió en 1822 pero fue sacarla a Quito de un yugo monárquico y europeo para someterla a un yugo republicano y sudamericano. Ella entonces pasó a llamarse “Departamento del Ecuador” y en conjunto con las provincias de Cuenca (Departamento del Azuay) y Guayaquil (Departamento que conservó su nombre) conformaron el Distrito del Sur de la República de Colombia entre 1822 y 1830. Ese Distrito fue gobernado como una tierra de ocupación, por militares y bajo estado de excepción.

De la secesión de este Distrito del Sur en 1830 surge el Estado del Ecuador. La secesión fue un trámite administrativo que derivó en la convocatoria a una Asamblea Constituyente que eligió a un venezolano como el primer presidente del Estado y dictó una Constitución que consideraba que el Ecuador era un Estado que se “une y confedera con los demás Estados de Colombia, para formar una sola Nación con el nombre República de Colombia”. Esta propuesta de confederación fracasó, porque ninguno de los otros Estados le hizo caso al Ecuador. 

El gobierno del presidente venezolano derivó en 1834 a una guerra entre la Costa y la Sierra. La Costa (capital Guayaquil) tenía como su Jefe Supremo a Vicente Rocafuerte, mientras que la Sierra (capital Quito) lo tenía como su Jefe Supremo a José Félix Valdivieso. La batalla de Miñarica dirimió la guerra en enero de 1835. Triunfó la Costa y eso condujo a que Quito, como destaca el historiador quiteño Jorge Salvador Lara, cayera “en el absurdo de proclamar la muerte del estado ecuatoriano […]. En Tulcán, presididos por el general Matheu, decretaron la anexión a Nueva Granada; el odio político les llevó a traicionar sus ideales de siempre: la autonomía de Quito”. Mandaron un delegado a Bogotá, pero pasó la vergüenza de ser rechazado. 

Tras este devaneo, Quito fue aceptada de vuelta a la unión por las otras dos provincias. Vicente Rocafuerte convocó a una Asamblea Constitucional que dictó una Constitución que declaró por vez primera que el territorio del Ecuador era una república y eligió a Rocafuerte como su primer presidente.

La burocracia ecuatoriana y la teoría de la evolución

17 de noviembre de 2023

            Publicado en diario Expreso el viernes 17 de noviembre de 2023.

El 12 de febrero de 1832, el Estado del Ecuador tomó posesión del archipiélago de Colón, hoy conocido como las islas Galápagos. En aquel entonces, la anexión por el Ecuador de un archipiélago de 8.010 kilómetros cuadrados a casi 1.000 kilómetros de distancia del continente no molestó a ninguno de los países americanos (ni al Reino Unido, que a inicios del año siguiente se anexó las islas Malvinas), pues se lo reputaba de nulo valor. El primer Gobernador del nuevo territorio fue José Villamil, luisianés afincado por muchos años en Guayaquil. A instancias de su entusiasmo e intereses comerciales es que se procedió a la anexión del archipiélago en 1832.

Entre el 15 de septiembre y el 20 de octubre de 1835 el archipiélago ecuatoriano recibió la visita de un barco justamente famoso: el bergantín “HMS Beagle”, cuyo capitán era Robert Fitz-Roy y cuyo naturalista era Charles Darwin, quien se haría mundialmente famoso el año 1859 por la publicación de un libro titulado “El origen de las especies”. No los pudo recibir el Gobernador Villamil, por estar ausente; se ocupó de su recepción el Vicegobernador, el noruego Nicholas Oliver Lawson (nacido en 1790 en la isla de Sekken como Nicolai Olaus Lossius)

Cuando visitó el archipiélago, Darwin contaba 26 años y el viaje en el Beagle era su primer viaje (que también fue su único: Darwin nunca más volvió a salir de Inglaterra). Por su parte, Lawson tenía 44 años y era un marino experimentado, gran viajero y muy conocedor de las islas en las que actuaba como el reemplazo del Gobernador. 

El 25 de septiembre de 1835, Lawson invitó a cenar al capitán Fitz-Roy y al naturalista Darwin. Fue en la conversación durante esta cena, que Lawson refirió a Darwin que él “podía distinguir la isla a la que pertenecía una tortuga apenas se la presentaban”, pues sus formas variaban de una isla a otra. En aquel entonces, Darwin no le prestó atención a esta afirmación. 

Ello, porque en aquel entonces Darwin todavía era un creacionista y las distintas especies de tortugas podían explicarse por haber llegado transportadas por bucaneros desde el océano Índico. Sin embargo, la afirmación del burócrata ecuatoriano Lawson le haría mucho sentido a Darwin años después. Así lo consignó en la segunda edición de su “Diario del viaje de un naturalista alrededor del mundo”, publicada en 1845:

“Hasta ahora no he indicado el rasgo más notable de la Historia Natural de este archipiélago, y es que las diferentes islas, en una extensión considerable, están habitadas por conjuntos diferentes de seres. El vicegobernador, Lawson, me llamó la atención sobre este hecho, manifestándome que había notables diferencias entre las tortugas de las diversas islas, y que podía discernir con toda seguridad la isla de donde procedía cada una. Por algún tiempo no presté gran atención a este aserto…”.

De esta forma, Nicholas Oliver Lawson, funcionario público del naciente Estado ecuatoriano y atento observador, contribuyó a construir la teoría de la evolución en la cabeza de Charles Darwin. Esta debe ser la mayor contribución de un burócrata ecuatoriano a la historia de las ideas.

Nicholas Lawson (Nicolai Lossius) murió en Valparaíso el 1 de mayo de 1851, a la edad de 60 años.

El día de la libertad

10 de noviembre de 2023

            Publicado en diario Expreso el viernes 10 de noviembre de 2023.

El 9 de octubre de 1820 fue el día de la independencia de Guayaquil, pero ese día 9 no fue el día de su libertad. Al menos, tal era la opinión de la Junta que la gobernaba, compuesta por José Joaquín Olmedo, Rafael Ximena y Francisco María Roca. Ellos tenían razón para celebrar el 8 de noviembre de 1820 como el día de la libertad de Guayaquil. 

El 8 de noviembre de 1820 se reunieron en esta ciudad 57 representantes de un total de 27 pueblos de la provincia de Guayaquil, territorio de alrededor de 50.000 kilómetros cuadrados que abarcaba un espacio que hoy corresponde a cinco provincias: Guayas, Manabí, Los Ríos, El Oro y Santa Elena (16 representantes concurrieron por la ciudad de Guayaquil). 

El propósito de la reunión de estos representantes fue aprobar un “reglamento provisorio de gobierno”, instrumento que debe ser reconocido como la primera Constitución que se otorgó un territorio independiente de España en lo que hoy es la República del Ecuador. Su artículo primero empezaba así: “La provincia de Guayaquil es libre e independiente…”. Y su artículo siguiente declaraba a la provincia “en entera libertad para unirse a la grande asociación que le convenga de las que se han de formar en la América del Sur”. Esta Constitución se aprobó el sábado 11 de noviembre de 1820 y es fama que la redactó Olmedo.

El 26 de octubre de 1821 la Junta de Gobierno de Guayaquil decretó que se debía recordar y conmemorar el 8 de noviembre de 1820 como el día de la libertad de Guayaquil porque, tal como se indicaba en el decreto: “Después de proclamada nuestra independencia no podíamos llamarnos libres, hasta aquel día en que vencidos dignamente los escollos que presentan siempre las revoluciones en su principio, pudo reunirse la representación de la Provincia, que es el más precioso de los derechos sociales, y el privilegio más noble de los pueblos libres. Este memorable día fue el 8 de Noviembre de 1820…”.

Ese memorable día, destacó el decreto, fue cuando “por primera vez pronunció libremente su voluntad el pueblo de Guayaquil, y puso los cimientos de su voluntad política”, por lo que la Junta de Gobierno presidida por Olmedo ordenó que el 8 de noviembre sea “celebrado en la Capital y en todos los pueblos de la provincia” con “una misa de acción de gracias al Ser Supremo”, con “salva general, repique, e iluminación”, y con la siguientes inscripción que debió constar en la Sala Capitular del Cabildo, escrita en grandes caracteres:

“GUAYAQUIL INDEPENDIENTE EN 9 DE OCTUBRE 

GUAYAQUIL LIBRE EN 8 DE NOVIEMBRE DE 1820”

Por este decreto se puede aquilatar la importancia que los hacedores de la independencia le otorgaron al 8 de noviembre de 1820. Mientras que el 9 de octubre era una manifestación de fuerza de un pequeño grupo de valientes, el 8 de noviembre representaba el vigor de la ley, una expresión de la voluntad general, un ejercicio de la razón.

Dentro de este marco jurídico, la Junta de Gobierno funcionó por 609 días hasta que en julio de 1822 llegó Simón Bolívar en compañía de 1.300 soldados colombianos y decidió (manu militari) cesar a la Junta, poner fin a la autonomía guayaquileña y convertir a la provincia en el extremo meridional de la República de Colombia. 

La resistencia payanesa

3 de noviembre de 2023

            Publicado en diario Expreso el viernes 3 de noviembre de 2023.

La batalla que ostenta el curioso nombre de “batalla de la tarabita de México” (también tiene uno más convencional: “batalla de Funes”) fue la primera que libraron los quiteños a raíz de su revolución del 10 de agosto de 1809. 

En el Acta que se suscribió aquel día de agosto, los firmantes manifestaron su intención de atraer a su experimento de gobierno (la “Junta Suprema de Quito”) a los representantes de las provincias de “Guayaquil, Popayán, Pasto, Barbacoas y Panamá, que ahora dependen de los Virreinatos de Lima y Santa Fe”. Lo intentaron primero por las buenas, con documentos y emisarios, pero los resultados fueron contrarios a sus expectativas.

Y luego por las malas, porque no tardaron entonces los quiteños en tentar la suerte de las armas. Los rebeldes quiteños incursionaron en los Pastos, territorio de la Gobernación de Popayán, el 28 de septiembre de 1809 y ocuparon Túquerres, Guachucal y Cumbal.  Dos días después los quiteños ocuparon Ipiales y bloquearon el camino a Barbacoas, lo que motivó un escrito del Comandante payanés Gregorio Angulo dirigido a un jefe de los quiteños, donde le preguntaba: “¿De dónde pues ha tenido Ud. el consejo de introducirse a territorio ajeno, como si fuese un conquistador autorizado?” Y lo conminaba de inmediato a desocupar “la provincia de los Pastos sin pretender subyugarlo con la suposición de ser poderosa una fuerza débil, rodeada de los gobiernos y virreinatos, que podrán reducirla a polvo”. 

Era mucho el temerario valor de los rebeldes quiteños, pues la composición de sus fuerzas no resultaba muy halagüeña, según el historiador Roberto Andrade: “El ejército de la Junta [de Quito], era un cuerpo de artesanos y labriegos que por primera vez ensayaban cargar y descargar un fusil o cañón, y manejar una lanza […] bajo las órdenes de capitanes tan bisoños como los soldados de que se componían”. Pero avanzaron los quiteños en el territorio payanés y llegaron el 13 de octubre al filo de una cuchilla, en cuyo fondo discurre el río Guáitara.

No pudieron cruzar la cuchilla, porque en previsión de la llegada de los quiteños los payaneses habían cortado la tarabita que habilitaba su cruce (llamada “tarabita de México”). 

Entonces los quiteños acamparon en las cercanías de la cuchilla. La madrugada del 16 de octubre de 1809, los payaneses comandados por el capitán Miguel Nieto cruzaron a nado el río Guáitara, pasando al otro lado de la cuchilla y sorprendiendo a los quiteños, a quienes tras una breve lucha, sometieron y dispersaron sin dificultad. El parte del capitán Nieto a su superior le refiere la captura de 108 prisioneros hombres y ocho mujeres con dos hijos, además de un número indeterminado de muertos “por haber muchas concavidades y peñascos en el campo de batalla”.

Sufrieron dos derrotas más en Sapuyés y Cumbal en los días subsiguientes, y los quiteños fueron forzados a irse por donde habían venido. La resistencia payanesa fue efectiva.

Pasaron un total de 76 días para que caiga su experimento de gobierno. El 24 de octubre de 1809, los rebeldes quiteños capitularon ante el Conde Ruiz de Castilla, y así le devolvieron el poder a la misma persona a quien se lo habían quitado el 10 de agosto que originó todo esto.