Mostrando entradas con la etiqueta Revista Vistazo. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Revista Vistazo. Mostrar todas las entradas

"Esa negrita": una aclaración

21 de abril de 2019


Los que me conocen, saben que no soy racista. Mi intención cuando escribí “esa negrita” en una columna que publiqué esta mañana, no fue un acto de racismo en contra de la Fiscal General del Estado, aunque sí fue (lo admito) un acto de desprecio. Me explico.

El caso es que desprecio a Lady Diana Salazar, la Fiscal General del Ecuador, pero no por su raza sino por la forma de su designación. Sobre esto ya me he explayado en un artículo titulado “Lo de la futura fiscal Salazar hiede a corrupción”. Creo que este antecedente convierte a Salazar en una autoridad ilegítima. Creo, también, que su opinión sobre el uso generalizado de la prisión preventiva es peligrosa y que su actuación en el caso de Ricardo Patiño es un motivo de alarma.

Ahora, ¿cómo manifiesto mi desprecio a la Fiscal Salazar? Sin mencionarla en mi texto. No escribo su nombre y manifiesto mi desprecio con el uso del diminutivo, para acentuar que no puedo tomármela en serio.

Y la neta, no hice más que describirla como ella se ha descrito a sí misma. Ella se inscribió como negra en el concurso para fiscal, donde obtuvo un punto de acción afirmativa por ser negra. Y ella misma ha destacado su negritud: a la Revista Vistazo le pidió que escriba en la nota que le hicieron “Soy la primera fiscal negra, dígalo con esas palabras”. Es decir, describir a Salazar como negra es correcto.

Por lo demás, así se describen los propios negros. Así lo hace, por ejemplo, la asociación que defiende sus derechos:

Caso concreto: la Asociación de Negros apoya a Luis Ávila. [Por cierto: Suerte, Lucho.]

Salvo que se quiera convertir a la expresión “negro” en una expresión que sea exclusiva de ellos (a la manera de “nigger” en la Yoni) pero esta es una pretensión que rechazo y que me parece tremendamente ridícula en un país que tiene una cadena de restaurantes que se llama “Las Menestras del Negro” (impensable resulta un “Nigger’s beans” en la Yoni).

Por lo demás, hay muchas razones que tienen los negros para estar orgullosos de su raza. Simplemente, Lady Diana Salazar no es una de ellas.

N.B.: En el mismo post denominé “basura” a María Paula Romo, “decrépito” a Julio César Trujillo y “Mojón en la Marea” a Lenin Moreno. Nadie se inmutó.

Mutua intolerancia

20 de septiembre de 2018


Decía Alejandro Carrión, en un artículo publicado en la revista Vistazo, edición del 18 octubre de 1990:

“Simplemente los ecuatorianos no podemos aguantarnos unos a los otros. Ecuador es una isla de paz, pero no obstante tanta belleza, la procesión va por dentro y la procesión es la mutua intolerancia”.

Casi 30 años después, Carrión sigue teniendo razón.

Xavier Alvarado Roca (Naipe Centralista)

19 de mayo de 2017



De nuevo, como en el caso de Bonil, los autores del Naipe Centralista histeriquean acerca del rol centralista del periodismo guayaquileño. En este naipe se menciona a la “editora quiteña Patricia Estupiñán” de la revista Vistazo, quien “se convirtió en azote de las personalidades de la región” (?). Cuando, en realidad, se ha comido todos los amagues.

En todo caso, como sucede con otros dueños de medios de comunicación (piénsese en Fidel Egas, quien también figura en esta baraja), los autores del Naipe Centralista son conscientes del rol manipulador de Alvarado Roca, en términos meridianamente claros: “Ordena fustigar o asesinar periodísticamente a quien no le da el reconocimiento como para satisfacer sus complejos de grandeza”.

Es decir, uno más en la historia de nuestro patético periodismo.

Vistazo se ha comido todos los amagues

30 de abril de 2017


La editora general de revista Vistazo, Patricia Estupiñán de Burbano, apareció en Wikileaks con una opinión que le manifestó al ‘Political Officer’ del Consulado de los Estados Unidos de América en Guayaquil sobre las obras de la Alcaldía en esta ciudad:

“La ciudad tiene muchos programas para los pobres, incluida la titulación de tierras invadidas, libros gratis a estudiantes de las escuelas públicas y la mejora de los servicios de salud” (1).

Nunca he visto (si lo hay, agradeceré que alguien me lo muestre) un estudio a profundidad de la revista Vistazo sobre la legislación y las políticas públicas de la Alcaldía de Guayaquil para la titulación de tierras, la educación o la salud. Me refiero no sólo a informar sobre estos hechos, sino a investigarlos en serio: ¿Quiénes son los beneficiarios y quiénes los excluidos? ¿Cuál es su contenido y sus resultados? ¿Se sostiene su discurso en los hechos? Me refiero, también, a compararlos con estándares internacionales: ¿Son estos hechos, en titulación de tierras, educación y salud, prácticas idóneas de conformidad con los estándares de organismos especializados a nivel internacional?

Estas serían unas preguntas básicas, pero no creo que ni Vistazo ni ningún periodista en Guayaquil las haya estudiado a fondo y difundido para su discusión en la esfera pública. Lo que sí llama la atención es la seguridad con la que la directora de la revista Vistazo elogia la gestión municipal ante un diplomático extranjero, para justificar su involucramiento en una marcha (un acto político) que convocó el alcalde de Guayaquil, Jaime Nebot.

Es evidente que el rol de la señora editora general y de la revista Vistazo debería ser muy distinto a este rol de cheerleader del poder local. Pero que sirva su ejemplo, al menos, como botón de muestra de cómo funciona la esfera pública en el Guayaquil socialcristiano.

(1) Greg Chapman, ‘Nebot outdraws Correa in competing marches’, Wikileaks, 31 de enero de 2008.

Guayaquil, quince años después

31 de enero de 2017

La alcaldía de Jaime Nebot ha durado largos (casi) 17 años. Es demasiado tiempo para uno que únicamente puede reportar fracasos en los desafíos que debió afrontar.

La siguiente imagen corresponde a los cuatro “mayores desafíos” de Guayaquil, según los reportaba revista Vistazo el año 2002:

Revista Vistazo, edición No 858, Julio 18/02, pp. 38-39.

Estos cuatro “desafíos” eran el transporte público, la contaminación ambiental, el alcantarillado y la seguridad. Resultan sólidos indicadores para juzgar la gestión de la Alcaldía de Guayaquil.

La pregunta entonces es: ¿Ha estado la Alcaldía a la altura de estos desafíos?

La respuesta es: NO. Veamos porqué.

1) El transporte público.- La solución que ofreció la Alcaldía fue la creación del Sistema Metrovía. Dudo que alguien se atreva a llamarlo una solución eficaz, en vista de que cuenta con 9 años de retraso en su implementación (1). Su funcionamiento precario es conocido por los usuarios, cuyo número ha descendido en tiempos recientes (2).

2) La contaminación ambiental.- Una palabra bastaría para evocar su fracaso: Balsasud (3). En rigor, la alcaldía de Guayaquil no controla a las empresas contaminantes, las que continúan en su incesante propósito de dañar los cuerpos de agua de Guayaquil (sus ríos y esteros) para ahorrarse un billete.

Y a pesar de que fue una oferta de su primera campaña el año 2000, la alcaldía de Nebot nunca “recuperó” el Estero Salado. Salvo, obviamente, en la fértil imaginación de uno de sus esbirros (4).

3) Alcantarillado.- Una especialidad en la venta de humo de la Alcaldía: ha dicho que terminaría con el 100% del alcantarillado el 2013. Ha renovado varias veces su inminente terminación, aunque de manera reciente, ha admitido que aún falta "7 u 8 por ciento" (5). Más allá de la incesante venta de humo, el problema es que el crecimiento de la red de alcantarillado, tal como lo hace la alcaldía, es dañino para Guayaquil.

Como lo advirtieron expertos internacionales auspiciados por la Corporación Andina de Fomento (CAF) en un informe elaborado en junio de 2013, Guayaquil crece así: “lotes pequeños para las viviendas, aceras y accesos estrechos, limitadas áreas verdes, y en general una clara tendencia hacia la impermeabilización del suelo urbano”. Este crecimiento hace crecer, a su vez, a la red de alcantarillado.

El detalle es que este tipo de crecimiento de la red de alcantarillado “no es sustentable” y de acuerdo con los expertos de la CAF cuesta alrededor de US$7 millones por kilómetro cuadrado. Por contra, ellos afirman que el uso de iniciativas propias de una ciudad “verde, inclusiva y sustentable” no solo resulta más eficaz para cumplir el mismo propósito que la red de alcantarillado, sino que es una alternativa 6 veces más económica (6). Pero nada de eso tiene relevancia, pues lo que importa es que gane la empresa concesionaria, ¿no?

4) Seguridad.- La idea de seguridad de la Alcaldía de Guayaquil, ocasionalmente ha sido la defensa de los adinerados (cuando quiso privatizarla, durante el gobierno de Gutiérrez) y, generalmente, se ha materializado en atacar a los comerciantes autónomos para impedir su acceso las a áreas “regeneradas”.

En pocas palabras: la intervención municipal no combate la inseguridad; acaso la exacerba.

En la portada de la edición, la actual segunda candidata por el distrito 3 de Guayas, distrazada de Wilma Picapiedra (?)

*

En definitiva, en los rubros en que importaba, la Alcaldía de Guayaquil fracasó.

Y lo que hace invisible este fracaso en la esfera pública es el hecho irrefutable de que la derecha política en el Sillón de Olmedo tiene a los medios de comunicación (los del gran y mediano capital) como a su muchacho de los mandados.

(1)Metrovía, 2017’, Xavier Flores Aguirre, 23 de enero de 2017.
(2) 18,7 millones de usuarios dejaron de utilizar la Metrovía en 2015’, Diario El universo, 12 de febrero de 2016.
(3) 7 horas sin agua en Guayaquil, ¿por qué es culpable el operador?’, Xavier Flores Aguirre, 12 de agosto de 2016; Nelson Tubay, ‘Una ciudad Multivulnerable’, Diario Expreso, 3 de julio de 2016.
(4) El estero de la fantasía’, Xavier Flores Aguirre, 6 de agosto de 2016; por contraste, v. 'El estero de la realidad (de baños curativos a vertedero dedesechos)',  Xavier Flores Aguirre, 7 de agosto de 2016.
(5) Para el dato del 2013, v. ‘Nebot: 332 obras ejecuta el Municipio de Guayaquil solopor el mes de las festividades julianas’, Alcaldía de Guayaquil [blog], 1 de julio de 2011. Para el dato de lo que falta, v. 'Contacto Directo / Entrevista Jaime Nebot', You Tube [Ecuavisa], 7 de diciembre de 2016.
(6) El informe lo solicitó la propia Alcaldía de Guayaquil, a raíz de la inundación del 2-3 de marzo de 2013, v. Mejía Betancourt, Abel, Morelli Tucci, Carlos Eduardo, Bertoni, Juan Carlos, Cabezas Vélez, Gabriel 2013, La inundación de Guayaquil en marzo 2013. Opinión de expertos internacionales, Cooperación Técnica de CAF, Informe gerencial [17 de junio de 2013]. Sobre Guayaquil y este informe, v. 'Guayaquil a la deriva', Xavier Flores Aguirre, 28 de febrero de 2016.

La visión de Nebot

30 de enero de 2017


Revista Vistazo, edición No 838, Julio 18/02, p. 40


El año 2002, revista Vistazo entrevistó al alcalde Jaime Nebot para un reportaje especial titulado “Guayaquil está de moda”. El alcalde expuso allí su “visión del futuro”. Quince años después de esta exposición, tres de sus principales ideas han fracasado. Su visión del futuro ha resultado una farsa.

Una de las principales ofertas de campaña del alcalde Nebot en su primera elección, el lejano año 2000, fue la “recuperación” del Estero Salado, el que todavía está tan podrido como lo dejó su predecesor Febres-Cordero, o casi. Para el único que ha cambiado el Estero Salado es para ese recurrente hacedor de fantasías disfrazado de historiador, llamado Melvin Hoyos (1).

La visión del futuro de Nebot incluía una ciudad “competitiva”, en capacidad incluso de atraer un “corredor tecnológico”. Quince años después, Guayaquil es una ciudad no competitiva, sino rezagada (2) y lo del “corredor tecnológico” es apenas una quimera: a día de hoy, Guayaquil es una de las peores ciudades de América latina para hacer negocios (3).

(1)El estero de la fantasía’, Xavier Flores Aguirre, 6 de agosto de 2016; por contraste, véase ‘El estero de la realidad (de baños curativos a vertedero de desechos)’, Xavier Flores Aguirre, 7 de agosto de 2016.
(2) Así lo ha advertido un economista guayaquileño honesto y suficientemente valiente como para llamar a las cosas por su nombre, como lo es Walter Spurrier: v. Walter Spurrier Baquerizo, ‘Guayaquil se rezaga’, Diario El universo, 22 de febrero de 2015.
(3) Guayaquil ocupa el puesto 38 de entre 51 “ciudades para hacer negocios” en América latina, en el ranquin que elabora la revista América Economía. Ha bajado 4 puntos desde la medición anterior.

Vistazo (II)

18 de mayo de 2009


La edición No 1001 de la revista Vistazo publicó la siguiente noticia en su sección Radar:

Sin visa
El gobierno de Estados Unidos revocó la visa de Miguel Orellana Arenas, ex secretario privado del presidente León Febres-Cordero y su yerno. Estados Unidos revocó la visa de Orellana en base a la disposición 112 de la ley de Inmigración, por actos de ‘corrupción’”.

Miguel “Cleclé” Orellana publicó el libro Santiago de Guayaquil. Una ciudad abierta en el que constan dos fotos aéreas de La Puntilla y Samborondón que tienen el siguiente decidor pie de página: “Metas geográficas y personales de quienes viven en una ciudad abierta”.  (Yo hice referencia a esta memez, acá.)  Orellana postula estas metas que reducen la voluntad de quienes habitamos esta “ciudad abierta” (¡?) a la persecución de un estilo de vida que suele privilegiar el afán de lucro y la exclusión; de manera acaso astuta, MOA no nos cuenta el cómo perseguir ese estilo de vida o, al menos, no nos cuenta su experiencia personal de cómo él lo persiguió.  La noticia de Vistazo, sin embargo, nos ofrece algunas pistas a este respecto.

En un artículo que publicó el 2006 en El Universo titulado El muro y la visa Manuel Ignacio Gómez destacó que el retiro de la visa a los Estados Unidos de América, además del efecto práctico de no permitirle volver a pisar el territorio de ese país al infractor, puede tener “un gran peso simbólico”.  Lo primero es lo único seguro; el “gran peso simbólico” (que debería, a partir de esta sospecha de corrupción, intentar convertirse en el peso de la ley) dependerá, entre otras cosas, del papel que desempeñen los medios de comunicación social para investigar este hecho.  Sin embargo, mala tos: una busca digital arroja solo seis noticias meramente descriptivas del hecho, cuatro de las cuales pertenecen a medios virtuales (las otras dos replican escuetas noticias que se publicaron en prensa escrita: en El Universo y Hoy). 

Ningún análisis, ningún trabajo de investigación, ninguna información de real relevancia nos cuentan los medios de comunicación sobre el caso de este individuo sobre el que existen sospechas de corrupción (de alto nivel, dados sus vínculos políticos) que no merecen soslayarse.  Pero lo dicho, a los medios de comunicación les encanta callar (cuando les conviene).  

Juicio, silencio y sospechas

17 de mayo de 2009


Xavier Castro Muñoz publicó en la edición 944 de la revista Vistazo el artículo Jueces libres en el que declaró que Xavier Neira Menéndez era el “verdadero director nacional de la Función Judicial desde 1998 y considerado el abogado sin título más poderoso del país”.  Neira le respondió esos dichos con el inicio de un proceso penal por el supuesto delito de injurias calumniosas y no calumniosas graves.  Vistazo, 57 ediciones después, publicó en su sección Radar que “Xavier Castro Muñoz le ganó en tres instancias un juicio que por injurias calumniosas le había puesto el ex diputado socialcristiano Xavier Neira Menéndez, en torno a la influencia que ejercía este político en las cortes judiciales” y que “el registro de 411 llamadas en menos de cinco meses del ex diputado a jueces y dirigentes judiciales sirvió de sustento a Castro para probar tal influencia.  Del número celular del economista Neira se registraron numerosas llamadas al juez Hernán Ulloa; al juez Luis Rojas Bajaña, a los ex Presidentes de la Corte Superior Gustavo von Buchwald y Armando Cervantes y al dirigente judicial Luis Muñoz”.
Lo primero que llama la atención sobre este juicio es el silencio que sobre él ha guardado la prensa en general: silencio incomprensible, si se toma en cuenta que este juicio, en esencia, se refiere al derecho a la libertad de expresión y a la corrupción en la función judicial, dos temas que se supone de interés de los medios de comunicación. 
Así, sobre libertad de expresión la Segunda Sala de lo Penal de la Corte Provincial del Guayas citó en su sentencia el artículo 13 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos (relativo a la libertad de pensamiento y expresión) y los principios 10 y 11 de la Declaración de Principios sobre la Libertad de Expresión que elaboró la Relatoría para la Libertad de Expresión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, los que, suscribió la Segunda Sala, “determinan que las leyes de privacidad [o sea, las normas que regulan el delito de injurias] no pueden inhibir ni restringir la investigación y difusión de información de interés público”, que la reputación “debe estar garantizada solo a través de sanciones civiles en los casos en que la persona ofendida sea un funcionario público o persona particular que se haya involucrado voluntariamente en asuntos de interés público”, que “los funcionarios públicos están sometidos a mayor escrutinio por la sociedad” y que, para establecer la existencia de las injurias “debe probarse que en la difusión de noticias, el comunicador tuvo pleno conocimiento de que estaba difundiendo noticias falsas”.  Todos estos dichos de la Segunda Sala de lo Penal deberían motivar un importante debate público sobre las leyes que regulan las injurias, e incluso, podrían servir de fundamento para que se declare su inconstitucionalidad.
Sobre la corrupción en la función judicial, lo escrito en Vistazo habla por sí solo: si en este país existe periodismo serio debería preocuparse de investigar el por qué de esas llamadas, de entrevistar a los involucrados, de explicarnos estos hechos sospechosos.  Porque este silencio cómplice de los medios de comunicación, también resulta sospechoso.  

Vistazo (I)

13 de mayo de 2009


El poderoso teléfono de Neira

El registro de llamadas celulares puede sustentar un juicio penal.  El ex columnista de Vistazo, Xavier Castro Muñoz le ganó en tres instancias un juicio que por injurias calumniosas le había puesto el ex diputado socialcristiano Xavier Neira Menéndez, en torno a la influencia que ejercía este político en las cortes judiciales.  El registro de 411 llamadas en menos de cinco meses del ex diputado a jueces y dirigentes judiciales sirvió de sustento a Castro para probar tal influencia.  Del número celular del economista Neira se registraron numerosas llamadas al juez Hernán Ulloa; al juez Luis Rojas Bajaña, a los ex Presidentes de la Corte Superior Gustavo von Buchwald y Armando Cervantes y al dirigente judicial Luis Muñoz.”

Yo conocí el caso de primera mano y defendí en público la postura de Xavier Castro Muñoz porque entendí que defenderla era defender la libertad de expresión.  Es ridículo, pero la noticia ha pasado casi desapercibida (el que Vistazo publique aunque sea esta gacetilla es lo mínimo: el supuesto “delito” de injurias calumniosas y no calumniosas graves que le imputó, digámoslo con todas sus letras, el “verdadero director nacional de la Función Judicial desde 1998 y considerado el abogado sin título más poderoso del país” a XCM sucedió en sus páginas): el buscador del profeta Google, si colocamos “xavier neira” + “juicio”, nos arroja sólo cuatro resultados (consulta hecha a las 12h05 del 13 de mayo): dos son plenamente insustanciales (los de los diarios Hoy y El Comercio) y dos se refieren al juicio sin profundizar al respecto, ambos de EcuadorInmediato (aquí y acá). 

Valga decirlo: Xavier Neira Menéndez fue Ministro de Industrias en el período de Febres-Cordero (duró 33 meses en el cargo hasta que se lo acusó de corrupción por un contrato con la empresa Ecuahospital; para evitar la orden de captura Neira fugó a los Estados Unidos de América, país al que, dicho sea de paso, ya más no puede viajar porque su Gobierno le revocó la visa –Miguel Orellana Arenas es la reciente adquisición de este deplorable club- por sospechas de “corrupción”), diputado y candidato a la Presidencia de la República el año 2002 por el PSC (¿cómo olvidar la vergüenza ajena que provocaba LeóNeira?) que terminó por expulsarlo de sus filas por las sospechas de corrupción que justificaron retirarle la visa.  El juicio que Xavier Castro Muñoz le ganó a XNM contiene referencias que tienden a probar la clara injerencia de XNM en las cortes de justicia y el núcleo duro de su discusión se refiere al derecho a la libertad de expresión (aquel que los medios de comunicación dicen tanto defender)…

Y sin embargo, las dos únicas referencias en la prensa escrita (además de Vistazo) pertenecen a dos diarios quiteños que aluden de manera insustancial el asunto (en uno de ellos, el diario Hoy, escribe todavía XNM) y dos noticias meramente descriptivas que corresponden a un diario digital.  Los diarios de Guayaquil, mutis por el foro: ni una noticia, siquiera (al menos, ninguna que aparezca en una busca digital, valga aclararlo).  Ningún medio de comunicación se ha preocupado de discutir los alcances de esta sentencia, de entrevistar a los involucrados (¡al juez Ulloa Parada, que está tan de moda!), de pensar el asunto, nada.  Es muy patético, de veras.

Lo dicho: a los medios de comunicación les gusta callar porque están como ausentes (cuando les conviene: las razones de fondo son desagradables).
   
P.S.- En la foto, dicho sea con el estribillo de moda, ¿De qué se ríe Neira? ¿De la mediocridad de la llamada “prensa libre” acaso?  Ummm.  Y sí, puede ser.

Libertad de opinión

5 de mayo de 2007

Xavier Castro publicó un artículo en revista Vistazo donde opinó que Xavier Neira era el “verdadero director nacional de personal de la Función Judicial desde 1998 y considerado el abogado sin título más poderoso del país”. Conozco a decenas de personas que comparten la opinión de Castro; yo mismo la suscribo sin demora. Se supone, sin embargo, que no deberíamos compartir esta opinión porque corremos el inminente riesgo de que Neira nos demande por injurias calumniosas y no calumniosas graves, acto que el aludido perpetró en contra de Castro en razón del citado artículo.

Tanto dramatismo de Neira, sin embargo, no se justifica, en razón de las propias normas y hechos que él refiere en la acusación particular que presentó contra Castro. Neira cita el artículo 13 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos y recuerda que fue Ministro de Industrias, Diputado de la República en dos ocasiones y candidato a la Presidencia de la República (¿cómo olvidar la comicidad involuntaria de LeoNeira?), todo lo cual, en sus propias palabras, lo configura como “hombre público y de ahí la mayor afectación de las injurias descritas”. Pero Neira se equivoca, porque precisamente el artículo que cita, sin conocerlo bien, se interpreta de manera opuesta a la que él sugiere.

Me explico: el artículo 13 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos protege el derecho a la libertad de expresión; la Comisión Interamericana de Derechos Humanos interpreta este derecho mediante la “Declaración de Principios sobre Libertad de Expresión” cuyo principio décimo establece una menor protección para los funcionarios o personas públicas y la obligación que tienen éstas de probar que el presunto autor de la injuria tuvo la inequívoca intención de infligirles daño, en cuyo caso únicamente debería aplicársele una sanción civil, porque la Comisión Interamericana entiende que la libertad de expresión genera “discursos críticos o incluso ofensivos” ante los cuales las denuncias de injurias suelen utilizarse para atacarlos o silenciarlos (cualquier semejanza con la realidad no es mera coincidencia). La ciberpágina de la Relatoría para la Libertad de Expresión es pródiga en información a este respecto y la sentencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos en el Caso Ricardo Canese c. Paraguay no permite dudas acerca de la necesidad de aplicar los principios sobre libertad de expresión en el derecho interno.

Nos hallamos, entonces, ante la necesidad de defender la libertad de opinar garantizada en la Constitución y amparada en normas e interpretaciones de instrumentos internacionales que son plenamente aplicables en el país (y que prevalecen sobre las leyes) o de admitir que esta libertad se criminalice mediante el recurso a una acción penal que la acalle. Tengo la convicción de que en el hipotético (y desde luego, erróneo) caso de que a Xavier Castro la justicia penal lo condene, a éste le queda expedito el camino ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos para que responsabilice al Estado ecuatoriano y lo obligue a pagarle una indemnización que lo resarza de esa condena; más aún, tengo la firme convicción de que la obligación de quienes hacemos opinión pública es tomar partido por la defensa del derecho a expresar nuestra opinión, derecho éste, que mucho enoja y poco entiende Xavier Neira.