Lentes

31 de agosto de 2009

Es sabido que en este espacio virtual no le tenemos mucho cariño que se diga a León Febres-Cordero, por razones que se han expuesto antes y que se explicitan en el cartel. Pero eso no impide en lo más mínimo reconocerle lo siguiente: ¡Qué-Buenos-Lentes!

Una iglesia en la que podría creer


Al fin, al fin una iglesia en la que podría creer: “The Universal Church Triumphant of the Apathetic Agnostic” cuyo lema es conmovedor y honesto: “We don’t know and we don’t care”. Ah, esta creencia en la sensatez, tan extraña en quienes deliran con la tradición y los absurdos de la fe, etc.

La vejez nipona de David Reinoso...

30 de agosto de 2009

… Yukio Hatoyama, líder de la oposición, obtuvo una histórica victoria hoy. Datos interesantes de la misma, con implicaciones en lo económico y en lo militar, por acá.

Honduras y ciertos "demócratas"


La Comisión Interamericana de Derechos Humanos publicó el 21 de agosto sus Observaciones Preliminares de la visita a Honduras. Para elaborar estas observaciones preliminares, la Comisión Interamericana realizó una visita al territorio hondureño del el 17 al 21 agosto cuyo objetivo fue “observar la situación de los derechos humanos en el contexto del golpe de Estado del 28 de junio de 2009”.

En estas observaciones preliminares la Comisión Interamericana informa que desde el 28 de junio de 2009 “ha recibido numerosas denuncias sobre violaciones a los derechos humanos en el contexto del golpe de Estado” y que ha concedido una medida cautelar, la que en varias ocasiones ha ampliado, “a fin de salvaguardar la vida e integridad de un total de 106 personas respecto de las cuales recibió información sobre la existencia de una situación de riesgo inminente de daño irreparable”.

Asimismo, la Comisión Interamericana sostiene “que el golpe de Estado ejecutado mediante la remoción del Presidente constitucional tiene un impacto inmediato sobre la vigencia del Estado de derecho y de los derechos humanos en Honduras” y que ha constatado “que la ruptura del orden constitucional originada por el golpe de Estado está acompañada de una fuerte presencia militar en distintos ámbitos de la vida civil, la suspensión de garantías mediante la implementación de un toque de queda que no cumple con los estándares del sistema interamericano y la ineficacia de los recursos judiciales para salvaguardar los derechos esenciales de las personas”, así como ha confirmado “un patrón de uso desproporcionado de la fuerza pública, detenciones arbitrarias, y control de la información dirigido a limitar la participación política de un sector de la ciudadanía”, que ha provocado como consecuencia “la muerte de por lo menos cuatro personas, decenas de heridos, miles de detenciones arbitrarias, cierre temporal de canales de televisión y amenazas y agresiones a periodistas”. La Comisión Interamericana describe varios casos de esas graves violaciones a los derechos humanos y concluye que la “situación de ilegitimidad democrática […] tiene un impacto negativo sobre la vigencia de los derechos humanos de todos los habitantes de Honduras”.

Estas observaciones preliminares de la Comisión Interamericana son concluyentes en probarnos que la situación de responsabilidad del gobierno de facto en Honduras es de suma gravedad, por represiva y antidemocrática. Y sin embargo, estas observaciones no han merecido casi análisis en los medios de comunicación. En realidad, no pocos analistas políticos locales han ensayado una escueta pero conveniente defensa del golpe de Estado en Honduras, la que ha solido acompañarse por una despreocupación bastante parecida a la estupidez en el análisis de sus consecuencias (cuatro muertos, decenas de heridos, miles de detenidos, violaciones graves a la libertad de expresión). Tal parece, entonces, que la defensa de los principios democráticos (un asunto que mucho parece excitarlos a estos analistas cuando se refieren al gobierno de Hugo Chávez o al gobierno local) la hacen solamente por razones de conveniencia, a beneficio del capital autoritario y muy a despecho de su “compromiso” democrático.

Muñequitos León Febres-Cordero

29 de agosto de 2009

xaflag en asocio con corporación Full Dollar presentan:

“Diciembre de 2008 deparó a la comunidad guayaquileña un golpazo de proporciones apocalípticas: el sentido deceso de uno de los hijos más ilustres de esta ciudad, León Febres-Cordero Rivadeneyra, figura tan insigne como lo es nuestro siempre humilde, ecuánime y democrático burgomaestre.

Para honrar en algo el enorme legado que Febres-Cordero nos dejara, el Muy Ilustre Concejo Cantonal de Guayaquil, en una de esas sesiones que se ha calificado con todo merecimiento y por unanimidad (salvo por aquel amargado de siempre) como “histórica” por nuestros sabios representantes, decidió nombrar con todo merecimiento y por unanimidad un paseo en el malecón con el nombre de León Febres-Cordero Rivadeneyra para honrarlo sin MENOSCAGAR -como sostendría
ex profeso, con toda propiedad y decoro nuestro alcalde en sesión solemne- al de Simón “trafícate una arma” Bolívar.

xaflag, en asocio con corporación Full Dollar, a través de su Comisión Especial Para la Calificación y Dictamen sobre la Erección de Monumentos y Denominación de Calles, Plazas, Otros Lugares Públicos y Muñequitos de Venta Ocasional (Mas Nunca, Pero Nunca Informal) y de Bajo Presupuesto, han decidido unirse con cívico fervor a esta ecuánime iniciativa de justísimo reconocimiento acordado por el Muy Ilustre Concejo Cantonal de Guayaquil, con la puesta en venta ocasional de estos hermosos e insignes muñequitos que representan la egregia y leonina figura de León Febres-Cordero Ribadeneyra.

Dado en el espacio virtual de Internet el 29 de agosto de 2009. Déjase constancia de lo actuado mediante este sencillo pero sentido homenaje fotográfico de la obra plástica que honra la memoria de este severendo personaje”.

Intro de la obra


Perfil lateral


Frontal

Lateral izquierdo


Perfil diagonal, inclinación derecha

Vista definitivamente lateral derecha

Lateral, sí, lateral

Vista diagonal izquierda

Vista recontra que frontal

Culo

Vista superior


Superior desenfocado

Para propósitos de escala

Ligue já! (a 20 dólar el muñequito, a 50 dólar el muñequito con su certificado de autenticidá –para que sepan que usted no es un informal).

Bancándome a los amiguetes

28 de agosto de 2009


En este espacio virtual nos bancamos al 100 al personal que nos cae bien (así como fletamos en vuelo directo a la casa más rancia y plenipotenciaria de la verga a los pocos que nos caen mal). Así, en esta cosa de bancarse a los amiguetes, les cuelgo el enlace a esta bitácora que quiere ponerle ganas al tema de la defensa de los derechos en Guayaquil, en particular, con relación a los abusos que cometen las autoridades del Municipio local, tema éste al que en este espacio virtual se le ha dado mucha pelota (a contramano de la obsecuencia mediática, que suele obviarle las críticas y vitorearlo sin pudor) y, asimismo, nos bancamos ergo colgamos este comentario de Felipe Cucalón Rodríguez en su bitácora sobre un tema caro al cuore: la debacle institucional y deportiva del BSC, sobre la que mucho hay para decir (esa historia política está pendiente, está pendiente…).

El delfín del León...

… ¿ruge? Nop. Maúlla. (Jiuston, Jiuston, tenemos problemas de identidad zoológica en el cantón.)

Enrique Santos y un conductor borracho

27 de agosto de 2009


La prensa de Panamá resulta instructiva. El lunes, mientras en la temprana noche jamaba un sánduche en el restorán del hotel, leí en el diario La estrella este artículo del colombiano Enrique Santos Calderón. En su artículo, Santos menciona la situación del Departamento Administrativo de Seguridad (DAS), el que “sigue asociado a inimaginables escándalos” y cuya descomposición “no ha hecho sino agudizarse. No es gratuito que hoy tenga presos a 11 altos ex directivos por seguimientos, hostigamientos e interceptaciones ilegales de magistrados, líderes políticos y periodistas”, e incluso, a miembros de “la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y a asesores (staffers) de congresistas norteamericanos”.

Hay que recordar que el DAS es una entidad adscrita a la Presidencia de la República de Colombia, con lo cual una de las consecuencias que lamenta Santos es “la imagen internacional de un aparato de seguridad del Presidente de la República que espía ilegalmente a los líderes opositores”. Podría lamentarse en lo internacional, pero según el propio Santos no mucho en lo nacional (de Colombia) porque “[e]l escándalo no ha generado la indignación pública ni el debate político que merecería, posiblemente porque los interceptados y hostigados hacen parte de una minoría opositora del Gobierno”. Y concluye, sobre la sociedad colombiana: “Pero qué peligrosa empieza a volverse una sociedad donde los abusos se toleran porque se cometen contra los que piensan diferente”.

Esta es una conclusión grave e interesante para el caso de Colombia, la que puede complementarse con las violaciones a la libertad de expresión que en ese país suceden y con las graves violaciones a los derechos humanos de los que se ha responsabilizado en el ámbito internacional al Estado colombiano (v. acá, amplia información) y multiplicar esa gravedad a niveles críticos. Pero, al menos, podemos ahorrarle una preocupación al señor Santos: no tiene casi ninguna razón para preocuparse de la imagen internacional de Colombia en el Ecuador. Porque mientras Colombia le resulte funcional a la prensa ecuatoriana para hacerle oposición al gobierno de Rafael Correa (1) ninguno de los casos de autoritarismo, acumulación de poderes, reelección, agresiones a la libertad de expresión, espionaje, corrupción o violaciones graves a los derechos humanos que no escasean en el gobierno de Uribe y que, por supuesto, tanto les preocupan a la prensa nacional y a tantos biempensantes (o sea, aquellos que nunca se toman la molestia de pensar en nada) locales cuando pueden imputárselos al gobierno de Rafael Correa, o a ése, su fetiche favorito, el gobierno de Hugo Chávez, usualmente nunca los preocupan cuando se trata de Colombia. En el caso de Colombia esas atrocidades no merecen (sino por mínima excepción) reflexionarse, ni discutirse seriamente, ni formar parte del análisis del contexto. Porque en el caso de la prensa ecuatoriana, pedirles ese mínimo de periodismo serio es pedirles demasiado. Y no sólo porque no están acostumbrados a llegar tan lejos en su oficio, sino porque no les resulta funcional a sus intereses de oponerse de cualquier manera al gobierno de Correa. Así, mientras Colombia resulte funcional a esos propósitos de la prensa ecuatoriana, el señor Santos, para el específico caso ecuatoriano, podrá estarse muy tranquilo: la imagen internacional de su país en Ecuador será (casi) impecable.

Aquí es cuando interviene otro artículo que, de nuevo en el restorán del hotel donde me alojo, leí la mañana de ayer al desayuno, publicado en diario La Prensa, de autoría de Francisco Bustamante y titulado “Cuando la culpa es de otros o de un demonio”. Empieza con la historia de un diputado borracho al que “[l]a policía intentó detenerlo por mal manejo. El padre de la patria le entró a tiros a la patrulla, dejando mal herida a la policía que conducía el vehículo. Amparado en su impunidad legislativa, no fue a la cárcel. Días después apareció en los medios culpando al demonio que se le metió en el cuerpo, pero ya había sido sanado por un predicador. La culpa era del demonio, no de él y, además, Dios lo había perdonado. La mujer policía misteriosamente retiró toda demanda contra el honorable diputado”. Bustamante cita la historia para decir que ha leído en distintos medios “que la culpa de todo es del izquierdismo populista” (¿les suena conocido?) y enumera enseguida los casos de Bolivia, Perú, Ecuador, Nicaragua y (¿cómo no?, está servido) Honduras, en los que él afirma que se comete la simpleza de culpar en todos esos casos a Hugo Chávez. Y Bustamante es claro: “[n]o me gusta Chávez ni sus posiciones rocambolescas, su falta de respeto a los otros presidentes, su munificencia con los recursos del pueblo, su oratoria pesada, rebuscada y ofensiva” (valga precisarlo: similares razones por las que a mí Hugo Chávez me parece un bocón despreciable). Pero Bustamante la tiene clara (es que si lo miramos con un poquito de sensatez y buena fe no es difícil): “miles de Chávez no tendrían influencia […] sino existiesen condiciones de exclusión, pobreza y desigualdad”.

A diferencia de Santos, el panameño Bustamante no está preocupado por la imagen internacional de ningún país, ni siquiera por la imagen del bocón de Chávez. Simplemente es un lector de diarios que se manifiesta perplejo por la simpleza argumentativa que estos utilizan (si leyera la prensa ecuatoriana su perplejidad se ahondaría a niveles insospechados) al que le causa impresión que la necesaria complejidad en el análisis de la realidad de un país se reduzca a la influencia de un tercero. Pero es que, vistas las cosas, no es tan extraño. Hugo Chávez resulta funcional a sus intereses de oponerse de cualquier manera (que las hay buenas y las hay malas, por supuesto) al gobierno de Correa. Con ese fetiche les basta y les sobra. Salirse de esos márgenes, pensar a profundidad esa relación, pensar su propio rol en ese asunto (¡ni se diga hablar en serio de “exclusión, pobreza y desigualdad”, porque para eso está campante la crónica roja!!!) es pedirles, de nuevo, es pedirles demasiado.

La prensa de Panamá resulta instructiva para aquilatar que la prensa de Ecuador resulta tendenciosa. Mucho es el servicio que presta el restorán de este hotel, eh (y más si se le suma el lomo a las tres pimientas del almuerzo, ja).

(1) ¡Ah, qué felices tiempos aquellos para el país cuando todo lo que sucedía en la frontera norte era permisible, incluido el constante bombardeo con el sabroso glifosatico!

24 de agosto, 10 años, dos charlas, una milonga

24 de agosto de 2009

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El 24 de agosto de 1999 (lo recuerdo con precisión porque era el centenario del nacimiento de Borges) dicté una charla en un congreso de derecho internacional que se celebró en Mendoza, Argentina. La charla fue sobre la despenalización de las drogas y provocó una interesante polémica que se debatió en concurrido taller. Hoy, precisos diez años después, en Ciudad de Panamá, dicté otra. Ésta, sobre el sistema interamericano de protección de los derechos humanos, en cuya sesión inaugural (porque el asunto durará 5 días) hablamos sobre las relaciones entre el principio de no intervención y la protección de los derechos humanos (con énfasis en la experiencia latinoamericana), entre el derecho internacional y los derechos internos de los Estados, entre el derecho internacional regional (sistema interamericano) y el derecho internacional universal (sistema de Naciones Unidas), entre el sistema regional interamericano de protección de los derechos humanos y el sistema regional europeo ídem, entre la relación jurídica entre el individuo y el Estado, para terminar la intervención con una breve mención a la historia de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos en su función de protección de los derechos humanos. Salió muy bien, buen diálogo, buen ambiente.

10 años pasaron: más curtido, pero con similares ganas de sorprenderme como cuando era pibe, como cuando leí, por ejemplo (para seguir con Borges en este día de su natalicio) el primer poema que de Borges yo leí, en una enciclopedia Salvat infantil que todavía conservo y que me despertó la curiosidad y el gusto por la literatura. Una milonga, la de Borges, cuya música compuso el enorme Aníbal Troilo y que, por una razón obvia, sentí cercana (vídeo con sentido rasgado de guitarra, in fine).

Milonga de Manuel Flores

Manuel Flores va a morir,
eso es moneda corriente;
morir es una costumbre
que sabe tener la gente.

Y sin embargo me duele
decirle adiós a la vida,
esa cosa tan de siempre,
tan dulce y tan conocida.

Miro en el alba mis manos,
miro en las manos las venas;
con extrañeza las miro
como si fueran ajenas.

Vendrán los cuatro balazos
y con los cuatro el olvido;
lo dijo el sabio Merlín:
morir es haber nacido.

¡Cuánto cosa en su camino
estos ojos habrán visto!
Quién sabe lo que verán
después que me juzgue Cristo.

Manuel Flores va a morir,
eso es moneda corriente:
morir es una costumbre
que sabe tener la gente.

Borges, 110


Hoy, Jorge Luis Borges cumpliría 110 años: JLB nació antes de la fecha de independencia del país donde estoy. Dos borgeanos poemas de melancolía, uno sobre los límites de toda vida en la que siempre nos despedimos de cosas y personas sin realmente saberlo ni despedirnos, otro sobre una amistad que acaso pudo ser y que la impidieron los hechos de un tiempo que (como, por lo demás, cualquier otro) no podemos entender.

Límites

De estas calles que ahondan el poniente,
una habrá (no sé cuál) que he recorrido
ya por última vez, indiferente
y sin adivinarlo, sometido

a quien prefija omnipotentes normas
y una secreta y rígida medida
a las sombras, los sueños y las formas
que destejen y tejen esta vida.

Si para todo hay término y hay tasa
y última vez y nunca más y olvido
¿Quién nos dirá de quién, en esta casa,
sin saberlo, nos hemos despedido?

Tras el cristal ya gris la noche cesa
y del alto de libros que una trunca
sombra dilata por la vaga mesa,
alguno habrá que no leeremos nunca.

Hay en el Sur más de un portón gastado
con sus jarrones de mampostería
y tunas, que a mi paso está vedado
como si fuera una litografía.

Para siempre cerraste alguna puerta
y hay un espejo que te aguarda en vano;
la encrucijada te parece abierta
y la vigila, cuadrifonte, Jano.

Hay, entre todas tus memorias,
una que se ha perdido irreparablemente;
no te verán bajar a aquella fuente
ni el blanco sol ni la amarilla luna.

No volverá tu voz a lo que el persa
dijo en su lengua de aves y de rosas,
cuando al ocaso, ante la luz dispersa,
quieras decir inolvidables cosas.

¿Y el incesante Ródano y el lago,
todo ese ayer sobre el cual hoy me inclino?
Tan perdido estará como Cartago
que con fuego y con sal borró el latino.

Creo en el alba oír un atareado
rumor de multitudes que se alejan;
son los que me ha querido y olvidado;
espacio, tiempo y Borges ya me dejan.

Juan López y John Ward

Les tocó en suerte una época extraña.

El planeta había sido parcelado en distintos países, cada uno provisto de lealtades, de queridas memorias, de un pasado sin duda heroico, de derechos, de agravios, de una mitología peculiar, de próceres de bronce, de aniversarios, de demagogos y de símbolos.

Esa división, cara a los cartógrafos, auspiciaba las guerras.

López había nacido en la ciudad junto al río inmóvil; Ward, en las afueras de la ciudad por la que caminó Father Brown. Había estudiado castellano para leer el Quijote.

El otro profesaba el amor de Conrad, que le había sido revelado en una aula de la calle Viamonte.

Hubieran sido amigos, pero se vieron una sola vez cara a cara, en unas islas demasiado famosas, y cada uno de los dos fue Caín, y cada uno, Abel.

Los enterraron juntos. La nieve y la corrupción los conocen.

El hecho que refiero pasó en un tiempo que no podemos entender.

Defensoría del lector

23 de agosto de 2009

William Morgan, quien fuera ombudsman de la CBC (Canadian Broadcasting Corporation) acuño la siguiente frase: “errar es humano; negarse a admitir el error es periodismo”. Para la prensa escrita en español, el término ombudsman (de origen sueco) puede traducírselo por defensor del lector; para la prensa escrita de Ecuador la frase de Morgan puede considerársela descriptiva del periodismo que ésta suele practicar.

La frase de Morgan puede aplicarse a muchos ámbitos de la práctica periodística, pero en esta columna me interesa referirme a uno en particular: la defensoría del lector. En Ecuador, ningún medio de comunicación escrita, ni público ni privado, salvo la honrosa excepción (desde 1994) de diario Hoy, tiene una defensoría del lector. Esta institución cumple usualmente la función de escuchar a los lectores del diario, escribir un boletín diario que critique lo que se publicó (el que circula internamente entre los periodistas) y publicar una columna semanal que critique el trabajo realizado de ese período, en términos de su cobertura de noticias, de las discusiones éticas que pueden suscitarse, de la comparación con el trabajo de otros diarios, etc., en particular, a raíz de las críticas que formulen los lectores.

La frase de Morgan puede acompañarse de esta frase de Jesús Martin-Barbero: “Mucha gente que no encaja [en los medios de comunicación] es porque las empresas de medios no quieren gente que venga a cuestionar y que venga a democratizar lo que está pasando. Lo que quieren es 'carga ladrillos' que se pregunten muy pocas cosas sobre el mundo, sobre la vida y sobre el país. Cuanto menos se pregunten, mejor”. Lo peor no es que los medios de comunicación lo quieran casa adentro, con su staff de periodistas (un informe que publicó el Centro Internacional de Estudios Superiores de Comunicación para América Latina muestra que el 38% de periodistas sacrifican principios profesionales por temor a perder su trabajo y que en la TV ese número es mayor a la mitad; que el 44% se autocensura por presión de los dueños y directores de medios y que el 30% lo hace por presión de los grupos de poder, con lo que se tienen sólidos indicios de que las amenazas contra la libertad de expresión “provienen con mayor intensidad […] de factores internos y externos al propio medio”) sino que los medios de comunicación quieran hacerlo también con nosotros, sus lectores: que aceptemos sin cuestionarla, la información y las opiniones que publican para nuestra lectura. Porque no de otra forma puede entenderse el que ningún medio de comunicación de la prensa escrita (salvo el Hoy) se permita un diálogo crítico con sus lectores (supongo que no hay nadie sensato que se crea que esa función la cumplen las cartas al editor).

Como no sea verdadera la frase de Morgan que abre este artículo, no se observa ninguna razón de peso para que no se incorpore la defensoría del lector a los medios de comunicación locales: se trata de un compromiso mínimo. Porque, de veras, no es difícil establecer un Código de Buenas Prácticas de la Redacción (como lo ha hecho Expreso) y crear una defensoría del lector que (entre otras cosas) vigile y discuta, de manera constructiva, su cumplimiento.

Espacio púb(l)ico

21 de agosto de 2009











En plena esquina de Dolores Sucre y Maracaibo, en el barrio El Centenario












Existe una amplia área verde, cuya figura central es el busto de un adusto personaje…
















Al cual no puede accederse en ningún momento porque siempre lo impiden la cerca y el candado…












Y del cual no se tiene ni la más puta idea de su nombre, ni de sus méritos para ocupar este inaccesible espacio…















En razón de lo cual y con miras de proveer de utilidad a este sinsentido, el servidor que administra esta bitácora en asocio con la corporación Full Dollar, tenemos a bien sugerirle de la manera más comedida a las autoridades de la M. I. Municipalidad de Guayaquil que se sirvan ponerle, a usanza de preservativo, una bolsa de látex en la cabeza de este anónimo y adusto personaje y se dignen bautizarlo con el propicio nombre de “La Verga Enmascarada, Paladín Municipal de la Prevención Sexual” para, con este digno ejemplo de gallarda y didáctica prevención, contribuir al incentivo de la educación sexual y reproductiva en esta hidalga ciudad, a despecho del Vicario, etc. y de otras lindezas que andan por ahí.

Hacemos propicia la ocasión para manifestarles a las autoridades de la MIMG las muestras de nuestra más alta consideración y estima,

xaflag / corporación Full Dollar

Bonus: La Verga Enmascarada cuenta con adecuado soundtrack para la difusión de su tan gallarda como didáctica tarea de prevención.

Paremos de sufrir

20 de agosto de 2009















Más, acá. (Judas no es el único que manda cariño con trampa. Silvia Buendía puede dar fe de eso.)

P.S.- Si no visualiza bien el feisbuc de Yisus no haga el tonto y haga clic en la imagen.

Otra de familia, en plan tan random como político

19 de agosto de 2009


Mi relación con la familia Icaza es lateral: no me cuento en la nómina de los cerca de 4.000 descendientes de Martín de Icaza y Caparroso. Mi relación más cercana y fluida con un miembro de esa familia fue con Isidro Icaza Plaza, quien casó con mi tía Mariquita en los tempranos años cuarenta y mantuvo ese contrato especial hasta que su muerte lo separó en febrero de 2005: una relación casi cotidiana en la medida en que vivían en el departamento de arriba de mi edificio. Pero lo que me interesa destacar en esta entrada es el vínculo de la familia Icaza con el poder político, el que se destaca en esta ciberpágina de otro tío político mío, Eduardo Estrada Guzmán. En la dicha ciberpágina, Eduardo Estrada cita en extenso el trabajo de un estudioso marxista, Osvaldo Albornoz, quien realiza una enumeración de las personas de la familia Icaza y de personas vinculadas a ésta que han ejercido el poder político. El tío Eduardo (se me hace absurdo llamarlo “Eduardo Estrada”) formula unas observaciones y correcciones al trabajo de Albornoz: su ciberpágina no tiene pérdida para hacer notar cómo el poder político se ha vinculado en este país, de manera habitual, a unas pocas familias (en su trabajo, Albornoz menciona el caso de otros clanes, como los Noboa, los Chiriboga, los Larrea y los Gómez de la Torre). La historia no está exenta de ironía, como lo señala mi tío Eduardo, cuando la lista de personas de la familia Icaza en el poder político termina por incluir a Rafael Correa "hijo de Rafael Correa Icaza, tataranieto del ministro Octavio Gerardo Icaza García y sobrino chozno de los tan mencionados ministros Icaza Paredes. Como Rafael Correa Delgado está aplicando una política socialista indefinida y experimental, Albornoz habría estado encantado con este desenlace de la relación de los Icaza con el poder público".

La vida (familiar) te da sorpresas / sorpresas te da la vida (familiar), ay Dios. (Para ponerme a tono con mi viaje a Panamá de este fin de semana).

Dos sobre Colombia / Tres sobre los CDR

18 de agosto de 2009


Sobre Colombia, Fernando Carrión en diario Hoy del sábado 15 de agosto (por cierto, una de las mejores plumas que escriben en la prensa local: acá, mucho Carrión) y volvemos a Claudia López en El Comercio del domingo 16 de agosto de quien ya hemos hablado antes en esta bitácora y que nunca sobra.

Sobre los polémicos CDR, para ilustrar lo que otros oscurecen, Alfonso Oramas en El Universo del 15 de agosto, el siempre bienvenido tocayo Zavala en diario Expreso y el amigo Ángel Largo Méndez en su bitácora, con artículos frescos del día. Que les aproveche.

Woodstock

En reciente relectura de La revolución y nosotros, que la quisimos tanto, de Daniel Cohn-Bendit, me encontré con una entrevista a Abbie Hoffman realizada en setiembre de 1985, en la que puede leerse este fragmento:

“Dentro de treinta o cuarenta años, cuando se escriba la historia de nuestro siglo, Woodstock será reconocido como uno de los acontecimientos más importantes de estos tiempos… ¡Tan importante como Stravinsky! Un suceso único, extraordinario… Estoy convencido de que más adelante se reconocerá la capital importancia que tuvo en cuanto comunión espontánea de toda una generación. Hoy nadie puede imaginar lo que fue aquella concentración de quinientos mil jóvenes que, durante tres días, escucharon a las mejores y más originales músicos de la época. Toda aquella gente, una verdadera marea humana, tendida en la hierba, tranquila, feliz. Se había anunciado un cataclismo, una hecatombe. El gobernador del Estado (Rockefeller) la declaró zona catastrófica. Para el New York Times, era una auténtica pesadilla, y para todas las instituciones biempensantes del país, una tragedia. Era monstruoso, inaceptable. Nosotros en cambio decíamos: ‘Será formidable… ya veréis, será maravilloso’. Y lo fue”.

Y lo fue. Acá, la pulenta cobertura que la edición argenta de la Rolling Stone realizó de los 40 años de ese festival, con un recuerdo de un joven Martin Scorsese en el mismo (cuando era un tanito cualquiera de Little Italy) y una entrevista a su creador, Michael Lang. Acá, el muy buen reportaje que publicó el domingo diario El Universo (lo mejor que leí en la prensa local sobre el tema) de esos días de agosto del ’69, con la inclusión de la mirada de un guayaquileño, la del amigo Sergio Pérez, sobre el festival (la leyenda cuenta que Sergio fue el único ecuatoriano que allí estuvo –yo no conozco de otro que cuente esa historia, al menos) y de la influencia tardía del festival en Guayaquil. Al día siguiente y de manera curiosa, Alfonso Reece escribió la columna ¿Por qué no estuve en Woodstock?, donde declara no saber “si algún ecuatoriano estuvo entre los 500 mil afortunados que lo vivieron” (por temas de edición, Reece no se enteró de la historia de su colega de página Pérez). Por cierto que la columna de Reece, escrita en un plan chance mafufero, es bastante buena.

40 años atrás, el 18 de agosto de 1969, tipo 9:00 AM, Jimi Hendrix tocaba en Woodstock. Y supongamos que tocaba ésta: