La tristeza socialcristiana

3 de febrero de 2023

            Publicado en diario Expreso el viernes 3 de febrero de 2023.

Gane o pierda en las elecciones para la alcaldía de Guayaquil este 5 de febrero, el PSC tiene que admitir la derrota de su modelo de desarrollo. Después de más de 30 años de manejar el poder de manera casi omnímoda en Guayaquil, el resultado ha sido una ciudad donde la vida es mucho menos una cosa de dignidad como lo es de supervivencia, donde la violencia campea, el tráfico desespera y la existencia de las personas tiene precio. Este desastre, consecuencia de un modelo de desarrollo impuesto por tres décadas, ya no puede ser asociado con el éxito. Es un rotundo fracaso.  

Y no cabe excusar el fracaso en el gobierno central. No porque el gobierno central haga algo (no hace nada, o al menos, nada bien) si no porque, si bien el gobierno municipal no tiene competencia en seguridad, sí que tiene las competencias para hacer de Guayaquil una ciudad segura. Una ciudad segura tiene una atención digna de las obras y los servicios, que deben llegar a todos los sectores de la población con independencia de su condición económica. Una ciudad segura tiene una provisión adecuada de áreas verdes y de espacios públicos inclusivos y apropiados por los ciudadanos (todas estas son obligaciones de una alcaldía según el COOTAD). Una ciudad es segura cuando ocurre que la ciudadanía la siente como propia, pues así la cuida y la quiere. 

Pero el modelo de desarrollo que se impuso en Guayaquil por tres décadas ha favorecido un crecimiento urbano de cemento y adoquín, de rejas y espacios cerrados, en los que se ha diferenciado la dotación de las obras y los servicios según la condición económica de sus beneficiarios. Una ciudad excluyente y gris, un paciente cultivo de 30 años para producir el desastre actual: una ciudad ajena a sus habitantes, que la miramos con recelo.

Entonces, Guayaquil no es una ciudad segura porque su modelo de desarrollo marca PSC la ha llevado a otra parte.

Si pierde el PSC en las elecciones 2023 concluirá una era. Si gana el PSC, languidecerá en lo que resta de ella. Porque no sólo que el modelo del PSC ha sido perjudicial para Guayaquil (pues la ha llevado a contramano de ser una ciudad segura) sino que hoy lo encarna su versión más insustancial y caricaturesca de un líder socialcristiano, una alcaldesa que no apela a ideales porque ha descendido al recurso roldosista de las dádivas en forma de pollos y cervezas. 

Una alcaldesa a quien la ciudad se le descalabró, a quien se le murieron por miles durante la pandemia y a quien se le mueren por miles debido a la violencia desbordada, pero que crea un personaje para un juego en línea titulado “Guayakill” (esto parece el sub-producto de un psicotrópico). Ese “kill” es su gran contribución a la historia de Guayaquil. Viteri es una asesina serial de las posibilidades de desarrollo de esta ciudad.

Ya estamos en el momento en que se debe admitir que la reelección de la alcaldesa Viteri resulta una garantía de que las cosas irán para peor.

Y que gane o pierda en las elecciones del 5 de febrero, el socialcristiano debería estar triste, tristísimo. Su proyecto de ciudad no sirvió para un carajo: 30 años después en Guayaquil se vive tan mal, y muchos dirán que peor, comparado a como se vivía a principios de los años noventa.

3 comentarios:

Antonio dijo...


Como siempre un gran texto.

La Viteri terminará viviendo en Miami. Fijo, se equivocó feo Nebot. Apostar por Fredos terminó acelerando la muerte del partido. Siempre lo consideré el más hábil mafi0so de la política ecuatoriana. Y uno que lograba capitalizar el poder manejando los hilos desde las sombras.

¿Qué dirán los que apoyaron a las gallaretas con Kolleston?

Antonio dijo...

Lo bueno de la tristeza socialcristiana es que tiene cura: esperar a las siguientes elecciones y apostar duro al congreso. Con la votación de Cynthia entra fácil como asambleísta "bichota", sólo resta saber claro, si Nebot le perdonó y le da su premio consuelo siempre y cuando jure lealtad (o "sí Ab Nebot" a diferencia de Rohon, Cucalón y otros)

Por otro lado lo de la Susie es más trágico, porque no dudarán en entregarla -como hicieron con Morales- si es que se destapa la olla de corrupción de la otra colorada.

Se pone buena la novela

Diana dijo...

¿Tiene futuro el PSC sin Nebot? ¿Se atreverá el bocón de Pocho Harb a ser la cabeza de un partido al que se le fueron "los cabreados"? ¿Va a salvar el PSC al año viejo?

Tantas preguntas y seguimos preocupados por la inseguridad en la que se sobrevive en este infierno de cemento y vallas publicitarias.