Publicado en GkillCity el 21 de octubre de 2016.
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La decisión del Ministerio de Cultura con relación a
la participación de Fernando Balseca en la Feria Internacional del Libro (FIL)
de Guayaquil tiene algunos antecedentes de relevancia. Según la reseña que
Balseca realizó en su carta al director publicada en diario El Universo el 19
de octubre (que El Universo también publicó en formato PDF y en la que replica
la afirmación de Érika Sylva, ministra de cultura, de que Balseca nunca estuvo
en la lista de participantes), se tienen los siguientes antecedentes:
1) “Desde mayo de
2011, por pedido de funcionarios del Ministerio de Cultura en Guayaquil”
Balseca desempeñó para la edición de la FIL de este año el trabajo de
“facilitar contactos con instituciones y personas de dentro y fuera del país;
sugerir nombres para la lista de escritores de fuera del país; ajustar
temáticas específicas en el tema de la cultura afroecuatoriana; y, por
supuesto, definir mi participación como ponente”;
2) El 16 de
septiembre los funcionarios en Guayaquil del Ministerio de Cultura le
anunciaron a Balseca sus responsabilidades en la FIL, las que serían “el
domingo 23 de octubre estaría en una mesa sobre narrativa actual con Carolina
Andrade e Iván Égüez; el 24 en una sobre la poesía de Adalberto Ortiz; y el 25
en una sobre poesía con Mario Arteca y Alexis Naranjo”.
3) El 10 de
octubre los funcionarios en Guayaquil del Ministerio de Cultura le informan a Balseca
que “han viajado a Quito para aprobar la lista definitiva de autores
invitados”.
4) El 13 de
octubre le informan a Balseca que su participación “no ha sido aprobada”.
Todas estas afirmaciones de Balseca se soportan en
correos electrónicos y es a partir de ellas que Balseca considera probable que
se trate de “una respuesta a la posición crítica que mantengo de cómo se está
gobernando el país, definitivamente se trata de eso, no soy una persona grata”.
Otro antecedente necesario a tomarse en consideración
en este asunto es el oficio DPR-O-11-65 fechado el 24 de mayo en que el
presidente Correa le responde a Balseca por sus expresiones vertidas en el
editorial "La mala educación" que se publicó el 20 de mayo en diario
El Universo. En dicho oficio, Correa le pregunta a Balseca, “¿Cuáles fueron las
ofensas o descortesías que habrían ocasionado el malestar del editorialista?
¿Será que cuando hablamos con la verdad agraviamos? ¿Qué insultos se profirió y
a quién? Usted no lo precisa en su editorial y la verdad es que no existe
término alguno que pueda justificar sus afirmaciones sobre el mencionado
enlace” y concluye que “tiene la decepción de constatar como la mediocridad se
ha posesionado de mentes que en otro tiempo fueron más consecuentes con el país
y que hoy sólo sirven para no servir”.
Sobre este “affaire Balseca”, algunos medios de
comunicación han publicado noticias. De hecho, el primero en publicarlo fue El
Comercio, el 17 de octubre y lo siguió El Universo, al día siguiente, con una
nota titulada “$250.000 invirtió el Estado en feria literaria”, otra en la
edición digital del mismo día (actualizada a las 16:38) bajo el título “Retiran
invitación a editorialista Balseca a Feria del Libro de Guayaquil” y otra, el
19 de octubre, titulada “Malestar por ausencia de escritor en feria del libro”.
Otros medios que han publicado al respecto son Hoy, MetroEcuador, La República
y EcuadorInmediato, además de haber provocado (hasta ahora) una columna de
opinión, la de José Luis Ortiz en diario Expreso, titulada “La KGB en la
cultura”.
Los medios de comunicación también han publicado
noticias sobre la postura del Ministerio de Cultura sobre este asunto. El
“conceptualizador” de la FIL en Guayaquil, Fernando Naranjo, “elaboró algunas
listas de escritores que fueron enviadas a Quito y la selección de los
participantes es del Ministerio de Cultura en la capital”. Según Erika Sylva,
ministra de cultura, es “‘falso’ que se haya excluido de la lista de
participantes al escritor Fernando Balseca” porque, según ella, durante el
proceso de organización “se consulta a personas que no necesariamente van a
participar”, “la definición de los escritores que participan la hace un comité
del ministerio y él no constaba en la invitación oficial” y porque “Fernando
Balseca no constaba en la lista que a ella le remitieron los comités editorial
y organizador de la cita literaria”, por lo cual, “él no ha sido invitado, por
lo que no se puede decir que se ha retirado la invitación”. Ella aprobó la
lista de invitados “el 22 de septiembre” e “inmediatamente se hicieron las
invitaciones”; asegura que “no excluyó ni añadió ningún nombre”.
El Ministerio de Cultura, ante la nota de prensa
publicada en la edición digital de diario El Universo del 18 de octubre
(“Retiran invitación a editorialista Balseca a Feria de Libro de Guayaquil”) y
a manera de descargo de lo que en ella se le imputaba, replicó en una
publicación en su página web institucional fechada 19 de octubre que el
ministerio tiene “un procedimiento institucionalizado de selección de sus invitados
a toda feria, dado el limitado cupo de participantes”, que “el órgano encargado
de la selección de nuestros invitados es el Comité Editorial, que a lo largo de
varios meses, y en consulta con la comisión organizadora de la feria, considera
decenas de nombres de potenciales participantes evaluando la pertinencia de su
selección de acuerdo a criterios de equidad de género, equidad generacional, de
etnia, equidad regional, mérito, trayectoria y temática de la feria, además de
procurar una alternabilidad”, con el fin “de garantizar un proceso objetivo,
orientado a brindar igualdad de oportunidades a todas y todos los escritores
del país y a eliminar cualquier rasgo de discrecionalidad en la selección”, por
lo que deslinda toda “deliberada intencionalidad de marginación” en el hecho de
que algún escritor haya quedado fuera de la lista y solicita, “en vista de que
este procedimiento legítimo y transparente de selección ha sido totalmente
invisibilizado y tergiversado en el mencionado artículo […] la publicación de
esta carta aclaratoria en el espacio en que se publicó la nota de prensa”. A
diferencia de Balseca, cuya réplica en una carta al director se la concedió de
manera inmediata (al día siguiente), la solicitud de réplica del Ministerio de
Cultura todavía no se ha publicado.
En su carta al director, Fernando Balseca, reconoce
“el derecho que tiene toda persona y toda institución de escoger a sus
invitados”, pero concluye que de los antecedentes citados se “muestra que los
funcionarios en Guayaquil me involucraron en la Feria y que mi participación
luego fue prohibida por las autoridades del Ministerio de Cultura en Quito”. Yo
sostengo que esos antecedentes han convertido a la decisión del Ministerio de
Cultura en sospechosa de discriminación.
Mientras tanto, en Guayaquil, la decisión de su
municipio de no exonerar el impuesto a los espectáculos del documental “Con mi
corazón en Yambo” se debió, según la versión de la directora del documental,
María Fernanda Restrepo, publicada en su página de Facebook el lunes 17 de
octubre y recogida por El Comercio, a lo siguiente:
"BOICOT a ‘Con mi corazón en Yambo’ en Guayaquil! Tras casi 2 meses de trámites, el Municipio de GYE nos niega la exoneración de impuestos de la película, un derecho que tienen todas las películas nacionales, con la excusa de que no soy ecuatoriana (o sea, mi cédula ecuatoriana no significa nada, mi partida de nacimiento tampoco!). Seguro Nebot está encima de su financiero de pacotilla, sino lo corren del puesto. NEBOT, SIN EXONERACION LA GENTE SEGUIRA ACUDIENDO A VER LAS ACTUACIONES DE TU GOBIERNO FELINO. ANDRES Y SANTIAGO TE SEGUIRAN TALADRANDO LA MENTE. NO PUEDEN HACER NADA".
Según Restrepo, no iba a apelar la resolución de la
dirección financiera municipal: “Yo no me voy a poner en trámites engorrosos
[…] por el capricho de ciertos funcionarios”. Un antecedente relevante es que
el alcalde Nebot fue parte del gobierno del ex presidente León Febres-Cordero
en cuyo período sucedió la desaparición de los hermanos Restrepo y que el
documental de María Fernanda Restrepo “es un relato sobre el drama familiar que
vivió la familia Restrepo luego de [su] desaparición” (y es eso a lo que se
refiere con letras mayúsculas Restrepo en su publicación de Facebook). A partir
de esta publicación, el asunto empezó a circular en las redes sociales: en el
período en el que la Municipalidad de Guayaquil todavía no tenía una versión
(“ningún funcionario atendió nuestro pedido”), lo publicado en el Facebook por
María Fernanda Restrepo había “causad[o] revuelo en las redes sociales”,
“gener[ado] polémica” y muestras de “solidaridad con Restrepo publicando tweets
contra el alcalde de Guayaquil, Jaime Nebot”. La noche del 17 de octubre, El
Universo reseñó reacciones en Twitter y el propio Alcalde Nebot se apresuró a
comunicar en sus 140 caracteres: “NO HAY CENSURA NI BOICOT”.
La municipalidad de Guayaquil revisó de inmediato la
decisión de su dirección financiera. Al día siguiente, El Comercio publicó la
opinión de Nebot al respecto: “Tan pronto me enteré ayer de noche, dispuse que
se revoque esa decisión y que proceda a dar la exoneración como corresponde”.
En su cuenta de Twitter, Nebot escribió: “Alcaldía de Guayaquil informa:
Dirección Financiera del Municipio notifica el 18 de octubre del 2011 que se le
concede la exoneración de impuestos a los espectáculos al documental ‘Con mi
corazón en Yambo’”. El diario digital La República informó que “María Fernanda
Restrepo Arismendi presentó en el despacho de la Dirección Financiera
Municipal, a las 13:00, los nuevos documentos de ‘Con el corazón en el Yambo’”
y a las 14h05 de ese mismo día, la dirección financiera municipal resolvió a
favor de Restrepo. Un trámite que había sido demorado y denegado (también de
manera sospechosa de discriminación) súbitamente se resolvió en una hora y
cinco minutos.
Estas decisiones administrativas tienen semejanzas.
Una primera semejanza es que resulta muy improbable que las máximas autoridades
de cada nivel de gobierno (esto es, ni Correa ni Nebot) hayan tomado o siquiera
incidido en ninguna de esas decisiones específicas: su agenda suele ser
bastante más compleja que ocuparse de este tipo de decisiones de mera
administración, de competencia de inferiores jerárquicos. Esos inferiores
jerárquicos suelen estar untuosos de actuar de una manera que ellos entienden
que satisfará de mejor forma los intereses de sus superiores jerárquicos, en
aras de mejorar su posición frente a éstos. Con el propósito de satisfacer a
sus superiores, no resulta extraño que los inferiores jerárquicos tomen
decisiones desacertadas (contrarias a intereses políticos –legítimos como lo es
toda actuación de cálculo político siempre que no contravenga a la ley) o
incluso arbitrarias (contrarias a la ley) que terminan por provocar el efecto
contrario al que buscaban.
Otra semejanza de estas decisiones administrativas
es que ambas son “categorías sospechosas” de discriminación. La decisión de no
invitar a participar a Fernando Balseca a la FIL y la decisión de no exonerar
de impuestos el documental de María Fernanda Restrepo se presumen
discriminatorias y así lo interpretaron los propios destinatarios de las mismas
(Balseca en esta nota de prensa y Restrepo en su publicación en Facebook). Las
sospechas de discriminación sobre estas decisiones (ambas por razones
ideológicas, que se encuentran prohibidas por el artículo 11 numeral 2 de la
Constitución) pueden disiparse solamente si se supera un test de “escrutinio
estricto”, que “pone en cabeza del estado, con el fin de derribar esa
presunción, la carga de justificar el trato diferente exigiéndosele que
demuestre que no está violando el principio de igualdad constitucional” (Saba,
Pág. 2-3).
Una última semejanza, es que para ambas decisiones
se han ofrecido justificaciones: la del Ministerio de Cultura, que ninguna de
los antecedentes reseñados por Balseca en su carta al director obligaba a su
participación en la FIL, que existió un procedimiento institucionalizado de
selección de invitados “legítimo y transparente” que incorporó “criterios de
equidad de género, equidad generacional, de etnia, equidad regional, mérito,
trayectoria y temática de la feria, además de procurar una alternabilidad”, que
en su carta al director el propio Balseca reconoció “el derecho que tiene toda
persona y toda institución de escoger a sus invitados” y que nunca pudo
retirársele la invitación a Balseca porque nunca se lo invitó; la de la
Municipalidad de Guayaquil, el que la documentación inicial que presentó
Restrepo “no fue debida y legalmente fundamentada” y el que, en palabras del
alcalde Nebot, “hubo una mala interpretación de un funcionario que actuó de
buena fe pero que no procedió como debía pensando que había un elemento
extranjero”.
Para el caso de Balseca, las justificaciones del
Ministerio de Cultura no alcanzan para disipar la sospecha de discriminación
por razones ideológicas, prohibida por la Constitución. El “escrutinio
estricto” que se requiere para disiparla implica demostrar que no se ha violado
el principio de igualdad y para esa demostración formular meramente enunciados
no es suficiente: el Ministerio de Cultura debe mostrar documentos que prueben
la conducción de tal proceso “legítimo y transparente” que incorporó todos esos
criterios de selección de los participantes en la FIL, debe ratificar
documentadamente sus dichos (la fecha y los términos en que se aprobó la lista
de invitados a la FIL, por ejemplo) y debe aclarar el porqué si la decisión se
tomó el 22 de septiembre, Balseca todavía esperó respuesta hasta el 13 de
octubre. En el ámbito administrativo es importante que se establezcan procedimientos
que respeten estándares objetivos, impidan la arbitrariedad y disipen las
sospechas de discriminación de cualquier tipo: más importante todavía que
establecerlos es demostrar que se los cumple: si el Ministerio de Cultura
demuestra que los ha cumplido, disiparía las sospechas de discriminación que
pesan sobre su decisión y saldría bien librado de este incidente. Hasta tanto,
no.
Para el caso de Restrepo, las justificaciones de la
Municipalidad de Guayaquil son innecesarias: la decisión administrativa se
revisó de manera inmediata (debería, al menos, llamarnos la atención cómo así
un procedimiento que estuvo en trámite durante varios días –dos meses, según
Restrepo; desde el 5 de octubre, según Stracuzzi- se resolvió después en tan
solamente una hora y cinco minutos) y de manera favorable a Restrepo. El que
esa revisión así haya sucedido es atribuible al peso simbólico del caso
Restrepo y a la difusión masiva del asunto en redes sociales, cuyo revuelo,
polémica y solidaridad confluyeron para presionar a las autoridades municipales
a fin de revisar su decisión administrativa y ahorrarse un problema ante la
opinión pública. Un problema, a pérdida y absurdo.
A partir de estos dos casos en materia de
discriminación, se desprenden varias aristas interesantes para analizar: el rol
de los medios de comunicación en la construcción de las noticias (desde la
perspectiva de sus propios intereses, de su interacción con las redes sociales,
de sus irregularidades en la concesión de réplicas), el rol de las administraciones
públicas en la adopción de sus decisiones (desde la perspectiva del
establecimiento de procedimientos administrativos claros y precisos que
satisfagan los principios de la administración pública establecidos en el
artículo 227 de la Constitución, del cumplimiento de dichos procedimientos en
el caso de que existan, de los súbitos e irregulares cambios más emocionales
que institucionales que en ocasiones se registran) y el rol de los ciudadanos
en la construcción de la opinión pública y su creciente incidencia en la toma
de decisiones (o de rectificaciones, como en este caso) de la administración
pública. Esto último acaso sea lo más relevante, porque nos demuestra
como las censuras, en estos tiempos que corren, no imponen tanto silencio como
provocan una reacción digital, que termina (de manera creciente) por jugarles
en contra. Eso no lo tenían antes y ahora están en la obligación de tomarlo en
cuenta. The times, they are a-changin'.
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