Después de treinta minutos
de debate entre Febres y Borja, lo de “míreme pues, mí-re-me” es simplemente la
cereza del pastel: en esta entrevista previa a la elección presidencial de
1984, Febres lo sacó a pasear a Borja. La frase que mejor resumió este debate
fue la dicha por Febres-Cordero: “Mientras Ud. no sabe cómo hacerlo, yo sí sé
cómo hacerlo”. Y esa fue la idea que quedó de este debate del 29 de abril de
1984: un tipo soberbio pero eficaz frente a otro, tal vez bienintencionado,
pero inútil.
Eso, a decir verdad, porque
Borja no se ayudó. Su lenguaje corporal lo hacía aparecer como un leguleyo sin
conexión con la realidad. Borja jamás entendió cómo contrarrestar el dominio escénico
de Febres-Cordero (quien se fumó un tabaco despreciativo cuando Borja hablaba).
Porque mientras Borja fue a exponer un alegato de ideas, Febres fue a
aprovechar las espectaculares posibilidades de la televisión. Él estaba curtido
en ello, pues en su rol de miembro de la Cámara Nacional de Representantes
(1979-1984) supo sacar provecho de la tele en sendos enjuiciamientos políticos a
los ministros Feraud (por el famoso caso de las “muñecas de trapo”), Dávalos y Ortega.
Y era justo de estos enjuiciamientos que Febres le hablaba a Borja, cuando mencionó
estas palabras (según se dice, con error) que han quedado para la memoria
colectiva: “míreme a los ojos”.
Pues sucede como con el
famoso “play it again, Sam”, que es
la línea que se recuerda de la película Casablanca
cuando jamás el personaje de Humphrey Bogart la dijo (el personaje de Bogart,
Rick Blaine, apenas dijo: “Play it”).
Así, Febres jamás dijo “míreme a los ojos” sino “míreme pues, mí-re-me”, como
consta en el título de esta entrada y puede apreciarse en el minuto 28:40 del
vídeo.
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