Publicado en diario Expreso el viernes 28 de febrero de 2025.
El primer grupo opositor de la historia política del Ecuador se conformó durante la primera presidencia del venezolano Juan José Flores (1830-1834). Este grupo se llamó El Quiteño Libre y publicó el semanario del mismo nombre desde el 12 de mayo de 1833.
Lo integraron varios terratenientes serranos, profesionales como el doctor Manuel Ontaneda (en cuya botica podía suscribirse al semanario por un año pagando seis pesos, por un semestre pagando tres pesos y por un trimestre pagando doce reales) y una personalidad tan singular como la del inglés Francis Hall, autor de libros de viaje, discípulo de Jeremy Bentham, visitante de Thomas Jefferson en Monticello, veterano de las guerras de la independencia con Simón Bolívar (1818-1822) para luego convertirse en un opositor a la dictadura bolivariana y, una vez establecido en Quito, en un botánico aficionado de sus alrededores (publicó el libro titulado Ecuador, Plants & Excursions near Quito) y residente en el “barrio bravo” de San Roque.
Simón Bolívar le había advertido a su coterráneo Juan José Flores, en carta fechada 9 de noviembre de 1830, acerca de la llegada de Vicente Rocafuerte al nuevo Estado que Flores empezó a gobernar desde septiembre de ese año. Le advirtió, en concreto: “este hombre lleva las ideas más siniestras contra V. y contra todos mis amigos. Es capaz de todo y tiene los medios para ello”. Bolívar le avisó a Flores que le iban a disputar el poder.
En 1833 Vicente Rocafuerte arribó al Ecuador. Nomás llegar, los integrantes de El Quiteño Libre le mostraron su simpatía y promovieron su candidatura al Congreso de 1833, resultando en su elección como diputado por Pichincha. Y Bolívar tuvo razón: Rocafuerte tampoco demoró en involucrarse en una revolución contra el gobierno de Juan José Flores que se originó en Guayaquil, en octubre de 1833. Flores en persona debió salir de Quito a Guayaquil para sofocar la revolución, dejando encargado el poder ejecutivo conforme a la Constitución. Y es fama que también dejó armado un plan, que concluyó con la muerte y la humillación del inglés Francis Hall.
El 19 de octubre de 1833 varios integrantes de El Quiteño Libre pretendieron hacer una revolución en Quito, asaltando un cuartel, pero terminaron por ser víctimas de la emboscada que se había planeado en su contra. Tomados por sorpresa, el ataque de las fuerzas gobiernistas produjo varias bajas en los revolucionarios y la inmediata dispersión de sus fuerzas (sin embargo, ni Matheu, ni los Ascázubi, ni Zaldumbide, ni Sáenz, ni Valdivieso murieron: se salvaron todos los terratenientes). En esta refriega cayó el héroe de Pichincha, el ilustrado Francis Hall.
Las autoridades del gobierno de Flores ordenaron la humillación pública de sus despojos mortales: a este ilustrado que quiso bien al Ecuador se lo colgó desnudo de un poste, para que la población de la ciudad reflexione sobre los peligros de intentar hacer una revolución. Así clareó en la Quito triste del 20 de octubre de 1833.
Refino, entonces, el título de esta columna: un inglés en pelota, colgado de un poste de la plaza San Francisco, por orden de la autoridad y como forma de control popular.
Viñeta de un país (naciente, persistentemente) bárbaro.
1 comentarios:
Y siguió siéndolo: Muy similar cuando Plaza y sus amigos planificaron la muerte del radicalismo alfarista.
Publicar un comentario