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¿Por qué el Presidente Durán-Ballén fue un desastre?

24 de octubre de 2018


Por las siguientes cuatro razones:

I. Fue un desastre en relaciones internacionales: Durán-Ballén tiró al traste los diálogos con el Perú para un arbitraje papal llevados a cabo por el Presidente Borja y “Twintza” fue comprada por 55.000 nuevos soles, según escritura pública registrada en el Perú.

II. Fue un desastre en su administración del Estado: surfeando la ola neoliberal, Durán-Ballén y el Congreso Nacional desregularizaron el sistema bancario. La factura la pagamos años después, con el feriado ídem. Mahuad fue un pobre ser que tenía medio cerebro en el freezer y ni puta idea de cómo resolver nada, pero fueron el Presidente Durán-Ballén y sus boys noventeros los auténticos arquitectos de ese desastre institucional y económico de gravísimas consecuencias sociales y políticas.

III. Fue un desastre en responsabilidad del Estado por violación de derechos humanos: el documental sobre la desaparición de los hermanos Restrepo, hecho por su hermana María Fernanda Restrepo, lo pintó de cuerpo entero.

IIII. Fue un desastre en el respeto a la libertad de expresión: el récord de la SIP en los informes que mantiene publicados en su página web es elocuente. En el informe sobre Ecuador de 1995, por ejemplo, la SIP denunció que el 29 de agosto “varios cronistas fueron agredidos por elementos de la guardia de Palacio, cuando intentaban recoger información. Miembros de la escolta presidencial, en medio de insultos, cercaron a los periodistas y los amenazaron con sus armas; varios fotógrafos y camarógrafos fueron golpeados y se amenazó con encerrarlos en los calabozos del Palacio”. Es una de las tantas y graves violaciones al derecho a la libertad de expresión registradas por la SIP que involucran actos violentos, tales como agresiones físicas y cierre de emisoras, o de corrupción grotesca, como la compra de voluntades de periodistas.

En suma, un tipo desastroso para el manejo de la cosa pública en nuestro país.

El habano representa la libertad de expresión durante su gobierno.

¿Por qué la buena prensa de la que goza Durán-Ballén, entonces?

En principio, a este veterano le convino la guerra con el Perú. Tuvo la ocasión de reciclar una frase acuñada en la URSS (“Ni un paso atrás”*) y tenía un aspecto cándido, que es con el que la mayoría de la gente lo asocia. Pero en lo de fondo, Durán-Ballén fue un Presidente conservador de derechas y nuestros medios de comunicación de alcance nacional son conservadores y de derechas… Entonces, cuando se refieren a él, suelen hacerlo de manera neutra o elogiosa**.

*Ni un paso atrás”, frase acuñada por Iósif Vissariónovich Dzhugashvili AKA “Stalin”. Como se ha visto en la razón primera, esto fue más demagogia que una solución efectiva a un problema constitutivo de nuestro país.
** Después de todo, son agradecidos: entre Sixto en la Presidencia y el PSC con la mayoría en el Congreso, se aprobó en 1995 la reforma a la Ley de Radiodifusión y Televisión (a esta Ley la reemplazó la Ley Orgánica de Comunicación expedida el año 2013) que favorecía el monopolio de los medios nacionales en los sectores donde penetre su frecuencia: “Los permisos de funcionamiento” de las radios o de las televisoras comunitarias “se concederán siempre que no interfieran con las frecuencias asignadas a otras estaciones”. Así, de este plumazo, los medios de comunicación de alcance nacional (Ecuavisa, Teleamazonas, y otros pocos pesos pesados del medio audiovisual) tenían una condición dominante: si llegaban a alcanzar un óptimo de alcance nacional en la penetración de sus frecuencias, su “competencia” comunitaria debía reducirse a cero. Esa es la derecha en el poder, pensando siempre en el Gran Capital.

Paren de venir / ya váyanse

4 de agosto de 2017


Durante la Alcaldía socialcristiana de León Febres-Cordero, en 1994, el grupo argentino “The Sacados” puso una canción de moda:

 
Guayaquil es una ciudad tan noventera que el estribillo de esa canción de 1994 podría bien caracterizar a su escena musical actual de “celebridades” (hoy, año dosmilfuckingdiecisiete).

Por supuesto, la caracterizaría por razones distintas.

Paren de venir… todas esas “celebridades” que han venido al menos desde los años noventa (incluso desde los ochentas y setentas) y que han resultado imparables: siguen viniendo, no paran de venir a quemar sus últimos cartuchos en el puerto de Guayaquil. Si son salseros, vienen con financiamiento municipal a todas y cada una de las fiestas populares de los 25 de julio y 9 de octubre; para todo el resto de “geronto-celebridades”, la única explicación para su permanencia de varias décadas en cartelera es que no hay ilusiones ni presupuesto para proponer algo distinto a esta ciudad.

En general, se ha jugado sobre seguro: en la escena musical se ha apostado a lo que ha funcionado antes, porque las posibilidades para innovar son escasas y los impuestos (los del Municipio y el destinado a la Junta de Beneficencia de Guayaquil, específico para espectáculos públicos) son altos.

Por eso Guayaquil es una ciudad atascada en sus años noventa y tiene una Alcaldía marca PSC en plena sintonía con ese mood (established since 1992). Aquí se vende como moderno lo que ya pasó de moda, tanto en oferta musical como en administración de la ciudad. Y la gente lo sigue consumiendo, sin chistar ni cuestionarlo. Si acaso, lamentándose en voz baja.

Es por todos estos años de incesante noventerismo que se justifica el lema no oficial de Guayaquil durante su período socialcristiano: “Esto es lo que hay”. Es lo que hay en la “Capital Tropical del Conformismo” en que unos cuantos avivatos han convertido a Guayaquil.