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A celebrar el 13 de agosto

9 de agosto de 2024

            Publicado en diario Expreso el viernes 9 de agosto de 2024.

En la República del Ecuador, las autoridades del Estado conmemoran el 10 de agosto de 1809, pero realmente deberían conmemorar lo que pasó el 13 de agosto de 1835, es decir, mover la celebración tres días. 

Conmemorar el 10 de agosto es sostener, de manera oficial y con recursos del Estado, la pura fantasía de un primer grito de independencia (ni fue primero, pues lo antecedieron Montevideo, La Plata y La Paz; ni fue de independencia, pues fue un reclamo de autonomía dentro de la Monarquía Española). El 13 de agosto de 1835 tiene frente al 10 de agosto de 1809 la incomparable ventaja de estar asentado en un hecho positivo y real.

El 13 de agosto es la consecuencia de una guerra civil. El 19 de enero de 1835, en Miñarica, se enfrentaron dos ejércitos, comandados por forasteros. El ejército de la Costa, por un venezolano, Juan José Flores, y el ejército de la Sierra, por un novogranadino, Isidoro Barriga. Detrás de ellos, como los posibles beneficiarios de la victoria militar en esta guerra civil, dos terratenientes: por la Costa (la antigua provincia española de Guayaquil), el guayaquileño Vicente Rocafuerte; por la Sierra (la unión de las antiguas provincias españolas de Quito y Cuenca), el lojano José Félix Valdivieso. Triunfó el guayaquileño Rocafuerte.

Vicente Rocafuerte impuso en seguida la organización de una Convención Nacional que se reunió cerca de donde ocurrió el triunfo militar, en Ambato, entre junio y agosto de 1835. Esta Convención Nacional nombró al poeta guayaquileño José Joaquín Olmedo como su presidente y elaboró una nueva Constitución en reemplazo de la primera, que había sido aprobada en Riobamba y puesta en vigor en septiembre de 1830. 

En la Constitución de 1830, el Estado del Ecuador que se fundó ese año se consideraba a sí mismo como parte de la República de Colombia. El artículo 2 de dicha Constitución declaraba, diáfano: “El Estado del Ecuador se une y confedera con los demás Estados de Colombia para formar una sola Nación con el nombre de República de Colombia”. El Presidente de este Estado del Ecuador fue un extranjero, Juan José Flores. Y esta idea de confederarse con los otros Estados de Colombia fue un claro despropósito, que muy pronto cayó en saco roto.

En la siguiente Constitución, adoptada por la Convención Nacional reunida en Ambato en 1835, su artículo primero dejó atrás esta veleidad y declaró que el Estado del Ecuador era una república al fin: “La República del Ecuador, se compone de todos los ecuatorianos, reunidos bajo un mismo pacto de asociación política”. Esta Convención Nacional nombró como primer Presidente Constitucional de la República del Ecuador a una persona nacida en el territorio del Ecuador, el guayaquileño Vicente Rocafuerte. Para él, ocupar esta dignidad fue la corona del triunfador en la guerra civil. 

El 10 de agosto es una conmemoración de los hechos ocurridos en una provincia (Quito) que fueron combatidos por las otras dos provincias que compusieron el Ecuador desde 1830 (Guayaquil y Cuenca). En contraste, el 13 de agosto sí que conmemora un hecho nacional: aquel día que la unión de los ecuatorianos, con la entrada en vigor de la Constitución el 13 de agosto de 1835, compuso una república.

Cuando Quito ganó

22 de septiembre de 2023

            Publicado en diario Expreso el viernes 22 de septiembre de 2023.

En Europa, el año 1808, España fue tomada por la Francia de Napoleón Bonaparte, quien colocó a su hermano José como rey de España (José I). Esta ocupación provocó el inicio de la que en España se conoce como “Guerra de la independencia”. El 25 de mayo de 1808 apareció, en Asturias, una primera Junta, como una expresión de resistencia a la ocupación francesa. El ejemplo de la Junta de Asturias se multiplicó en la España peninsular.

Algunos territorios ultramarinos de España aprovecharon la oportunidad para constituir su Junta. La de Quito no fue la primera: en septiembre de 1808 se instaló una en Montevideo y en 1809 se instalaron otras en La Plata (en mayo) y en La Paz (en julio). En agosto de 1809 Quito hizo la suya. Su origen lo ha explicado bien el historiador Jaime E. Rodríguez: “Puesto que Quito era uno de los reinos del monarca tenía tanto derecho como Asturias para establecer una junta de gobierno”.  

Con la instalación de la Junta de Quito se quiso imponer una primacía administrativa sobre las provincias vecinas de Popayán, Cuenca y Guayaquil. Quito quiso fungir como una capital de facto de todo el territorio, pues desde la Junta de Quito se ordenó la destitución de las autoridades de las provincias vecinas y se dispuso que se debía posesionar en ellas unas autoridades nombradas en Quito. La Junta de Quito envió sendos delegados para explicar los hechos en las provincias de Popayán, Cuenca y Guayaquil, pero ninguno de ellos fue bien recibido; también enviaron tropas, cuando se sintieron fuertes como para imponerse. Pero perdieron.   

Entre agosto de 1809 y el agosto siguiente, las provincias vecinas le encajaron a Quito una paliza épica. Le tumbaron la Junta, recibió tropas de ocupación, juzgaron a sus líderes y, finalmente, el 2 de agosto de 1810, mataron a muchos de ellos y (algunos calculan) también a alrededor del 1% de la población de la ciudad. Su intento de primacía fue un fracaso. 

Pasados veinte años (entre ellos, ocho en Colombia), en 1830, dos de las tres provincias que habían guerreado contra la Junta de Quito y su pretendida primacía de 1809 (Guayaquil y Cuenca, que durante los tiempos colombianos fueron “Departamento de Guayaquil” y “Departamento del Azuay”) decidieron unirse con la provincia de Quito (llamada por Colombia “Departamento del Ecuador”) para formar un nuevo Estado en Sudamérica. La secesión del “Distrito del Sur” de Colombia (compuesto por estos tres departamentos) empezó a conocerse, tras un Congreso Constituyente, como el “Estado del Ecuador”. Su primera Constitución rigió desde el 23 de septiembre de 1830.

Salvo por la provincia de Popayán, que se quedó en Colombia, la provincia de Quito pudo en 1830 hacer realidad su pretensión de 1809 de tener una primacía sobre las provincias vecinas. En esta ocasión, Quito se convirtió en la capital de jure del nuevo territorio, por disponerlo una norma considerada por Juan Larrea Holguín como la “de mayor duración hasta hoy en el país”. 

El 21 de septiembre de 1830, el Congreso Constituyente reunido en Riobamba aprobó un decreto cuyo artículo primero prescribió: “La Capital del Estado Ecuatoriano será siempre é irrevocablemente la ciudad de Quito”. 

Ahí fue cuando Quito ganó.