Inundaciones en Guayaquil

31 de diciembre de 2015


A prepararse, porque se vienen el 2016. Posiblemente, a largo plazo, tendrán nefastas consecuencias.

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El diario El universo publicó una noticia con un titular preocupante: “Guayaquil, entre las 10 ciudades del mundo más vulnerables a inundaciones” (1). A pesar de que la noticia era preocupante, el diario en cuestión no profundizó en esta información, ni ninguno de sus columnistas se preocupó de opinar al respecto. De haber escrito algo, lo más seguro es que habrían culpado a otro de esta vulnerabilidad de Guayaquil a las inundaciones. O mejor dicho, se habrían limitado a seguir el libreto que la alcaldía de Guayaquil ha diseñado para este tema.

La noticia de diario El universo ubicó a Guayaquil como “la cuarta ciudad más vulnerable a inundaciones, solo detrás de Guangzhou en China, además de Mumbai y Kolkata en la India” (2). Con referencias a un estudio que se publicó online en la revista Nature en el mes de agosto del 2013, el artículo responsabilizó de ello al “cambio climático combinado con rápidos incrementos de población y de producción” y señaló que para el año 2050 existirá un incremento de nueve veces en el riesgo de inundación de las grandes ciudades portuarias y que el costo de las inundaciones podría sumar USD $52.000 millones. El diario afirmó que dicho estudio identificaba a las 136 ciudades costeras con mayores riesgos de inundación y mencionó once de ellas, pero no incluyó a Guayaquil (mencionó cinco ciudades de Estados Unidos, dos del sur de China, dos de Japón, una de Canadá y una de la India). Al final de la noticia, se cita a uno de los cinco autores del artículo, Robert Nicholls:
 
“Este trabajo muestra que el riesgo de inundaciones está aumentando en las ciudades costeras a nivel mundial debido a una serie de factores, incluyendo la subida del nivel del mar. Por lo tanto, hay una necesidad urgente de empezar a planificar la forma de gestionar los riesgos de inundación desde ahora”.
 
Salvo la cita del profesor de ingeniería de costas de la Universidad de Southampton, Robert Nicholls, el resto del artículo es un desastre. Una evidencia de la pésima compresión lectora de quien lo redactó.

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El estudio al que hace referencia la noticia de diario El universo se titula “Future flood losses in major coastal cities” [“Futuras pérdidas por inundación en las grandes ciudades costeras”], de autoría de cinco académicos (3). A diferencia de lo expuesto por el diario, este estudio no identifica a las 136 ciudades con un mayor riesgo de inundación, sino que cuantifica “las pérdidas por inundación presentes y futuras en las 136 ciudades costeras más grandes”. El objetivo del estudio, entonces, no es tanto las posibilidades de riesgo de inundación, sino la estimación probable de las pérdidas por causa de las inundaciones. El estudio indica que las pérdidas el año 2005 fueron de USD 6.000 millones y que podrían incrementarse a USD 52.000 millones el año 2050, “con solo el cambio socio-económico proyectado” pues si se a ello se añade la inoperancia en la adopción de las medidas de “adaptación” las pérdidas globales podrían incrementarse a USD 1.000.000 de millones.  Esta precisión es clave, pero el diario omitió mencionarla cuando hizo referencia a las cifras del estudio.

Porque lo relevante del estudio es la proyección de escenarios para evaluar las probables pérdidas futuras de las ciudades. Su propósito es identificar las ciudades “donde el más alto incremento en pérdidas puede esperarse”. Para ello, lo primero es identificar las pérdidas en el 2005. Para este propósito, el artículo usa dos “diferentes métricas de vulnerabilidad”, representadas en la “Tabla 1”. En la columna izquierda, se muestra una clasificación del promedio de pérdidas económicas anuales (AAL –“Average Annual Losses”) de las grandes ciudades costeras, tomando en cuenta todas las posibles inundaciones y la protección existente. En la columna derecha, la clasificación se construye de acuerdo con la “vulnerabilidad relativa” de las ciudades, esto es, el porcentaje de pérdidas económicas anuales (AAL) en relación con el producto interno bruto de la ciudad. Este porcentaje representa “la parte de los gastos económicos de la ciudad que debería ahorrarse anualmente para pagar las futuras pérdidas por inundaciones”.

 
En la columna izquierda de la “Tabla 1”, la proyección a 100 años de las pérdidas económicas de la ciudad de Guayaquil, calculadas a partir del año 2005, es de USD 3.687 millones. Esto implica un promedio de pérdidas económicas anuales (siempre que se implementen mecanismos de protección) de USD 98 millones. Esta clasificación ubica a Guayaquil en el puesto 15 de 136 ciudades costeras en el mundo. En la columna derecha, se presenta el cálculo de esas pérdidas económicas de conformidad con el porcentaje que representan del producto interno bruto de la ciudad. En esta clasificación, el 0.95% de Guayaquil la hace ocupar el tercer puesto entre 136 ciudades costeras, solo por detrás de Cantón (1.32%) y de Nueva Orleáns (1.21%). Es decir, desde hace diez años el gobierno de Guayaquil debería haber empezado el ahorro de casi el 1% de su presupuesto anual para asumir las futuras pérdidas por inundaciones. Por supuesto, la alcaldía de Guayaquil no ha hecho nada de eso (en este instructivo video, quien fuera el autor líder del estudio, Stéphane Hallegatte, explica lo que deben hacer las autoridades de las ciudades).
  
El estudio de Hallegatte et al. expone en la “Tabla 2” una comparación de las 20 ciudades con las más altas pérdidas para el año 2050 de acuerdo con dos escenarios: un escenario SEC (Socio-Economic Changes -“cambios socio-económicos”) de sólo cambios socio-económicos (el único que pescó la redacción de diario El universo) que se deriva de las estimaciones de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos y de la Organización de las Naciones Unidas y un escenario SLR-1 (Sea Level Rise-1 –“Cambios en el nivel del mar-1”) que involucra un escenario optimista de incremento del nivel del mar en 20 centímetros y la adopción de medidas de adaptación por parte de las ciudades para mantener las probabilidades de inundación.

  
En el primer escenario, Guayaquil tendría un promedio estimado de pérdidas anuales de USD 2.813 millones (el cuarto más alto del mundo, después de Cantón, Bombay y Shenzen); en el segundo escenario, Guayaquil tendría un promedio estimado de pérdidas anuales de 3.189 millones (de nuevo, el cuarto más alto del mundo, después de Cantón, Bombay y Calcuta). Este escenario implica la existencia de cambios socio-económicos (4), subsidencia (5), elevación del nivel del mar (en el orden de los 20 centímetros, cálculo optimista) y la adaptación para mantener las probabilidades de inundación (6). En este segundo escenario, el incremento para Guayaquil en el promedio estimado de pérdidas anuales es del 13% y el porcentaje que el promedio de pérdidas anuales representa del producto interno bruto es del 1.08% (el tercero más alto del mundo, después de Cantón y Nueva Orleáns).     

Nótese que estas proyecciones involucran la adaptación de las ciudades frente a las probabilidades de inundación. El cálculo para Guayaquil es ya alarmante asumiendo que el gobierno de Guayaquil se preocupa de realizar obras de adaptación.

El artículo es elocuente:
 
“En la ausencia de adaptación, el impacto del cambio climático es mucho mayor que el efecto de cambio socioeconómico. Estos números no deben considerárselos como predicciones, pero sí como demostración de la necesidad de adaptación, porque la inacción resultaría en pérdidas inaceptablemente altas”.
Hasta el día de hoy, el gobierno de Guayaquil ha optado por la “ausencia de adaptación” en razón de lo cual el estimado promedio de pérdidas económicas anuales amenaza con ser más alto que el proyectado para el año 2050 y, por ende, devendría “en pérdidas inaceptablemente altas”. Una voz de alarma que una alcaldía inoperante y una prensa lacaya no escuchan.    

(1) En este enlace, 29 de septiembre del 2013.
(2) Una publicación en español debería utilizar las grafías en español de estas ciudades: Cantón en vez de Guangzhou, Bombay en vez de Mumbai y Calcuta en vez de Kolkata.
(3) El artículo forma parte de una investigación en curso auspiciada por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OECD, por sus siglas en inglés). El autor líder del estudio, Stéphane Hallegatte, es un economista sénior del Banco Mundial, cuyos intereses investigativos incluyen la economía ambiental, el manejo de riesgos, la adaptación frente al cambio climático, las políticas urbanas, las políticas para la mitigación del cambio climático y el crecimiento verde. Sobre el perfil de Hallegatte, v. The World Bank, Stéphane Hallegatte.
(4) Los “cambios socio-económicos” son, en esencia, el incremento de la población y del valor de los terrenos.
(5) La “subsidencia” es el hundimiento progresivo de la superficie del terreno, a resultas de lo cual el nivel del mar sube. De las veinte ciudades en la clasificación de la “Tabla 2”, once de ellas sufren de subsidencia: Cantón, Calcuta, Guayaquil, Ciudad Ho Chi Mihn, Nueva Orleáns, Yakarta, Chennai, Bangkok, Xiamen y Nagoya. Guayaquil es la única ciudad iberoamericana en este ranquin y uno de las dos ciudades americanas, en conjunto con Nueva Orleáns. El artículo señala, sin embargo, que la vulnerabilidad de Nueva Orleáns se ha reducido debido a “las recientes inversiones post-Katrina” y es posible que se reduzca aún más en el futuro.
(6) La “adaptación” es el incremento de las defensas costeras contra las inundaciones para “cancelar el impacto de los cambios ambientales” y para mantener (al menos) las pérdidas económicas estabilizadas con relación a la riqueza local (esto es, manteniendo las pérdidas agregadas en USD 52.000 millones: si no se toman estas medidas, las pérdidas podrían ascender a USD 1.000.000 millones). Stéphane Hallegatte refiere algunas medidas de adaptación que pueden conocerse en el video que se cuelga en esta entrada. Las medidas de adaptación que la alcaldía de Guayaquil puede aplicar se explorarán en una continuación de esta entrada.

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