Final con héroe

14 de enero de 2021


El triunfo de Barcelona en el campeonato nacional de fútbol 2020 es especial por algunas razones, más allá de las matemáticas. La final del campeonato enfrentó a Barcelona S.C. con su historia, con la imposibilidad de ganar en un territorio hostil. En la final, la Liga (Q) había obtenido un empate en su visita a Guayaquil, y se sentía segura y confiada de su desempeño frente a Barcelona en el cierre en Quito. Es fama que en las prácticas de la Liga descuidaron la práctica de los penales, tan segura y confiada estaba la Liga de lo demás. Un error.

 

Barcelona jugó de forma inteligente en su visita a Quito. Buscó el 0 a 0. Forzó a los penales, y en ellos ganó de una forma contundente. En eso que descuidó la Liga, aprovechó el equipo guayaquileño. El único jugador de la Liga que anotó, Jordy Alcívar, fue el mismo que había anotado el único gol en la anterior definición por penales, contra el Delfín en Manta, que Liga también perdió. Por Barcelona S.C. anotaron todos: Álvez, Oyola y Díaz. Pero el héroe indiscutible de la jornada fue el arquero argentino Javier Burrai, que tapó dos penales.

 

 


Para entender la historia de Burrai, debe tenerse en mente que la final del campeonato 2020 enfrentó al equipo de la valla menos vencida del campeonato con el equipo que tenía al goleador indiscutible del campeonato, diez por sobre su perseguidor en la tabla. Y que Burrai, un arquero que en el campeonato había recibido 21 goles incluida la final en Guayaquil, enfrentó en el penal que definió el título al goleador que en el campeonato había anotado, él solito, 24 goles. Y ganó el arquero, con atajada memorable.

 

La historia de Javier Burrai es especial, porque el 19 de octubre había fallecido en Argentina su padre. Lejos de disminuirlo, él utilizó este hecho como un envión anímico para lucirse el resto de la temporada y, por mucho, en los penales que le tocó atajar el 29 de diciembre de 2020. Ese día, en los guantes él escribió su nombre, Óscar. Tras saber que su actuación convirtió a su equipo en campeón, sus primeras palabras fueron: ‘hoy no atajé solo, fue mi viejo que voló conmigo’. Y sólo para precisar: Óscar lo vistió de héroe y lo llevó a la gloria, a la eterna memoria popular.

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