Un hecho que ha pasado casi inadvertido en este versus entre correísmo y anti-correísmo es la posibilidad de que algunos dinosaurios empiecen a desvanecerse.
En particular, dos. Uno sería un político noventero, en su tercera campaña por la Presidencia de la República, Guillermo Lasso. Si pierde por tercera vez, debería repensar su empeño de llegar a la Presidencia, pues el mensaje sería claro: el pueblo no lo quiere. Primero, una paliza de un candidato en serio, Rafael Correa el 2013. Segundo, vencido el 2017 por candidato interpuesto con un CNE en contra. Tercero, le ganaría en 2021 un novel candidato interpuesto y aun con el CNE a su favor. Si las cosas son así, ni en el mundo más konitos, Lasso habría podido ser Presidente. Ese es un claro mensaje de que es hora de darse chapeta.
El otro sería un político ochentero, uno que renunció a su tercera campaña presidencial por apoyar a aquel que tiene las de perder mañana (sobre esto, v. ‘El callejón sin salida de Guillermo Lasso’ y ‘Tres razones para que Lasso sea tercero’). Nebot renunció a esta última posibilidad de ser Presidente para presentar un proyecto de consulta popular, consulta que fue rechazada por la Corte Constitucional. Nebot está apoyando a Lasso y es probable que Lasso pierda. Y si mañana Lasso (como ha sido recurrente en sus campañas) pierde en Guayaquil, sería el bastión socialcristiano el que haría Presidente a un burócrata serrano. Así, ni consulta, ni Lasso, ni bastión socialcristiano. El principio del fin.
Estas agonías dinosáuricas están en juego mañana. Voten responsable (esto excluye a Lasso e incluye el nulo).
2 comentarios:
hola, buenas, me da la impresion que en las ultimas decadas las elecciones ecuatorianas tienen un desfase a los las gringas: Correa entro casin al fin del segundo periodo de Bush. salio Correa y entro el traidor de Moreno mas o menos despues de los 8 años de Obama, y este año por coincidencia tiene fuertes posibilidades alguien de izquierda despues de cuatro años desastrozos de Trump.
no coinciden los periodos elctorales, pero tendria sentido si el electorado ven en al norte el mayor polo de poder en el hemisferio y, de forma como de blindarse ante su hegemonia, votan por una tendencia opositora.
o puede que sea coincidencia...
¿El anónimo autor del comentario anterior considera al partido demócrata como de Izquierdas?
Está equivocado. Lo único que los diferencia es que reciben cheques de otros lobbies y que son asiduos abrazadores de causas mínimas (banderitas lgbt y diversidades varias) mientras el cambio verdadero sólo vive en el discurso de sus aplaudidores.
Que Trump la "regó" no convierte a los demócratas en comunistas como los republicanos afirman mientras les chorrea la baba.
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