“Él mueve sus piezas
de ajedrez de acuerdo a una estrategia política, él no lo hace por
desprendimiento”. Esta frase se la dijo
de manera reciente y en tono de reproche (irrelevante es el nombre de quién la dijo
y contra quién) como si hubiera que señalar en ello una grave falta.
Podría decirse que es
ingenuo afirmar que un político deba actuar de manera desprendida y sin
estrategia (pues tener una estrategia política es esencial para todo aquel que
se dedique a la política, con independencia de su ideología –si es que la
tiene). Pero esta frase, dicha en el contexto de una disputa política, no es acto
ninguno de ingenuidad: es un intento de descalificación, aunque torpe.
En todo caso, lo
realmente ingenuo sería creer que aquella frase, con la que se intentó descalificar
a otro político, no formó parte de una estrategia política. O sea, el raro caso
de una frase que, nada más pronunciarse, se descalifica a sí misma.
0 comentarios:
Publicar un comentario