Fue el 20 de agosto de 1935 (son 86 años y un día) cuando el Presidente José María Velasco Ibarra cayó por primera vez. Velasco es el político que más veces ha ejercido la Presidencia del Estado del Ecuador, con un total de cinco, en un período que cubre cinco décadas del siglo XX. En cuatro de ellas llegó por la votación del pueblo y en cuatro de ellas los militares lo sacaron.
En 1935 Velasco se quiso declarar dictador, pero los militares no lo apoyaron en su movida (como él diría, se precipitó sobre las bayonetas). Cayó antes de cumplir un año de gobierno (entonces se empezaba a gobernar el 1 de septiembre y Velasco había empezado ese día de 1934). Lo detuvieron y condujeron al Regimiento Calderón, donde firmó su renuncia. Velasco buscó asilo en la Legación de Colombia y abandonó el Ecuador por un tiempo.
Volvió para participar en las elecciones de 1940, que perdió frente a Carlos Arroyo del Río. Cosas de la vida política ecuatoriana, Velasco fue quien concluyó el período presidencial de Arroyo, pues Arroyo debió renunciar el 30 de mayo de 1944, a escasos dos meses y pico de terminar su período presidencial, por efecto de la ‘Revolución Gloriosa’. Velasco cruzó la frontera norte y entró a Quito, donde usufructuó de esta revolución que se había labrado en las calles de Guayaquil. El 31 de mayo, la insurgencia organizada en la ADE (Acción Democrática Ecuatoriana) lo designó Presidente provisional a Velasco, para al rato, el 10 de agosto, ser designado Presidente Constitucional por una Asamblea Constitucional. Dicha asamblea también dictó la décimo cuarta Constitución del Ecuador el 6 de marzo de 1945.
Velasco debía gobernar hasta el 1 de septiembre de 1948 bajo el imperio de la Constitución de 1945. Pero, incómodo con la Constitución y con sus opositores, se declaró dictador el 30 de marzo de 1946 y, en esta ocasión, su aventura dictatorial le funcionó. Empezó la represión a sus opositores, el ataque a los periódicos y, por supuesto, el desconocimiento de la nueva Constitución. Para hacer efectiva su destrucción, Velasco organizó una nueva Asamblea Constitucional, de cuño conservador, que dictó otra Constitución el 31 de diciembre de 1946, la décimo quinta, ahora sí del gusto de Velasco. Esta Asamblea Constitucional lo designó Presidente Constitucional a Velasco la madrugada del 11 de agosto de 1946, con un mandato que debía igualmente terminar el 1 de septiembre de 1948.
Transcurría 1947 con Velasco Presidente, hasta que llegó el ‘Manchenazo’. El 23 de agosto de 1947 el coronel Carlos Mancheno Cajas practicó un Golpe de Estado, con el que produjo la renuncia del Presidente Velasco y un efímero gobierno suyo que, sin apoyos, apenas le permitió disfrutar de su Golpe de Estado por diez días. El coronel debió renunciar a su blooper y reconocer que el Poder Ejecutivo le correspondía a quien era el Vicepresidente de Velasco, el otavaleño Mariano Suárez Veintimilla. En cuanto a Velasco, él estaba caído y debió salir, una vez más, a vivir fuera del Ecuador. (1)
Velasco es un ejemplo de la brutal inestabilidad política del Ecuador porque en cuatro de cinco oportunidades no terminó su período presidencial por decisión de los militares. La única vez que sí lo terminó fue en la década del cincuenta, entre 1952 y 1956, en el marco de una de las pocas etapas de estabilidad política de este atribulado país (2).
Después de esta excepción a la regla de la inestabilidad, Velasco volvió a la Presidencia en 1960. En esta ocasión volvió a durar poco, aunque duró un poco más que su primera vez en 1934-1935 (3). Su gobierno fue represivo y no dudó en alejar o apresar a sus opositores, incluidos algunos congresistas y al Vicepresidente Carlos Julio Arosemena (4). Varios militares se sublevaron: el batallón ‘Chimborazo’, situado en el Sur de Quito lo hizo la mañana del 7 de noviembre de 1961, aunque fueron rápidamente sofocados; la Base Militar de Taura también se sublevó y pidió por la libertad del Vicepresidente y los congresistas. Otros militares, como los aviadores de la Zona Militar de Quito, plegaron a la insurgencia de Taura. Velasco perdió tiempo visitando los cuarteles, todo estaba ya perdido. En sus propias palabras: ‘Estuve en el Cuartel del Tanque hasta las dos de la madrugada del día 8 de noviembre. A esas horas asomó el General del Pozo Lagos a decirme que las Fuerzas Armadas no aceptaban mi continuación en el Gobierno’. (5) Velasco, como un maleteado, se fue a dormir adonde un amigo. A la mañana siguiente, buscó asilo en la Embajada de México.
En simple, lo que el general del Pozo Lagos le dijo a Velasco era que debía aceptar los hechos consumados. En la noche del 7 de noviembre de 1961, a eso de las 22h50, el Congreso Nacional había designado al Vicepresidente Carlos Julio Arosemena como el reemplazo del caído Velasco. (6) Carlos Jumo gobernó hasta el próximo Golpe de Estado militar.
La quinta y última vez de Velasco en la Presidencia empezó en 1968. Había pasado 34 años del año 1934, cuando su primera vez como Presidente. Velasco recurrió en 1970 al manido expediente de declararse dictador y, como en 1946, le volvió a funcionar. Desde el 22 de junio de 1970, Velasco ejerció como un dictador, hasta que los militares decidieron darle chapeta, una vez más, para sumar la cuarta en total. Ocurrió el 15 de febrero de 1972, en un martes de Carnaval, en lo que se recuerda como ‘El Carnavalazo’, cuando los militares depusieron al dictador Velasco para imponer la dictadura de uno de los suyos, el general Guillermo Bombita Rodríguez Lara. Así, el Ecuador vivió en dictadura, sea civil o militar, a lo largo de toda la década del setenta, pues recién regresó a la democracia el 10 de agosto de 1979, tras el triunfo electoral de Jaime Roldós. Para ese entonces, Velasco ya estaba muerto. Se petateó el 30 de marzo de 1979, recién cumplidos sus 86 años.
El cadavérico Velasco y su verbo electrizante |
En resumen, Velasco ejerció cinco veces la Presidencia de la República, en cuatro lo eligió el pueblo ecuatoriano y en cuatro los militares lo destituyeron. Velasco se declaró dictador en tres oportunidades y actuó en tal condición en dos. También en dos oportunidades, Velasco fue elegido por una Asamblea Constitucional. Su dominio de la política ecuatoriana (o debo decir: su rol funcional) abarcó cinco décadas, del treinta al setenta (7). Marcó una época.
Es quien más veces fue Presidente, pero también es el que más veces cayó. Velasco es el campeón, pero de la inestabilidad política ecuatoriana. Nuestra marca registrada.
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(1) La justificación de Velasco para renunciar, en sus propias palabras: ‘Desde el momento que militares de toda la República se juntaban en Quito para la cuartelada y para ultrajarme, estaba rota la paz y la justicia, y pude yo expresar lícitamente que renunciaba para evitar una lucha civil y que se restableciese la paz y la justicia. También Alfaro renunció y desde una legación. También Alessandri renunció. Unos renuncian y otros nó. [sic] Depende de las circunstancias’, v. Norris, Robert, ‘El gran ausente. Biografía de Velasco Ibarra’, Tomo II, Ediciones Libri Mundi, 2004, Quito, p. 97.
(2) Un canto a la inestabilidad: ese período de estabilidad política en el que participó la tercera Presidencia de Velasco para conformar la sucesión de tres gobiernos de Presidentes Constitucionales (Plaza Lasso, Velasco Ibarra, Ponce Enríquez) entre 1948 y 1960, hasta entonces, sólo registraba un antecedente en la historia política del Ecuador, con la sucesión de otros tres Presidentes Constitucionales entre 1912 y 1924 (Plaza Gutiérrez, Baquerizo Moreno, Tamayo Terán). En el siglo XIX jamás ocurrió este fenómeno.
(3) En 1934-1935 demoró 353 días en caer; en 1960-1961 demoró 432 días (1 año, 2 meses y 6 días)
(4) Carlos Julio fue tan bacán, que cuando cayó detenido en el Panóptico y le preguntaron por su identificación, vaticinó su destino: ‘Carlos Julio Arosemena, 42 años de edad, Vicepresidente de la República y mañana Presidente Constitucional’, v. ‘El Gran Ausente’, Tomo II, p. 328.
(5) ‘El Gran Ausente’, Tomo II, p. 330.
(6) Como el Ecuador es un país rocambolesco, esa noche del 7 de noviembre el Alto Mando de las Fuerzas Armadas le ofreció la Presidencia de la República a Camilo Gallegos Toledo, Presidente de la Corte Suprema de Justicia, que él aceptó a las 22h15. Es decir, entre la noche del 7 y la madrugada del 8 de noviembre de 1961 hubo en el Ecuador tres presidentes: Velasco, manque maleteado, seguía siéndolo hasta antes de su abandono efectivo del poder; Arosemena, designado por el Congreso; Gallegos, designado por los militares. Un golpe de fuerza de la Fuerza Aérea decidió las cosas a favor de Arosemena la mañana del 8 de noviembre, cuando ‘[a]viones a chorro pasaron sobre el Palacio Legislativo, soltando unos disparos al aire’, por lo que ‘[f]rente a la amenaza de una guerra civil y sin tener una base legal, Gallegos y sus partidarios en las Fuerzas Armadas reconocieron al Gobierno de Arosemena’. Triunfó el Congreso, pero por las balas, v. ‘El Gran Ausente’, Tomo II, p. 331.
(7) No hay que olvidar que Velasco fue, en todo momento, un tonto útil de la oligarquía, v. ‘Velasco Ibarra y la oligarquía ecuatoriana’.
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