Velasco Ibarra y la oligarquía ecuatoriana

18 de enero de 2019


El Embajador de los Estados Unidos de América para el Ecuador durante los primeros años del Gobierno de Jimmy Carter, el Sr. Richard J. Bloomfield, explicó en un cable a sus jefes quién era el quiteño José María Velasco Ibarra (1893-1979) y su relación con la oligarquía ecuatoriana. Para él, el tantas veces presidente Velasco Ibarra nunca representó una amenaza para los intereses de nuestra oligarquía. Lo explicó así:

“Desde los tempranos años treinta, la solución del establishment ante la amenaza populista era cooptarla en la persona de Velasco Ibarra. Velasco era la personificación del demagogo populista, con la crucial diferencia de que él mismo era un producto de la oligarquía y cuando estaba en el gobierno no representaba amenaza alguna a sus intereses. Velasco fue así capaz de unir detrás de sus candidaturas a los segundones y a los miembros de la oligarquía. Fue depuesto en cuatro ocasiones. En las primeras tres fue sacado cuando su ineptitud como administrador, en contraste con su maestría para cautivar al electorado, amenazaba con llevar al país al tipo de caos económico que el establishment no podía permitirse”.

En simple: Velasco Ibarra fue invariablemente un tonto útil de la oligarquía, más allá de sus buenas intenciones, su verbo elocuente y su proverbial honestidad. Murió en Quito, el 30 de marzo de 1979.

1 comentarios:

Anónimo dijo...

Justo estaba leyendo ese cable que nos paso el enlace.

Muestra una sorprendente sofisticacion de la oligarquia al manipular las sensibilidades del pueblo.

Tambien dice que los milicos saben provenir de hogares mas bien humildes.

Pero cuando ascienden al poder adoptan un interes en mantener el status, por que ese rato ya les conviene.

Triste realidad.

Este pais parece ser una gran hacienda, todos luchando por conseguirse una rodaja del pie, nocierto? By any means necessary.

Cuando estan abajo, se quejan de la corrupcion, de esos ladrones politicos. Hacen todo por llegar, engrasando las manos que sean necesarias. Y, una vez en su puestico comodo, hacen de la vista gorda a la corrupcion por que saben que son parte del mismo sistema.

Engendrando complicidad y apatia.

Es algo sistemico y ya parte de la cultura.

Sin necesidad de que los gringos ni la iglesia nos ponga el yugo, ya que estamos enteramente satisfechos de ponernoslo nosotros mismos!

Los melancolicos y quejones tenemos que tragarnos lo que vemos con una copa de alchol, por que estamos en la minoria.