La Memoria del Mundo

21 de noviembre de 2025

            Publicado en diario Expreso el viernes 21 de noviembre de 2025. 

Desde 1992, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO, por sus siglas en inglés) mantiene el programa Memoria del Mundo, para cumplir con los objetivos de facilitar la preservación del patrimonio documental, incluyendo el formato digital, así como de permitir el acceso universal al patrimonio documental y aumentar la conciencia sobre su importancia en el público en general.

Para concretar el cumplimiento de estos objetivos, el año 2000 la UNESCO creó el comité regional del programa Memoria del Mundo para América Latina y el Caribe a fin de promover la conservación del patrimonio documental en los países de la región (existe, desde 1998, otro comité regional para los países de Asia y el Pacífico). Desde el año 2000 se han realizado un total de 263 inscripciones de patrimonio documental, conservado en archivos, bibliotecas o museos, al registro Memoria del Mundo de América latina y el Caribe. Por “patrimonio documental” se entiende desde tablillas de arcilla hasta publicaciones digitales. 

Y también, el manuscrito de un poema de José Joaquín Olmedo. Hasta el año 2024, el Ecuador tenía ocho registros en la Memoria del Mundo de América latina y el Caribe: dos en asocio con otros países (la Carta de Jamaica de Simón Bolívar en asocio con Colombia y la documentación sobre las expediciones científicas en Bolivia, Colombia, Ecuador y Perú, siglos XVIII-XIX, en asocio con estos países más España) y seis por cuenta propia (la Mediateca de la CIESPAL, el patrimonio documental del Vicariato Apostólico Salesiano en el Ecuador amazónico entre 1890 y 1930, el fondo documental Monseñor Leonidas Proaño, los protocolos notariales de la Notaría Tercera del cantón Cuenca de 1563 a 1950, los expedientes de naturalizaciones entre 1899 y 1968, la posesión oficial de las Islas Galápagos por el Ecuador en 1832). El año 2025 se añadió una inscripción a esta lista selecta: un manuscrito del poema “La Victoria de Junín. Canto a Bolívar”, de autoría del político y poeta guayaquileño José Joaquín Olmedo, rareza que se conserva en poder de la Biblioteca Municipal de Guayaquil. 

Cada año, el programa Memoria del Mundo abre un período de postulaciones. Este año 2025 se presentaron 71 postulaciones provenientes de quince países de América latina y el Caribe. En la XXV reunión del comité regional para América latina y el Caribe del programa Memoria del Mundo, que se celebró del 10 al 13 de noviembre en Lima y Cusco, se evaluaron estas 71 postulaciones y se aprobaron 29 nuevas inscripciones al programa.

De estas 71 postulaciones, tres fueron hechas por instituciones ecuatorianas. De estas tres, la única postulación que el comité aprobó fue la relativa al manuscrito del poema de Olmedo que fue presentada por el Municipio de Guayaquil, siendo la primera vez que un gobierno seccional ecuatoriano consigue una inscripción en este registro para la conservación del patrimonio documental. Por este hecho, la Biblioteca Municipal de Guayaquil se convirtió en una de las 265 “instituciones encargadas de la memoria” que reconoce la UNESCO en el marco de este programa.    

Olmedo en la Memoria del Mundo: bien se puede decir que se ha hecho justicia.

205 años de la primera Constitución

14 de noviembre de 2025

            Publicado en diario Expreso el viernes 14 de noviembre de 2025.

Se cumplieron los 205 años de la entrada en vigor, el 11 de noviembre de 1820, del Reglamento Provisorio de Gobierno que se aprobó en la ciudad de Guayaquil por un Colegio Electoral compuesto por 57 representantes, provenientes de 27 pueblos de la provincia de Guayaquil. 

Entonces, tres días atrás se cumplió el aniversario de un acontecimiento sin precedente: la entrada en vigor de una Constitución que rigió en un territorio independiente del Reino de España, en el ámbito del actual Estado del Ecuador. Esta Constitución de 1820 estableció un gobierno electivo, la separación de los poderes del Estado y la creación de una milicia para luchar por la independencia de las otras provincias todavía sujetas al Reino de España.

Este aniversario no tiene precedente porque la Constitución que se aprobó para la provincia de Quito el 15 de febrero de 1812 (el “Pacto solemne de sociedad y unión”), por un Congreso reunido en Quito, no pretendió regir en un territorio independiente del Reino de España (digo “pretendió”, porque no entró en vigor). El artículo 2 de este Pacto Solemne buscaba la independencia de la provincia de Quito, “en cuanto a su administración y economía interior”, pero siempre dentro del Reino de España. Era una independencia frente a los otros territorios americanos y la concreción de la antigua aspiración de Quito al autogobierno (a la manera de una capital de Virreinato o de Capitanía General). 

El artículo 5 de este Pacto Solemne de 1812 descarta dudas acerca de la pertenencia de Quito al Reino de España: “En prueba de su antiguo amor, y fidelidad constante a las personas de sus pasados Reyes; protesta este Estado que reconoce y reconocerá por su Monarca al señor don Fernando Séptimo”. Constituye un real absurdo pensar que Quito reconoció a un rey, pero que fue independiente de su reino. 

Quito tampoco se pensó fuera del Reino de España en agosto de 1809, pues en su acta del 10 de agosto consta que se instituyó una Junta de Gobierno para que “gobierne interinamente a nombre, y como representante de nuestro legítimo soberano, el señor Don Fernando Séptimo”. Por contraste, en el acta que se levantó el 9 de octubre de 1820 se puede leer que para Guayaquil aquel día fue el “primero de su independencia” y el artículo 1 del Reglamento de Gobierno declaró a la provincia de Guayaquil “libre e independiente”.   

La principal diferencia entre los cuerpos normativos de 1812 en Quito y de 1820 en Guayaquil: el objeto del Pacto Solemne de Quito era la regulación de una independencia administrativa en el seno del Reino de España, frente a otros territorios (Lima y Santafé), mientras que el objeto del Reglamento de Gobierno de Guayaquil era la regulación de una total independencia, por fuera del Reino de España. Es decir, en el caso de Guayaquil sí fue efectivo el tránsito de un régimen monárquico a un régimen republicano.  

El Reglamento de Gobierno adoptado el 11 de noviembre de 1820 en Guayaquil rigió los destinos de la provincia por 609 días, hasta que el 13 de julio de 1822 el Presidente de Colombia, a la cabeza de un ejército de 1300 soldados, declaró el cese del autogobierno de la provincia de Guayaquil y, por ende, la vigencia de su Constitución.

No fue El Libertador

7 de noviembre de 2025

            Publicado en diario Expreso el viernes 7 de noviembre de 2025.

En octubre de 1820, Santiago de Guayaquil fue la primera ciudad del territorio del actual Ecuador en independizarse del Reino de España. La ciudad, capital de una extensa provincia y cabeza de una gobernación española, se independizó por sí misma, en una sola jornada y su gesta libertaria encendió en toda la provincia la llama de la libertad. La provincia nunca dejó de ser un territorio independiente hasta su anexión en julio de 1822 a otra entidad republicana (Colombia) por Simón Bolívar.  

Una vez que se independizó el territorio de la provincia, los representantes de veintisiete de sus pueblos (Baba, Babahoyo, Balao, Canoa, Caracol, Colonche, Chanduy, Charapotó, Chone, Chongón, Daule, El Estero, El Morro, Guayaquil, Jipijapa, Machala, Montecristi, Palenque, Pichota, Pimocha, Puná, Punta de Santa Elena, Puebloviejo, Samborondón, Santa Lucía, Ventanas y Yaguachi) se reunieron en Guayaquil para decidir su destino. 

Entre el miércoles 8 y el sábado 11 de noviembre de 1820, un total de cincuenta y siete representantes decidieron el régimen político para la administración del territorio. Optaron por un régimen republicano, materializado en el artículo 1 del reglamento aprobado el 11 de noviembre como un gobierno “electivo” y presidido por una Junta de Gobierno compuesta por hijos de Guayaquil, con José Joaquín Olmedo a la cabeza. La representación de la provincia decidió en noviembre de 1820 el tránsito de la soberanía divina a la soberanía popular, como le corresponde a una república. 

El artículo 2 del reglamento del 11 de noviembre declaró a la provincia “en entera libertad para unirse a la grande asociación que le convenga de las que se han de formar en la América del Sur”. Para cumplir este propósito, la Junta de Gobierno había decretado el 19 de junio de 1822: “Por ningún pretexto existirá en el territorio de la Provincia fuerza alguna armada de los Estados amigos, al abrirse las sesiones del Colegio Electoral; ni en la bahía permanecerá buque alguno de guerra, amigo o neutral, aunque esté simplemente armado”. Para la junta era importante que los representantes se puedan reunir en libertad.

Guayaquil no debió su independencia a las fuerzas de Bolívar en octubre de 1820 y el gobierno de la provincia deseaba elegir su destino de forma libre y razonada en julio de 1822. Para decidir “en entera libertad”, el Colegio Electoral había sido convocado para el 28 de julio. Pero Bolívar tenía otros planes para Guayaquil y no contemplaban su libertad sino su anexión.

De manera contraria a la ley del suelo, Bolívar invadió con una fuerza armada el territorio de Guayaquil el 11 de julio de 1822 y ordenó el cese de la administración de la Junta de Gobierno el 13 de julio, asumiendo para sí la administración de la provincia, a la que en seguida procedió a anexar a la República de Colombia de la que él era presidente.

Cuando holló el suelo de los guayaquileños, Bolívar también holló sus derechos. Aquí no libertó, pues ocurrió lo contrario: aquí Bolívar ocupó y coartó la libertad de decisión de una comunidad republicana y autogobernada desde octubre de 1820. 

Simón Bolívar fue el Libertador en muchas partes (incluso en Cuenca y Quito), pero no lo fue en Guayaquil.