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El invierno de Campoverano

15 de marzo de 2025

La canciller Gabriela Sommerfeld no atina una. Ella organizó una cumbre de jefes de Estado y de Gobierno en Cuenca (la vigésimo novena) y pensó que iba a tener una asistencia pobre, de apenas 11 jefes de Estado y de Gobierno. Esto ya estaba mal, porque se proyectaba la más baja asistencia a una cumbre iberoamericana desde su creación el año 1991. 

Pero fue mucho peor. No vino es nadie. Apenas un tocayo de ese garito llamado Andorra y el decorativo rey español. Pero de América, nadie. Total ninguneo. Sommerfeld quedó para la risa.

Pero ahí sigue ella, gestionando (¿gestionando?) las relaciones diplomáticas, con su look de villana de caricatura. Y su sordera.

Hablemos de inutilidad, Sommerfeld. Mejor tómate un Aerogal rumbo al olvido.

¿El vengador?

10 de marzo de 2025

En 1998 le robaron la elección a Álvaro Noboa, en un contubernio entre DP y PSC. Este diálogo de Marcelo Dotti (exPSC) con el Vivanco de La Posta (pariente del Vivanco DP que en aquella época presidía el Tribunal Supremo Electoral) explica bien el robo de la presidencia:

- Vivanco: ‘¿Y la DP manejaba los votos?’

- Dotti: ‘Mire, Álvaro Noboa perdió la presidencia el ‘98 porque le robaron.’ (Las dos últimas palabras dichas con énfasis).

- Vivanco: ‘Hable serio, ahí el presidente del tribunal era medio primo de mi papá, Patricio Vivanco.’

- Dotti: ‘Mi buen amigo.’

- Vivanco: ‘Es una persona que yo considero y quiero.’

- Dotti: ‘Patricio Vivanco Riofrío. No se enoja, ¿no, usted?’.

- Vivanco: ‘No, no, no.’

- Dotti: ‘Ya.’

- Vivanco: ‘Dice que Patricio le… que Patricio hizo la huevadilla.’

- Dotti: ‘Patricio un hombre muy inteligente.’ (Dicho sonreído).

- Vivanco: ‘Una cosa es ser inteligente…’

- Dotti: ‘Y era el hombre de Mahuad en el Tribunal Supremo Electoral.’

[1:14:09-1:14:38]

A Álvaro Noboa le robaron la elección. Volvió a participar, llegó a otras dos segundas vueltas, estuvo dos veces más. Cinco candidaturas en total, en todas perdió. Su hijo lo intentó en su reemplazo (porque su padre no estaba en condiciones ya de enfrentar una sexta campaña) y a la primera (tocó la flauta por casualidad) llegó a la presidencia, para ejercerla por un año y medio. Y ahora llegará el momento de la verdad. Este 13 de abril enfrenta una encrucijada: o se va o se queda cuatro años. 

El hijo de Álvaro Noboa está ahora en el poder. Es un gobernante lanzado a la reelección, y si bien ha demostrado no tener talento para la política de masas, también ha demostrado no tener escrúpulos para la política de intereses. Y eso le permite, además de usar, abusar del poder, como lo ha demostrado en numerosos episodios: el maltrato a su vicepresidenta, el envío de una ley archivada, el asalto a una embajada, la descalificación de sus rivales en competencia electoral (Topic), la persecución a sus rivales políticos (casi cualquiera que no sea ADN), etc. 

Es decir, el hijo de Álvaro Noboa tiene la posibilidad de vengar a su padre. Si él perdió por un fraude electoral en 1998, Daniel Noboa podrá querer (e imponer) ganar por un fraude electoral el 2025, casi treinta años después. Antes, como ahora, la frágil institucionalidad de un Estado ofrecida al mejor postor lo podría permitir.

La única alternativa para evitarlo, por seguir con la onda noventera, es que la votación de su oponente sea tan amplia como la que derrotó a Jaime Nebot en 1996. 

Cabe la posibilidad: Un vengador quedando en ridículo.

Poesía (el resto es márquetin)

8 de marzo de 2025

El debate lo encumbró a Daniel Noboa, el debate lo podría hacer caer a Daniel Noboa. Allí reside la poética de este episodio.

El presidente Daniel Noboa tiene una primera gran desventaja: por contraste a su opositora, él ya gobernó. Y no lo ha hecho bien, si juzgamos por los siguientes dos criterios: 

* Mentiras (porque un político es juzgado por su capacidad para cumplir su palabra)

Son tantas, que mentir califica para manía presidencial: cosas que dice que no va a hacer pero luego hace, como no subir el IVA para después subirlo tres puntos; cosas que dice que iba a hacer pero después no hizo, como las cárceles en once meses o la cárcel en altamar (tremendo pedo mental del que ya nadie habla); cosas que son ciertas pero no como él las interpreta, como cuando dijo que el Ecuador había vuelto a vender energía eléctrica a Colombia, cuando se trató de una venta programada por razones técnicas; cosas que dice que resultan exageraciones, como el monto de la inversión en nuevas escuelas (según él 46 millones, cuando es casi cuatro veces menos, sólo 12 millones), cosas que dice que son errores, como que el número de femicidios ha disminuido, cosas que dice que no tienen sustento como que los GAD han gastado su dinero en hacer campaña a favor de la candidata Luisa González y que es por eso que no tienen recursos, cosas que dice que son fantasía como que no iba a haber apagones o que existe el “Plan Fénix”, y cosas que dice que tienen un touch de esquizofrenia como que él era una persona ajena a revanchas, dispuesta a gobernar con empatía, pero después se postuló como un “pésimo enemigo” y se lanzó a perseguir rivales, e incluso a su propia vicepresidenta. Son sólo unos cuantos ejemplos de una amplia gama: el presidente Noboa es un todoterreno de la mentira.

* Mala administración (porque un político es juzgado por su capacidad de gestión)

Las cifras en los dos temas que más preocupan a los ecuatorianos, la economía y la lucha contra la delincuencia, son muy malas.

En economía: En el período de gobierno de Noboa, la pobreza aumentó (dos puntos: pasó del 26% al 28% de la población) y la pobreza extrema también (pasó de 10.6% a 12.7%), también aumentó el desempleo (tan solo por los apagones -que no iba a haber- se perdieron alrededor de 250.000 empleos). El crecimiento económico del Ecuador fue minúsculo (apenas del 0.3%, el único con peores números en América latina es Haití, según los datos del Banco Mundial) y la inversión extranjera directa en el Ecuador representa el 0.3% del PIB (nuevamente el único país con peores números en América latina es Haití).

En seguridad: Este inicio del año 2025 es el más violento registrado en la historia del Ecuador, con un 40% más de muertes violentas que las registradas en el mismo período del año 2023, que fue el año que cerró con una tasa de 47.25 muertes violentas por cada 100.000 habitantes, la tasa más alta desde que se tienen estos registros. En los primeros cincuenta días de este año, en el Ecuador han sido asesinadas 1.300 personas, lo que equivale a un asesinato por hora. A pesar de casi catorce meses de guerra del Estado contra los GDO (desde el 9 de enero de 2024), el Ecuador era y sigue siendo es el país más violento de América latina.

*

Sumado a esto, la otra gran desventaja del presidente/candidato Daniel Noboa es que es todo lo opuesto a un líder carismático. Es un pésimo comunicador y será la primera vez que esta condición realmente se pondrá en juego. En los debates del 2023, en la primera vuelta las luces no estuvieron sobre él (él surgió en el posdebate, v. “Tocó la flauta (o fenómeno Gremlin)”) mientras que, en la segunda vuelta, ninguno de los dos candidatos había gobernado, así que las luces estuvieron repartidas de forma pareja (como también el resultado). 

En los debates del 2025, en la primera vuelta, el formato fue un adefesio. Y la segunda vuelta es la que importará. Enfrentará a los mismos de la segunda vuelta del 2023, pero esta vez las luces estarán sobre quien tendrá que justificar lo hecho con la responsabilidad que se le otorgó cuando se lo eligió presidente el 15 de octubre de 2023. Es decir, el presidente Noboa tendrá que defenderse de las acusaciones por sus mentiras y responder a los cuestionamientos por su mala administración; él tendrá que justificar el porqué el pueblo debería votar por él para que continúe su gestión cuatro años más*. Y esto significa exponerse como nunca antes. 

Como se ha visto, hay muchas acusaciones y cuestionamientos que hacerle al presidente Noboa. Y la candidata Luisa González los podría vocalizar muy bien** (a diferencia de él, ella no está negada a las bondades del castellano). Este escenario lo coloca al presidente Noboa en una situación muy, pero muy incómoda.    

Y podría ser que lo que lo subió, lo haga bajar. Poesía.

*


* Antes, el 2023, Noboa era el cambio. Hoy, el 2025, es la continuidad. Si antes Noboa ofreció razones para cambiar a una población que estaba deseosa de un cambio, hoy Noboa debe ofrecer razones para su continuidad a una población que sigue deseosa de un cambio. Por eso es que ahora se lo siente tan fuera de lugar: ahora necesita convencer a la gente y el poder de convencimiento verbal no le fue dado (¡sólo le queda el márquetin!).

** La receta en esta elección para la RC es: “poco Correa, mucha Luisa, muchísimo en contra de Noboa” (esto último, para mantener sus números abajo, porque en política no suma amigos quien fracasa).

Tocó la flauta (o fenómeno Gremlin)

25 de febrero de 2025

En la fábula de Tomás Iriarte el borrico tocó la flauta por casualidad, pero ello no hizo al borrico (ésta es la moraleja de la fábula) un buen flautista. Para Daniel Noboa, ganar la presidencia fue tocar la flauta por casualidad. 

En la campaña presidencial del año 2023 hubo un episodio clave: el debate, que catapultó a Noboa a la presidencia.

Antes y durante el debate del 2023 ocurrieron cosas, incluido el asesinato de un candidato unos pocos días antes de su celebración, pero lo que realmente cambió el curso de la candidatura de Noboa ocurrió en el posdebate, cuando el Gran Árbitro de la Política Ecuatoriana (aquel a quien en el Ecuador aman y aman odiar a partes iguales), Rafael Correa, elogió a Noboa y dijo que se había destacado en el debate, que él lo había hecho “muy bien”. 

Su movida estratégica era bajar a otro candidato, Topic. Mala movida. Ocurrió el Fenómeno Gremlin

Porque con aquel “elogio estratégico”, Correa echó agua a una apacible mascota y de allí surgió Stripe, el sociópata de Gremlins (1984).  

El demiurgo Correa lo creó a Noboa, porque en la política ecuatoriana “lo hizo persona, le dio presencial social” (como dijo Abdalá que había hecho con Álvaro, su papá). Desde ahí, Noboa/Stripe se disparó. Y está arriba, y está dispuesto a cualquier cosa para sostenerse.

El telón de fondo del fenómeno Gremlin en la historia del Ecuador es que su llegada al Palacio de Carondelet no fue el fruto de un gran movimiento social. Simplemente, él lo intentó y le sonó la flauta por causalidad. 

Es por esta razón que no hay seguidores del presidente Noboa. Hay empleados, oportunistas, turiferarios, entusiastas del autoritarismo (ese saltarse las leyes y abusar de sus facultades que Noboa encarna muy bien) y, por supuesto, los convencidos del anti-correísmo, que son su base dura. Pero no hay seguidores. Y eso es porque no hay doctrina, tampoco. Y resulta realmente imposible seguir (entusiasmarse por, convencerse de que esa persona es LA alternativa) a alguien como Noboa, que no sólo tiene unas grandes dificultades para comunicar ideas, sino que ni siquiera tendría mayor cosa que decirle a su electorado, salvo frases propias del márquetin político. 

Por eso lo representa un cartón. En política, aunque estático, comunica mejor. 

"Ayora" y poco más

19 de febrero de 2025

En una entrevista por canal 10 la mañana del miércoles 18 de febrero, el periodista Mauricio Ayora se mostró ansioso de satisfacer los apetitos mediáticos del presidente Daniel Noboa. Se entregó a sus deseos de lucirse, sin oposición ni disimulo. En su estilo chabacano, le hizo unas preguntas fáciles, engolosinadas, que siempre buscaron que el presidente Noboa corra, pues todo era pampa. Lo acompañó en su discurso, incluso lo elogió cuando sintió que tenía la oportunidad. Se animó, al cierre, a decir que había que votar bien, implicando de manera obvia que el voto debería ser para Noboa.  

Pero lucirse no es tarea para el presidente Noboa. La prestancia y desenvoltura de su madre ante las cámaras no es lo suyo. Es papá (figura pública con cinco candidaturas presidenciales y ninguna victoria a cuestas) purito.

Pero él sí se deja aconsejar y trata (se puede cifrar su esfuerzo en sus gestos) de hacerlo lo mejor que puede. Pero es tan hábil con las palabras, como Lenin Moreno con un ciclonauta. Este ejemplo de cuando trató de vender el voto “con esperanza” no tiene desperdicio:

“darles las soluciones (a la gente, N. del A.) que ellos necesitan y eso sólo se hace estando en territorio, uno no, uno teniendo una oficina bonita en Quito no resuelves nada, tienes que estar en las zonas difíciles, en las zonas donde hay desilusión, donde la gente se siente des (se traba) desilusionada porque de repente aparece un político y se aprovecha de esa desilusión. Y con… Y… incita a que voten con odio (M. Ayora murmura cosas), y no puede, no puede votarse con odio (M. Ayora apoya: “con sentimiento”), tiene que votarse con esperanza, tiene que votarse con (M. Ayora interrumpe: “Exacto”)… con, con sentimientos positivos, no con temas negativos” (este arrastre de ideas le demoró treinta y seis segundos; la impersonalidad del “tiene que votarse”, no como el fruto del entusiasmo sino como el cumplimiento de un deber, es muy decidor).

Es un guion. Al presidente Noboa le debe haber llegado el memo: con el purito anti no va a llegar adonde quiere. Y entonces se tiene que abrir a postular el voto “con esperanza”, pero lo hace con un tono tan desesperanzado, tan mecánico, que conduce a la desidia: “Ya nada, presi”. 

Cuando chico, “ayora” era el nombre popular de la moneda de un sucre. El presidente Noboa fue poco más que eso.

El cartón en su laberinto

16 de febrero de 2025

Los más ardientes entusiastas del presidente Daniel Noboa deben admitir que su líder no es un hombre hábil con las palabras. Es fugaz y lacónico: rara vez aparece y cuando lo hace, dice lo mínimo necesario, de manera casi automatizada. En realidad, a Noboa se lo siente incómodo en ese rol contenido y asertivo que exige la política.

Este político inhábil con las palabras (un reverso de Velasco Ibarra) está en un laberinto discursivo. En su candidatura durante la primera vuelta del 2023 él postuló que el “anti” tenía un techo y que el “pro” era infinito, y que él estaba por el “pro”. Con ese postulado, él ganó en octubre de 2023. Pero durante el ejercicio del poder, mutó del “pro” al “anti”.

Se puede fechar el día que oficializó la mutación el 5 de abril de 2024, cuando el gobierno de Noboa decidió invadir una embajada, capturar a una persona y conducirla a la prisión de máxima seguridad del Estado. Ese día, cuando asaltó la embajada de México para capturar a Jorge Glas, el presidente Noboa compró todos los boletos de la rifa para el membrete de “primer anti-correísta”. Dejó atrás el “pro” y saltó de llenó al “anti”. 

Y se llenó del “anti”, porque ha llegado a implicar que los opositores a su proyecto político (cualquier que éste sea) son parte del Viejo Ecuador y vinculados a la corrupción y a los GDO. En particular, esto último lo predica de la Revolución Ciudadana.

El problema de Noboa es que él tenía razón: el “anti” tiene un techo. Le metió con todo, y ahora lo encontró. Y es grave, porque la división del electorado es por condición económica: las clases alta, media y media baja lo favorecen a Noboa, pero la mayoría de los sectores populares favorecen al proyecto opositor al gobierno de Noboa (este artículo es esclarecedor a este respecto: “Noboa no llegó a los pobres”). Y esos sectores, en un país misérrimo y desigual como el Ecuador, son los que ponen al presidente.

La situación de Noboa, entonces, es muy difícil. Su discurso parte de dividir al electorado en buenos y malos, en el Nuevo Ecuador y el Viejo Ecuador. Su discurso está enfocado, desde hace casi un año, en el ataque a sus adversarios políticos, en su descalificación para que él brille como la opción que podrá resolver los problemas de los ecuatorianos. Pero, si quiere ganar en la segunda vuelta, Noboa debería tener un discurso distinto, menos de agresión a otros y más de unidad y esperanza para todos, y en particular, dirigirse a los sectores populares y ofrecerles más que gestionar su odio a un gobierno que concluyó el 2017. 

Llegamos entonces al núcleo duro del problema y es uno de preescolares: Noboa es inhábil con las palabras. Véase este fragmento de su intercambio con dos periodistas/cómplices el martes 11 de febrero, cuando lo invitaron a hablar de los “acuerdos mínimos” para la gestión de la política. Le preguntaron: “¿Cuáles serían esos acuerdos mínimos?”. Él respondió:

“Acuerdos mínimos, leyes… que puedan darle… mayor… flexibilidad … al… al joven para estudiar, para poder tener ocupación y… pues trabajar para eliminar el subempleo”. (Le tomó diecisiete segundos balbucear este adefesio).

Verbalmente, Noboa no proyecta confianza, proyecta lástima.

Y resultará muy difícil que en el tiempo que resta hasta el 13 de abril el presidente Noboa cambie su discurso, y logre conjugar en su oratoria los ideales de eficacia, unidad y esperanza que espera la población de un país cansado de los fracasos de su clase política.

Porque él es demasiado acartonado para lograrlo. Por eso está en su laberinto. 

Es la geografía, ¡mushpa!

13 de febrero de 2025

El presidente Daniel Noboa y algunos de sus entusiastas han postulado que la alta votación de la Revolución Ciudadana en la Costa ecuatoriana podría deberse a la incidencia de los grupos de delincuencia organizada (GDO). 

En particular, Noboa llegó a decir ante dos periodistas/cómplices que los GDO conminaban a las personas a votar por Luisa González y que eso estaba detrás de su éxito en las provincias de la Costa. Se animó a decir Noboa que había presentado pruebas de esto a la misión de la OEA, pero la misión de la OEA lo desmintió y dijo que no había recibido prueba alguna. Dafuq.

Los seguidores del presidente Noboa son mucho peores que él, confirmando aquello que decía Umberto Eco sobre las redes sociales: “Es la invasión de los idiotas”. Estos invasores sostienen, con epítetos e histeria, la existencia del vínculo entre los GDO y los habitantes de las provincias que favorecieron con su voto a Luisa González. Y suponen que la Sierra (dada su votación por un oligarca guayaquileño) es distinta y mejorffff.

Dos ideas para repensar ese supuesto vínculo: 1) El Ecuador es un desastre generalizado; 2) Es la geografía, ¡mushpa!*

Sobre lo primero, no es que el Ecuador funciona mejor en una región u otra del país: los problemas para garantizar los derechos (salud, educación o cualquier otro de una larga lista) son generalizados. El gobierno central es incapaz de garantizarlos a lo largo y ancho del territorio nacional. Eso sí, se debe introducir un matiz: con la seguridad es distinto.

Es distinto, por la segunda idea: Es la geografía¡mushpa! El boyante negocio de los GDO es la exportación de drogas a mercados extranjeros. Para este propósito comercial e ilegal, se requiere de puertos para sacar la mercadería (y claro, de un gobierno incapaz). Y estos puertos están en la Costa, por eso de tener el mar. A los GDO les interesa muy poco la Sierra: allí no cabe disputarse el territorio (salvo para el microtráfico, pero eso es chichigua frente al Gran Negocio). Y por eso los GDO disputan entre ellos los territorios en la Costa y por eso su presencia y por eso la violencia.

Porque es la geografía¡mushpa!, en la Costa a los GDO se los sufre con una intensidad que en la Sierra no se experimenta.

En el Ecuador, frente a la pregunta “¿Cuál considera Ud. que es el problema más importante en el país?” un 49% considera que es la delincuencia, según el Latinobarómetro 2024 (p. 23). Que el Ecuador sufre mucho la delincuencia lo evidencia el comparativo que consta en el Latinobarómetro 2024, pues el Ecuador encabeza la lista de países de América latina que considera a la delincuencia su problema más importante: el 49% del Ecuador es un 30% superior al promedio regional. Es así de intenso.

Entonces: el problema más grave y un Estado incapaz de garantizar la seguridad de su territorio, lo que se siente con mayor intensidad en la Costa. Y el problema sigue allí: el último mes corrido, el Ecuador vivió el mes más sangriento de su historia: de promedio, hubo una muerte violenta cada hora. Esto, a pesar de que el gobierno de Noboa declaró la guerra contra los GDO (declaró la existencia de un “conflicto armado interno” y a los GDO “terroristas”) en enero de 2024. Pero su plan contra los GDO no ha dado los resultados que se esperaba. Y la manifestación de esa decepción, en la región que más sufre a los GDO, explica que allí se haya votado por la opositora a Noboa. 

N.B.: Se lo quiere cambiar a Noboa por incapaz, porque no ha podido solucionar el principal problema que agobia a la Costa**.

En conclusión, los que creen que existe un vínculo de carácter criminal entre el voto por Luisa González en la Costa y los GDO es porque sus miras se agotan en el callejón interandino. Terminan siendo una pandilla de oligofrénicos, sin sentido de nacionalidad (sea dicho con perdón de los héroes quiteños del Pichincha***). 

Para la próxima, amigo interandino, no sea mushpa.

~*~

* Tropicalización de la célebre frase de James Carville: It’s the economy, stupid!

** Hecho notable: a instancias de su fracaso en lo esencial, antes de que exista el “noboísmo”, Noboa ha logrado crear el “antinoboísmo”. Y tiene mucho potencial para crecer: ha regalado hasta los cartones.

*** Es decir, de nadie. No se olvidan de Melchor de Aymerich.

El peor enemigo

10 de febrero de 2025

El peor enemigo de Daniel Noboa se llama Daniel Noboa. Porque él, para concluir el período presidencial de Guillermo Lasso iniciado el 2021, ha gobernado (desde el día de su posesión hasta el día de la primera vuelta electoral) por 444 días.

Un tiempo suficiente para juzgar a cualquier persona en un cargo de responsabilidad por sus resultados. Y en los indicadores importantes, Daniel Noboa tiene unos resultados magros. En materia económica, el crecimiento económico del Ecuador fue tan turro que fue negativo (-0.4%), según data del Fondo Latinoamericano de Reservas, la inversión extranjera fue mínima (en América latina, únicamente a Haití le fue peor), la pobreza aumentó (del 26% al 28%, 432.581 personas en números totales), la inseguridad fue rampante (en enero, hubo una muerte violenta por hora, a pesar de cumplirse un año de “guerra” contra los llamados “terroristas”). Por meses, más de la mitad del día se vivió sin luz. Nada de esto produce una buena recordación.

Pero lo peor de Daniel Noboa no es su gestión. Es su persona. Por eso es que lo representa un cartón.

La persona de Noboa es la de un tipo ausente, de mirada y pensamiento. Un fulano parco, ríspido con la lengua de Castilla, que dice lo mínimo y de manera precaria. No sirve para encandilar a las masas. No tiene el nervio que se necesita para la política: eso fue algo que estuvo allí y con lo que él podía experimentar, como una droga sintética.

Y tocó la flauta por casualidad, como en la fábula de Iriarte.

Ocurre que el resultado de la primera vuelta electoral lo puso a Noboa en una situación incómoda. Si bien es un tipo con recursos económicos (millonario, hijo de millonario, hijo de multimillonario), recursos políticos (presidente de esta Carabina de Ambrosio) y carente de escrúpulos, atributos con los que en el Ecuador todo un siempre se ha podido llegar bien, pero bien lejos (y que no hay que subestimar de manera alguna), la democracia tiene su propia lógica. Y podría hacer naufragar el artificio que es Noboa, con todo y sus potentes atributos.

Porque el problema de Noboa, de cara a la segunda vuelta, es que él no podrá encandilar a las masas: no le corresponde a él (porque no puede, no tiene el nervio ni el carisma, sino sus contrarios) la transmisión de emociones positivas. No es suya la eficacia en la gestión (al menos respaldada con números), no es suya la esperanza en el mensaje, porque no podría predicar el cambio por tratarse de su reelección. No es suyo el llamado a la unidad, porque está jugado por la polarización.

Los atributos que constituyen un buen discurso político (eficacia, esperanza, unidad) están todos ausentes. Noboa se ha quedado con ser el conductor del odio/fastidio de las masas a lo que se llama “correísmo”. Es decir, un conductor de emociones negativas (“vota por mí, para que NO lleguen ellos). Y eso, para esta segunda vuelta, sabe a poco. Y dicho por él, sabe a nada.

El presidente Noboa se vendió como un pésimo enemigo. Para el ejercicio de este cargo, de tanta exposición pública y mediática, lo ha resultado de sí mismo.