Publicado en diario Expreso el viernes 3 de noviembre de 2023.
La batalla que ostenta el curioso nombre de “batalla de la tarabita de México” (también tiene uno más convencional: “batalla de Funes”) fue la primera que libraron los quiteños a raíz de su revolución del 10 de agosto de 1809.
En el Acta que se suscribió aquel día de agosto, los firmantes manifestaron su intención de atraer a su experimento de gobierno (la “Junta Suprema de Quito”) a los representantes de las provincias de “Guayaquil, Popayán, Pasto, Barbacoas y Panamá, que ahora dependen de los Virreinatos de Lima y Santa Fe”. Lo intentaron primero por las buenas, con documentos y emisarios, pero los resultados fueron contrarios a sus expectativas.
Y luego por las malas, porque no tardaron entonces los quiteños en tentar la suerte de las armas. Los rebeldes quiteños incursionaron en los Pastos, territorio de la Gobernación de Popayán, el 28 de septiembre de 1809 y ocuparon Túquerres, Guachucal y Cumbal. Dos días después los quiteños ocuparon Ipiales y bloquearon el camino a Barbacoas, lo que motivó un escrito del Comandante payanés Gregorio Angulo dirigido a un jefe de los quiteños, donde le preguntaba: “¿De dónde pues ha tenido Ud. el consejo de introducirse a territorio ajeno, como si fuese un conquistador autorizado?” Y lo conminaba de inmediato a desocupar “la provincia de los Pastos sin pretender subyugarlo con la suposición de ser poderosa una fuerza débil, rodeada de los gobiernos y virreinatos, que podrán reducirla a polvo”.
Era mucho el temerario valor de los rebeldes quiteños, pues la composición de sus fuerzas no resultaba muy halagüeña, según el historiador Roberto Andrade: “El ejército de la Junta [de Quito], era un cuerpo de artesanos y labriegos que por primera vez ensayaban cargar y descargar un fusil o cañón, y manejar una lanza […] bajo las órdenes de capitanes tan bisoños como los soldados de que se componían”. Pero avanzaron los quiteños en el territorio payanés y llegaron el 13 de octubre al filo de una cuchilla, en cuyo fondo discurre el río Guáitara.
No pudieron cruzar la cuchilla, porque en previsión de la llegada de los quiteños los payaneses habían cortado la tarabita que habilitaba su cruce (llamada “tarabita de México”).
Entonces los quiteños acamparon en las cercanías de la cuchilla. La madrugada del 16 de octubre de 1809, los payaneses comandados por el capitán Miguel Nieto cruzaron a nado el río Guáitara, pasando al otro lado de la cuchilla y sorprendiendo a los quiteños, a quienes tras una breve lucha, sometieron y dispersaron sin dificultad. El parte del capitán Nieto a su superior le refiere la captura de 108 prisioneros hombres y ocho mujeres con dos hijos, además de un número indeterminado de muertos “por haber muchas concavidades y peñascos en el campo de batalla”.
Sufrieron dos derrotas más en Sapuyés y Cumbal en los días subsiguientes, y los quiteños fueron forzados a irse por donde habían venido. La resistencia payanesa fue efectiva.
Pasaron un total de 76 días para que caiga su experimento de gobierno. El 24 de octubre de 1809, los rebeldes quiteños capitularon ante el Conde Ruiz de Castilla, y así le devolvieron el poder a la misma persona a quien se lo habían quitado el 10 de agosto que originó todo esto.
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