Publicado en diario Expreso el viernes 5 de diciembre de 2025.
El 6 de diciembre de 1534 ocurrió un hecho que estaba prefigurado en el acta de fundación de la villa española de San Francisco de Quito. Eran tiempos de la conquista de un territorio: los europeos que cruzaron el océano para ocupar las tierras de los americanos y someterlos a trabajos forzados, cuando fundaron esta villa española indicaron que su destino era asentarse sobre un poblado indígena, convenientemente arrasado y situado treinta leguas al norte de donde se realizó la fundación de la villa el 28 de agosto de 1534.
Decía el acta de fundación que ese poblado arrasado era “el pueblo que en lengua de indios, se llama Quito, que estará treinta leguas, poco más o menos, de esta ciudad de Santiago”.
El lugar y la fecha de la fundación por Diego de Almagro de la villa de San Francisco de Quito está indicado en las palabras iniciales del acta (digamos: en su partida de nacimiento). Allí se lee claramente: “En la ciudad de Santiago, a veinte y ocho días del mes de agosto, año del nacimiento de nuestro salvador Jesucristo de mil y quinientos y treinta y cuatro años…”. Esta ciudad de Santiago se había fundado por Diego de Almagro apenas trece días antes, el 15 de agosto de 1534, pero había albergado importantes acontecimientos en este brevísimo y turbulento período.
La ciudad de Santiago en la provincia de Quito se había fundado para tener un mejor título para la conquista del territorio frente a las pretensiones del adelantado Pedro de Alvarado, que venía de Guatemala a conquistar ese mismo territorio. Se fundó esta ciudad con todas las formalidades y se nombró a sus dos alcaldes y ocho regidores. En los primeros días de la ciudad se reunieron los conquistadores en el cabildo a fin de decidir cómo lo iban a enfrentar a Pedro de Alvarado. El 26 de agosto se reunieron Almagro y Alvarado en la ciudad de Santiago para decidir el futuro de la conquista de la provincia de Quito.
La reunión pudo salir mal y terminar en un enfrentamiento entre las huestes conquistadoras. Pero salió bien y en la ciudad de Santiago se selló un acuerdo. Alvarado consintió recibir 100.000 pesos de oro, volverse por donde vino y dejar en libertad a sus hombres de volverse con él o quedarse.
Dos días después del acuerdo, el 28 de agosto, con la seguridad de haberse fortalecido (por los refuerzos europeos) y de que existía un único rival (los americanos), Diego de Almagro decidió la fundación de una villa para la ocupación del antiguo poblado indígena. Era importante ocupar ese espacio para la conquista de la provincia: así se hizo, y el 6 de diciembre se nombró a los alcaldes y regidores para la villa española que se asentó sobre sus ruinas.
En cuanto a la ciudad de Santiago donde se fundó la villa que hoy es la ciudad de San Francisco de Quito, desde 1535 fue trasladada a la Costa para servir de puerto a San Francisco de Quito (por lo cual perdió el topónimo “de Quito”, para utilizar otros hasta llegar a su definitivo “de Guayaquil”). Después de varios asentamientos (no fundaciones, porque la fundación fue el acto que se realizó el 15 de agosto de 1534 y es único), la ciudad se terminó por asentar en el cerro Lominchao (hoy, Santa Ana) en una fecha indeterminada del año 1547.