La caída

19 de diciembre de 2025

            Publicado en diario Expreso el viernes 19 de diciembre de 2025.

El 17 de diciembre de 1819 empezó, en Angostura, el largo camino para la forja de un Estado gigante de dos millones y medio de kilómetros cuadrados, con salida a dos océanos y riquezas sin cuento, de nombre República de Colombia (apodada “la Gran”). Aquel día, a instancias del Presidente Simón Bolívar, el Congreso reunido en Angostura decidió crear por una ley la República de Colombia. Su artículo primero decía: “Las Repúblicas de Venezuela y la Nueva Granada quedan desde este día reunidas en una sola bajo el título glorioso de República de Colombia”. 

Se quería una Constitución para esta República de Colombia: entre mayo y octubre de 1821 se reunieron en la Villa del Rosario de Cúcuta 57 representantes de Venezuela y la Nueva Granada para su aprobación (sin figurar entre estos representantes ningún quiteño, cuencano o guayaquileño, pese a lo cual sus territorios fueron agregados a Colombia). La Constitución de Cúcuta se aprobó el 30 de agosto y su Ejecútese lo puso el Presidente Bolívar el 6 de octubre.

La República de Colombia regida por la Constitución de Cúcuta estaba compuesta por los distritos Norte, Centro y Sur, correspondientes a las actuales Venezuela, Colombia y Ecuador. Esta Constitución rigió hasta la dictadura de Bolívar en 1828 y se extinguió de manera definitiva en 1830. 

Aquel año 1830 se trizó el sueño bolivariano, y faltando catorce días para acabarse el año, se murió el propio Bolívar. Desde 1830, cada distrito colombiano se fue por la suya.

En el Distrito del Norte (la capitanía general de Venezuela) se convocó el 13 de enero de 1830 a un Congreso Constituyente en Valencia. Su resultado fue la primera Constitución de Venezuela, en vigor desde el 24 de septiembre. Venezuela vivía un ambiente antibolivariano, al punto de que se supeditaron las conversaciones diplomáticas con Colombia a que Bolívar no se encuentre en territorio colombiano.

En el Distrito del Sur (la Audiencia de Quito, o mejor dicho, una porción de ella) se convocó el 31 de mayo a un Congreso Constituyente en Riobamba, donde era equidistante para las tres capitales de los departamentos (Ecuador, Guayaquil, Azuay) que componían el distrito. Su resultado fue la primera Constitución del Ecuador, en vigor desde el 23 de septiembre. En el Ecuador se invitó a Bolívar a que venga a gobernar estos territorios, pero Bolívar no aceptó.

En el Distrito del Centro (el virreinato de la Nueva Granada, incluyendo una porción de la Audiencia de Quito) se realizó en 1830 un Congreso en Bogotá (convocado por Simón Bolívar el 24 de diciembre de 1828) que dictó una nueva Constitución, en vigor desde el 5 de mayo.

Así, en 1830 cada distrito de la Gran Colombia tomó su propio camino y armó su propia Constitución. Murió el sueño bolivariano y toma sentido, entonces, la célebre frase de Simón Bolívar, escrita al final de sus días: “el que sirve una revolución, ara en el mar”.

Murió Bolívar en Colombia (cuando ya no era “La Gran”), en las cercanías de Santa Marta, el 17 de diciembre de 1830. Once años exactos después de haber empezado en Angostura, como el flamante Presidente de una Colombia gigante, el recorrido de un largo camino para ver finalmente trizado su sueño y morir decepcionado.  

La Cenicienta de Colombia

12 de diciembre de 2025

            Publicado en diario Expreso el viernes 12 de diciembre de 2025.

El historiador David Bushnell, en un libro de historia de Colombia (“Colombia. Una nación a pesar de sí misma”), define la situación del Ecuador como parte de la República de Colombia (1822-1830): “Ecuador era en realidad la Cenicienta de la Gran Colombia: ningún ecuatoriano había ocupado un puesto importante a escala nacional, no había ninguno que fuese general e incluso eran escasos sus coroneles”.  

A este Ecuador no le fue preguntado si quería pertenecer a la República de Colombia. Es necesaria una aclaración: decir “Ecuador” es decir un anacronismo porque “Ecuador”, como Estado, surgió recién en 1830. Lo que se integró a la República de Colombia en 1822, fue la Audiencia de Quito. El Congreso Constituyente celebrado en Cúcuta en 1821, que aprobó la creación de la República de Colombia, decidió que el territorio de la Audiencia de Quito pertenecía “naturalmente” al Virreinato de Nueva Granada. En este Congreso no participó ningún “ecuatoriano”. 

El artículo 6 de la Constitución de Cúcuta dispuso que el territorio de Colombia comprendía “el antiguo virreinato de la Nueva Granada y Capitanía General de Venezuela”. Y especificó, en su artículo 7, que los pueblos de esos territorios “que están aún bajo el yugo español, en cualquier tiempo en que se liberen, harán parte de la República”. 

Después de la entrada en vigor de la Constitución de Cúcuta, Quito y Cuenca fueron liberadas por tropas comandadas por el venezolano Antonio José de Sucre y empezaron a formar parte de la República de Colombia. El caso de Guayaquil era muy distinto, porque ella se había independizado y estaba administrada por un gobierno republicano desde 1820, antes de la entrada en vigor de la Constitución de Cúcuta. Además, no le debía su independencia ni a colombianos ni a peruanos. Por eso, la provincia de Guayaquil quería decidir su destino en libertad, a través de sus representantes reunidos en Colegio Electoral. 

Pero como explica el historiador Bushnell: “Bolívar, que había asumido el control de la sierra ecuatoriana, no podía permitir que la costa tuviera una capacidad de decisión libre y por eso prevaleció la anexión a la Gran Colombia”. Así se la integró a la Audiencia de Quito a la República de Colombia: sin contar son su voluntad, o incluso, en contra de su voluntad. 

Durante este período colombiano, en 1824, el Congreso de Colombia aprobó una Ley de División Territorial. Cuando el Distrito del Sur (es decir, lo que sería el Estado del Ecuador) se separó de la República de Colombia en 1830, se perdió buena parte de la Audiencia de Quito (una enorme extensión de territorio al norte del río Carchi, hasta Popayán), porque se quedó como parte de Colombia. El Estado del Ecuador quiso recuperar ese territorio a través de una guerra ocurrida en 1832, pero perdió. Y las cosas quedaron según la Ley de 1824.

A la Audiencia de Quito se la integró a la República de Colombia sin contar con su voluntad, o incluso, en contra de su voluntad; durante su permanencia, se la trató como a una Cenicienta sin opción a baile real; finalmente, tras su salida, perdió una importante porción de territorio. 

Así nació el Estado del Ecuador: un territorio muy desmejorado tras su paso por Colombia.

"En la ciudad de Santiago..."

5 de diciembre de 2025

            Publicado en diario Expreso el viernes 5 de diciembre de 2025.

El 6 de diciembre de 1534 ocurrió un hecho que estaba prefigurado en el acta de fundación de la villa española de San Francisco de Quito. Eran tiempos de la conquista de un territorio: los europeos que cruzaron el océano para ocupar las tierras de los americanos y someterlos a trabajos forzados, cuando fundaron esta villa española indicaron que su destino era asentarse sobre un poblado indígena, convenientemente arrasado y situado treinta leguas al norte de donde se realizó la fundación de la villa el 28 de agosto de 1534. 

Decía el acta de fundación que ese poblado arrasado era “el pueblo que en lengua de indios, se llama Quito, que estará treinta leguas, poco más o menos, de esta ciudad de Santiago”.

El lugar y la fecha de la fundación por Diego de Almagro de la villa de San Francisco de Quito está indicado en las palabras iniciales del acta (digamos: en su partida de nacimiento). Allí se lee claramente: “En la ciudad de Santiago, a veinte y ocho días del mes de agosto, año del nacimiento de nuestro salvador Jesucristo de mil y quinientos y treinta y cuatro años…”. Esta ciudad de Santiago se había fundado por Diego de Almagro apenas trece días antes, el 15 de agosto de 1534, pero había albergado importantes acontecimientos en este brevísimo y turbulento período.

La ciudad de Santiago en la provincia de Quito se había fundado para tener un mejor título para la conquista del territorio frente a las pretensiones del adelantado Pedro de Alvarado, que venía de Guatemala a conquistar ese mismo territorio. Se fundó esta ciudad con todas las formalidades y se nombró a sus dos alcaldes y ocho regidores. En los primeros días de la ciudad se reunieron los conquistadores en el cabildo a fin de decidir cómo lo iban a enfrentar a Pedro de Alvarado. El 26 de agosto se reunieron Almagro y Alvarado en la ciudad de Santiago para decidir el futuro de la conquista de la provincia de Quito. 

La reunión pudo salir mal y terminar en un enfrentamiento entre las huestes conquistadoras. Pero salió bien y en la ciudad de Santiago se selló un acuerdo. Alvarado consintió recibir 100.000 pesos de oro, volverse por donde vino y dejar en libertad a sus hombres de volverse con él o quedarse.

Dos días después del acuerdo, el 28 de agosto, con la seguridad de haberse fortalecido (por los refuerzos europeos) y de que existía un único rival (los americanos), Diego de Almagro decidió la fundación de una villa para la ocupación del antiguo poblado indígena. Era importante ocupar ese espacio para la conquista de la provincia: así se hizo, y el 6 de diciembre se nombró a los alcaldes y regidores para la villa española que se asentó sobre sus ruinas. 

En cuanto a la ciudad de Santiago donde se fundó la villa que hoy es la ciudad de San Francisco de Quito, desde 1535 fue trasladada a la Costa para servir de puerto a San Francisco de Quito (por lo cual perdió el topónimo “de Quito”, para utilizar otros hasta llegar a su definitivo “de Guayaquil”). Después de varios asentamientos (no fundaciones, porque la fundación fue el acto que se realizó el 15 de agosto de 1534 y es único), la ciudad se terminó por asentar en el cerro Lominchao (hoy, Santa Ana) en una fecha indeterminada del año 1547.