Como adolescente en la
edad del burro, la oposición al gobierno nacional sabe lo que odia pero no sabe
lo que quiere. Sabe que odia a Correa (muchos lo odian como “partidarios de
todo-lo-que-sea anti-Correa”, o sea, sin necesidad de justificar ideas ni
verificar datos, con el propósito de hacerle daño a todo lo que se asocie con
él) pero no sabe qué es lo que quiere en vez de Correa.
¿Por qué la oposición no
lo sabe? Creo que es por tres principales razones, interrelacionadas entre sí:
la primera, por la dispersa heterogeneidad de tendencias políticas de sus
integrantes; la segunda, por su incapacidad de proponer proyectos políticos
concretos; la tercera, por la concreción desde el gobierno nacional de
políticas públicas meritorias.
La dispersa heterogeneidad
de tendencias políticas se puso de manifiesto en la reciente reunión “Diez
líderes debaten sobre diez temas prioritarios para el país” auspiciada por la
Cámara de Comercio de Quito. No asistieron tres (Lourdes Tibán, Guillermo
Lasso, Paco Moncayo ) que sumados a los siete “líderes” que sí asistieron
(César Montúfar, Lucio Gutiérrez, Martha Roldós, Luis Fernando Torres, Carlos
Vera, Betty Amores y Andrés Paéz) conforman un abanico ideológico que va desde
la izquierda radical hasta la derecha conservadora, pasando por el camaleónico
Lucio Gutiérrez. Como reportó Roberto Aguilar en su crónica de esta reunión (1),
la declaración de principios “No nos oponemos a nada, hemos venido a proponer”
que al inicio formuló el Presidente de la Cámara de Comercio, Blasco
Peñaherrera, fue “sistemáticamente desmentida por los siete invitados, uno tras
otro”. Dato evidente: “Ese algo que los une se llama Rafael Correa. De él y no
de otra cosa hablan todos durante sus correspondientes quince minutos”. Dato
bizarro: Lucio Gutiérrez, único pre-candidato presidencial presente en la
reunión, “termina escuchando la ovación del teatro entero” en el mismo edificio
en que su caída presidencial se festejó años atrás (¡?). El primer dato es
síntoma de los límites para el consenso; el segundo, un indicador de desmemoria
y oportunismo. (Es curioso que pretendan oponerse a la persona que acusan de
violar libertades y de romper la independencia de poderes, con un tipo que
participó de un golpe de Estado y a quien botaron de la Presidencia,
precisamente, por violar libertades y romper la independencia de poderes. Más
que curioso, es patético.)
La incapacidad de la
oposición de proponer proyectos políticos concretos se debe en buena medida a
su incapacidad de consensuarlos expuesta en el párrafo anterior, pero también a
su incapacidad de proponer escenarios alternativos por cuenta propia. Todavía
es prematuro, pero la mayoría de propuestas opositoras, hasta ahora y en lo
poco que tienen de propositivas, se disuelven casi sin excepción en eslóganes y
vaguedades, lo que tiene relación con que la oposición desea cambiar no tanto
un hecho aislado como un "estado de cosas". Es como si antes del
gobierno de Correa las relaciones con el poder político se conducían de una
manera favorable a ciertos grupos de poder, mientras que ahora están obligados
a soportar un escenario distinto. Es una anécdota, pero es significativa: en la
entrevista de Fernando Ampuero a Carlos Vera publicada en
GkillCity.com (2), éste le dice que Correa traicionó a Ecuavisa la noche misma que
ganó las elecciones (el 2006) porque a través de Juan Carlos Toledo convinieron
que la primera declaración sería a dicho canal, pero Correa al momento de dar
la rueda de prensa le dice a Tania Tinoco “a todos por igual”. Carlos Vera
ironiza: “Esta es la correspondencia por la que el canal y tantos nos jugamos”
(16:38 - 18:10). Recapitulemos el relato: Vera considera “traición” que Correa
no le retribuya con un privilegio el que Ecuavisa y Vera se hayan “jugado” por su
elección. Le molesta que Correa haya tomado una decisión que no favorezca a un
grupo sino a todos los involucrados, “a todos por igual” según sus propias
palabras. Así, resignar un privilegio en beneficio de los demás: esa es razón
para enojarse y considerarlo como “traición”. Más que una anécdota, parece un
síntoma. Esta impresión encuentra respaldo en el comentario que la embajadora
de EE.UU., Kristie Kenney, transmitió a su gobierno con relación a la disputa
entre TC Televisión y Teleamazonas en el cable 04QUITO2740 (3), disputa a la
que la embajadora consideró un ejemplo de “chilling effect” y de la
forma cómo "los intereses económicos limitan la libertad de prensa porque
inhiben a la prensa de realizar su función de guardián ciudadano (...). El
hecho de que la prensa se sienta libre para criticar al gobierno, pero no para
criticar a un banquero prófugo y a sus intereses familiares, revela
mucho sobre dónde reside el poder en Ecuador". (Énfasis agregado.)
La concreción desde el
gobierno de políticas públicas meritorias es reconocida incluso por algunos de
sus opositores. En esa misma entrevista para GkillCity.com, Carlos Vera le
reconoce al gobierno de Correa méritos en el porcentaje de inversión social, el
aumento de recaudación tributaria, la misión Manuela Espejo, la magnitud de la
obra pública y el esfuerzo en educación (07:37 – 08:08). En este otro video,
registrado en uno de sus plantones del año 2009 (4), Vera reconoce mejoras en
salud, educación y seguridad social (0:43 – 1:52). Walter Spurrier, economista
crítico y serio, le reconoce al gobierno de Correa en este artículo avances
importantes en materia de institucionalidad (5). Los méritos reconocidos no son
menores en un país que el propio Vera reconoce que “no es tan malo como el de
antes” (06:46 – 06:47 de la entrevista para Gkill).
Así, los propios
adversarios y críticos de Correa reconocen algunos méritos de su gobierno. Para
un número importante de votantes que también le reconocen algunos méritos, de
cara a las elecciones del 2013, la opción les resulta sencilla: aún cuando no
coincidan en todo con Correa, preferirán (como dice el refrán popular) siempre malo
conocido que bueno por conocer. Salvo que aquel que se postule como bueno
sea, en efecto, muy buen candidato, de consenso y con propuestas. Pero eso
requiere una madurez política que la oposición está todavía lejos de tener.
En conclusión: si la
oposición persiste en la dispersión de tendencias ideológicas y en la ausencia
de un discurso político coherente, que reconozca los méritos del gobierno
actual para profundizarlos y sus deméritos para superarlos, con propuestas
concretas y sin discursos de odio, tendrá nulas chances de vencer a Correa. Si
no supera su edad del burro, el destino de la oposición frente a Correa será el
que siempre ha padecido, el del recurrente fracaso.
(1) Roberto Aguilar, '¿Seré yo, Señor? ¿Seré yo?', Diario Expreso, 28 de junio del 2012.
(2) Entrevista Carlos Vera, Gkill City, 3 de febrero de 2012.
(3) Wikileaks, 04QUITO2740, How free is the press in Ecuador?, 13 de octubre de 2004.
(4) Carlos Vera alabando al gobierno de Rafael Correa, Saulotemplar, 16 de diciembre de 2009.
(5) Walter Spurrier, Modernización del Estado, Diario El universo, 13 de mayo de 2012.
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