El tránsito de Oswaldo Guayasamín
Calero (1919-1999) de un novel pintor beneficiario del magnate Nelson
Rockefeller en los años cuarenta a un furibundo reivindicador de su condición
de indio en los años noventa, puesta de manifiesto en la célebre frase: “¡Carajo,
soy un indio! Me llamo Guayasamín” (1), es la maduración de una pose y de un acomodo que un gran amigo, parafraseándolo a Borges, ha calificado como
propia de “un indio ecuatoriano profesional” (2).
La tesis de maestría en Ciencias
Sociales con mención en Estudios Ecuatorianos de Angélica Ordóñez Charpentier,
hecha en la FLACSO, dirigida por Xavier Andrade y titulada como la célebre
frase noventera de Guayasamín, realiza una investigación minuciosa que aporta luces
sobre esta ‘profesionalización’ del uso simbólico y comercial de la raza que
Guayasamín asumió como la suya (3).
(1) En
la memoria popular, la gente suele recordar la frase como “soy indio,
¡carajo!”. Es un caso análogo a la célebre frase de León Febres-Cordero en su
debate frente a Rodrigo Borja, v. ‘Míreme a los ojos, mí-re-me’, Xavier Flores
Aguirre, 1 de diciembre de 2015.
(2) Jorge
Luis Borges calificó a Federico García Lorca como “un andaluz profesional”, v. Mario
Gallardo, ‘Borges humano, demasiado humano’, Revista de Letras, 25 de enero de 2009.
(3) Ordóñez
Charpentier, Angélica 2000, ‘¡Carajo, soy un indio! Me llamo Guayasamín’, FLACSO
Ecuador. En esta tesis se relata la curiosa anécdota del momento en el que
Guayasamín asumió su condición de indígena: “Hubo una provocación contra mí y
me lancé a pegarle a un pintor cuyo nombre no quiero dar, con esa vieja idea de
que el que pega primero gana. Y claro, me respondió y caí al suelo, en un
charco de agua. Otro profesor le incitaba: '¡Mátale al indio!'. Y de repente,
al caer en un charco de agua, vi que era una noche esplendorosa, llena de
estrellas, y me olvidé de la pelea. Me quedé viendo este mundo inmenso y maravilloso
y lo que hasta entonces era solo la intuición de ser buen alumno, de ser pintor, se transforma en conciencia de mí mismo y orgullo de mi nombre -mis hermanos me lo reprochan, dicen que 'ellos no son indios'", v. Ibíd., p. 105-106.
1 comentarios:
Los únicos que se asumen como indios son los indios con plata. Igual los negros, igual los cholos.
En Ecuador más que racismo hay clasismo. Y el insulto compuesto con el sustantivo arriba descripto (añadiendo un sonoro "de mierda") sólo se retoma cuando conviene.
Y sino mire el vaivén de los calificativos durante la campaña.
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