José Joaquín de Olmedo y el fútbol

10 de marzo de 2016


El Yei Yei Olmedo (1780-1847) y el fútbol tienen poco en común. Muerto en febrero de 1847, faltaba todavía medio siglo y poco más para que su coterráneo Juan Alfredo Wright Aguirre (sobrino nieto de su gran amigo Pancho Aguirre) trajera al Ecuador desde Lima la primera pelota de football a fines de agosto de 1899 (1).

A ningún club de Guayaquil, sin embargo, se le ocurrió homenajear al poeta y prócer de su ciudad; esa fue feliz ocurrencia de los fundadores, en 1919 y en la ciudad de Riobamba, del Centro Deportivo Olmedo (2). En esto de homenajear a un escritor con el nombre de un equipo de fútbol, el C.D. Olmedo es una singularidad para el Ecuador; es, además, un detalle que el Olmedo comparte con unos pocos equipos de otras ligas profesionales sudamericanas, como el Sarmiento de Junín y el Defensores de Cambaceres en la Argentina y el César Vallejo y el Real Garcilaso en el Perú, entre otros pocos casos (3)
 
 
Fuente: Paladar Negro.
 
Fundado en 1919 el Centro Deportivo Olmedo es el club más antiguo del país en haber obtenido un campeonato profesional, que lo obtuvo el año 2000 y que ha sido hasta ahora episodio único en su historia. Y que fue una gloria que Yei Yei, tan de pluma elogiosa, no pudo ya cantar por la obvia razón de haber palmado 153 años antes.

(1) Vasconcellos Rosado, Ricardo, 'Historia del fútbol guayaquileño', Asociación de Fútbol del Guayas, 2013, p. 26. Por lo demás, dicho sea en relación con los Olmedo, el fútbol es un deporte que seguramente le habría apasionado al tío díscolo de Yei Yei, un zascandil andaluz con espíritu de hooligan, v. 'Los Olmedo y Andalucía (a propósito de un tío díscolo de Yei Yei)', Xavier Flores Aguirre, 25 de enero de 2016.
(2) Riobamba es cercana a Cicalpa, sitio donde el 15 de agosto de 1534 se fundó la entidad jurídica que devendría en Guayaquil, v. ‘El azar de un nombre’, Xavier Flores Aguirre, 3 de noviembre de 2015. Esto recién se empezó a conocer en la década de los cincuenta con las investigaciones señeras de Miguel Aspiazu Carbo: es, en consecuencia, una consideración que no pesó, ni a favor ni en contra, en la designación del nombre. 
(3) Paladar Negro, ‘Literatura en el fútbol’.

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