En 1967, en su primer libro, Entre la ira y la esperanza, Agustín Cueva escribió sobre los periodistas de este país, bajo el título “Prensa y colonización”, lo siguiente:
“Para ellos, el mundo sigue siendo un cuadro en blanco y negro, con ‘buenos’ aquí, ‘malos’ allá, sin motivo, como en las películas de chullas y bandidos. Por demás está decir que los tales periodistas, están del lado del Bien, y que su ‘misión’ consiste entonces en redactar consejos píos […] la regla es que lo que ‘comentará’ nuestra prensa de cualquier suceso nacional o internacional, no sólo es previsible en cuanto al fondo se refiere (esto sería normal tratándose de una prensa de una orientación definida), sino también literalmente […] así reza el evangelio del día, que hay que defender nuestro sistema de vida… Le pagan para que escriba, para que sea fiel defensor del orden establecido”.
El miércoles pasado, mi colega de página, tocayo y amigo, Xavier Lasso, escribió, bajo el título, “A los insultos”, lo siguiente:
“No debaten, después de haber perdido casi toda perspectiva, están a la caza de palabras, de adjetivos. Lo único que quieren compartir es su vaciamiento. Así se han vuelto de derecha, de extrema derecha. (…) Da pena, vergüenza y hasta cierto malestar. Prevalidos de su posición, el privilegio de las columnas de opinión, han decidido no respetar nada. Se meten con todo, hasta con las cuestiones más íntimas, pero escasas las ideas. (…) Desde donde ahora opinan, percibiendo por lo menos los olores de la individual riqueza material, nos quieren convencer de que el Ecuador de ayer era mejor. Estábamos bien, dicen, hasta que llegó este y su manía de contestar. (…) Hoy con sus insultos hacen poco por la democracia que también se nutre de ideas. Los prejuicios crean ruido y en ese barullo mejor pesca el que todavía cuenta con ventajas materiales. Desde algunos medios asistimos a la defensa de esos privilegios”.
Podría decirse que lo que en Agustín Cueva era una crítica general al periodismo nacional, en Xavier Lasso es una crítica coyuntural al periodismo de opinión. Se percibe, sin embargo, que en este tránsito de lo general a lo particular existe un denominador común referido a lo maniqueo, prejuicioso y conservador que ha sido el periodismo que usualmente el Ecuador ha padecido, en el que los análisis políticos han solido reducirse a la ostentación de la desconfianza entre unos y otros proyectada hacia un futuro descrito en términos tan escépticos como sesgados. A esta crítica general que Cueva formuló, Lasso la actualizó y especificó, con su precisa descripción de la vehemencia que hurga adjetivos y pretende el insulto, al tiempo que carece de argumentos y de asomo de propuesta. Pero es que no pueden pedírsele argumentos y propuesta a esa exaltación continua de lo maniqueo, de lo prejuicioso y de lo conservador: es como pedirle peras al olmo. Y así lo seguirá siendo mientras muchos en el periodismo local sigan con la sonsa cantilena de culpar siempre a otros sin nunca hacerse cargo de sus miserias.
3 comentarios:
Por qué en nuestro país el debate político siempre se enmarca en la misma cantaleta de siempre, entiéndase por cantaleta a las discusiones políticamente correctas (Rousseau, Locke, Montesquieu y los contemporáneos-Habermas, Taylor, Rawls, Fukuyama, Huntington, Sartori, etc. etc,) .
Sería interesante abrir ese debate, estudiar otras perspectivas de lo político. Resulta difícil encontrar discusiones en donde se cite al menos posiciones "estigmatizadas" como por ejemplo: Carl Schmitt, Donoso Cortés, Julis Evola, Rene Guenón,De Maistre Eric Voegelin.
El estudio de éstas posiciones, ayudará a entender lo político y su actual crisis. Claro está, no faltarán los "demócratas" de siempre que endilgarán las mismas peroratas de siempre a los autores antes señalados, callándolos como ha sido costumbre en estas democracias totalitarias y en el mainstream "filosófico político".
Por cierto Xavier, a manera de un instinto profético, avizoro tus o las objeciones que sobre el tema de debate político se vertirán. Al respecto solo unas pequeñas acotaciones:
- No soy afiliado o simpatizante de psc, alianza país, pre, pcmle, red, id, prian,y un largo etc. NINGÚN "partido político" "movimiento social" "colectivo ciudadano" me representa. He adoptado en el estado actual de cosas, la vía de la apoliteia (partidista)en términos del gran Ernst Jünger.
- El objetivo es simplemente el de brindar al debate político otras perspectivas.
De acuerdo con las comillas a la democracia y con mirar lo político desde otros puntos de vista, y me interesan esos estigmatizados.
Te propongo entonces Justiniano, que comentas otros posts de aquí desde esa postura o nos cuentas que diría alguno de los autores que citas respecto del caso Palacio, del Yasuni ITT o del caso Pesántez
Yo me quedé bastante en el mainstream de la teoría política, básicamente porque siempre creí que si, como dijo alguien, la sociología es la hija bastarda de la filosofía (ups me como por aquí lo políticamente correcto de una vez), la ciencia política es entonces la hija re bastarda de la sociología, y hace mucho que me asquee de ella
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