El equipo que vio el fútbol: Wladi, "Alegría", mi viejo y yo. Con la amarilla (soy del BSC; aliento a la selección). |
Las boleterías del
Atahualpa se cerraron a las 14h30, pero el estadio estaba todavía vacío en
algunos sectores. Cuando mucha gente se acercó al Atahualpa para conseguir una entrada
pasadas las 14h30, lo único que encontramos fue revendedores que volvieron a
inflar los precios. El estadio no se llenó.
En fin, nada que no
resuelva unas cervezas.
Dio gusto ver a este Ecuador.
Le vinieron bien los cambios. Quinteros fue lento para procesarlos, pero finalmente
lo hizo antes de que fuera (para él, tal vez para la selección) demasiado tarde: sacó a esa defensa turra
y puso al personal forjado en la cantera del Independiente del Valle: Ramírez
(hoy en el Ferencvárosi T.C. de Hungría), Mina (hoy en el C.A. River Plate de
Argentina) Caicedo y Orejuela. Pudo bien haberlo puesto a Azcona en lugar de
Dreer, e igual hubiera salido la valla invicta (1). El sector defensivo debe ser la cantera del Independiente del
Valle + la ‘Hormiga’ + el capitán Noboa. Y pare de contar.
En el ataque, realmente fue
un alivio no contar con Montero (2). Hay chance para variantes, pues los únicos fijos son Antonio
Valencia y Felipao Caicedo. En mi
opinión, deberían entrar Cazares y Miller Bolaños, en vez de Martínez y Enner
Valencia. Si no hay trinca, esa ofensiva debería ser un tren bala.
Reacomodadas las piezas
(fuera Domínguez, fuera Achilier, fuera Montero), la selección se reincorporó
al grupo que clasifica sin repechaje y se enrumba al Mundial, una vez más. A
nuestro próximo rival, Bolivia, en los últimos cuatro enfrentamientos en La Paz,
le hemos ganado tres (2001, 2005, 2009) y empatado uno (2013) (3). Tenemos que mantener nuestra racha
de ganar puntos en el Hernando Siles y sumarlos de a tres, como ha sido la mayoría de
las veces: una victoria nos pondría apenas a ocho puntos de la clasificación al
mundial de Rusia, con ocho partidos todavía por disputar.
Россия здесь мы приходим
(1)
El único que no cabe utilizar nuevamente en esa posición es el colombiano.
(2)
Es un jugador desesperante: de endemoniado drible para ganar la raya de fondo,
pero de probada ineficacia para lanzar un buen centro.
(3) Estuve
presente en la victoria del 2005. Como dato curioso, sentado muy cerca de mí en
la tribuna del Hernando Siles estaba el expresidente Carlos Mesa Gisbert,
destituido apenas tres meses atrás (el partido se celebró el 3 de septiembre;
Mesa renunció el 9 de junio). Estaba íngrimo y pensativo: tal vez en la
presidencia que lo orillaron a renunciar, o en su querida selección de Bolivia,
que no atinaba una (Mesa tiene un blog sobre fútbol boliviano).
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