El presidente Rafael Correa viajó a Cuba para
despedir a Fidel Castro. En su discurso del 29 de noviembre durante la ceremonia póstuma
en La Habana (Correa fue el primero de muchos en intervenir), Correa justificó
la represión en Cuba, en el contexto del bloqueo impuesto por los Estados
Unidos:
“Probablemente, por tu formación jesuita, entendiste muy bien, como
decía San Ignacio de Loyola, que en una fortaleza sitiada cualquier disidencia es traición” (min. 3:36).
En una frase y en pleno siglo XXI, Correa justificó
la represión a los que piensan distinto, con fundamento en la opinión de un
religioso católico del siglo XVI. El revolucionario Correa hizo gala de su conservadurismo en La Habana,
en una frase que (además) condensa muy bien el estilo de su liderazgo.
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