Un récord mundial

11 de enero de 2019


En los primeros años de nuestra historia republicana, el político azuayo Benigno Malo (1807-1870) criticó la absurda sucesión de cartas constitucionales en los primeros años de la República: “Siete constituciones en treinta años, es decir, una Constitución cada tres años y tres meses”. Y explicó enseguida la causa de esta estúpida abundancia: “Es muy clara: nuestras constituciones no han sido fruto de estudios convencionales, sino el aborto improvisado de un partido vencedor en las guerras civiles, el arma que una fracción afilaba para defenderse y herir a sus futuros adversarios” (1).

Esto lo escribió ese oxímoron racista que fue Benigno Malo a inicios de los años sesenta del siglo XIX. El promedio ha mejorado desde la Constitución de 1861, que motivó los dichos de Malo. Basado en los cálculos del historiador Enrique Ayala Mora entre 1830 y 2012, el Ecuador ha tenido “una nueva Constitución cada nueve años como promedio. Pero ese cálculo puede ser engañoso, pues si se considera que durante las dictaduras no rigió un Estado de derecho […] el promedio de vigencia por Constitución es de apenas siete años y unos meses” (2). Con otros seis años de estabilidad, el promedio ha mejorado un poco, pues llega a los ocho años por Constitución.

Ha mejorado desde los tiempos de Malo, sí, pero mal siempre nos ha ido. Hemos pasado de un promedio de tres a ocho años de duración por Constitución, pero podemos aspirar, de acuerdo con Ayala Mora, a tener “cierto récord, o al menos una mención especial, por la perenne inestabilidad de los gobiernos, que se ha manifestado en toda nuestra historia” (3).

Que yo sepa, en el número total de Constituciones no tenemos rival en el mundo mundial. Bolivia sería nuestra única coteja, y tiene 17, tres menos que nuestro desastre institucional.

(1) Arízaga Vega, Rafael, ‘Las constituyentes’, Editorial Fraga, Quito, 1998, p. 17. Es una mala idea hecha tradición.
(2) Ayala Mora, Enrique, ‘Evolución constitucional del Ecuador. Rasgos históricos’, Corporación Editora Nacional, Quito, 2018 [Serie Estudios Jurídicos, Vol. 43], pp. 13-14.
(3)Evolución…’, p. 14. Ayala Mora calculó 154 años de “vigencia constitucional” hasta 2012. Seis años y pico después, serían 160 años, divididos para 20 constituciones: a 8 años por documento.

1 comentarios:

Anónimo dijo...

Cierto, si se ha fijado uno en eso. Pense que era muchos años mas, como 20.

Un desastre. Nunca mismo dejamos de ser una republica del babano, no?

Y los gringos con solo una, enmiendada, seguro, desde 1776!

Por cieto, para mi, el exito de los gringos era altamente circustancial. No es por nada que el puerto mas hacia el noreste es su ciudad mas grande. Por este podrian exportar toda su materia prima a Europa.

Como usted bien dijo, Guayaquil dio en ese entonces al lado equivocado.

Ahora nos beneficiariamos enseñando un poco de mandarin en ves de ingles, supongo.

Formidable, su inteligencia, le admiro.