Publicado
en diario Expreso el 5 de agosto de 2022.
El año 1992 fue un
parteaguas en la historia de Guayaquil. Es el año en que el ingeniero León
Febres-Cordero, Presidente entre 1984 y 1988, se convirtió en el segundo
alcalde (después de José Luis Tamayo) que, antes de asumir la Alcaldía, había
ejercido la Presidencia de la República. (Febres-Cordero es el único en haber
ejercido ambas dignidades por la voluntad popular.) Y 1992 es el año en que inició
el dominio del PSC en Guayaquil.
Durante una buena parte
de este dominio del PSC, un lema de la Alcaldía decía que Guayaquil era
‘exitosa’. Ese discurso ya no es creíble: nadie puede considerar un ‘éxito’ el
estar viviendo en una ciudad violenta e insegura, donde salir a la calle
implica tener una estrategia contra el prójimo. Así como tampoco debería ser
creíble atribuirle la responsabilidad de la violencia y la inseguridad a otros
que no administran la ciudad, como se lo pretende hacer. Esto, porque si tras
treinta años de dominio de Guayaquil lo único que el PSC pudo lograr es seguir
soportando el fracaso de los demás, es porque también su administración ha sido
un fracaso. (La perpetua queja no es una política pública.) Al final, cuando
menos, han sido cómplices de haber llegado a la decadencia actual.
En algún momento de la
historia de Guayaquil el PSC encarnó un modelo de superación, una vía al
desarrollo. En parte, la razón para que se lo haya podido pensar así es porque el
PSC logró mantener bajas las expectativas de la población. No se trató de una
vía al desarrollo basada en estándares internacionales o en casos de éxito
(Curitiba, Medellín, Singapur), pues se basó en no recaer en el roldosismo. Fue
el desarrollo de la ciudad como un escape.
Pero es al roldosismo adonde
el escape del PSC ha terminado llevando. Esta Guayaquil modelo 2022 actualiza
el lejano caos roldosista, con atributos como las ya citadas inseguridad y
violencia, y el crecimiento urbano sin solución de necesidades básicas (hechos
muy relacionados), la falta de controles ambientales y la contaminación de ríos
y esteros, el fracaso del transporte masivo terrestre (sólo se han hecho tres
de las siete troncales de la Metrovía –y ninguna en la actual administración)
así como el fracaso y la deuda gigante de la Aerovía, la nula prevención de las
inundaciones que ocurrirán por efecto del cambio climático, las sospechas de
corrupción en los proyectos de arte o por los terrenos cercanos al nuevo
aeropuerto en Daular… Esto, además de una máxima autoridad con un histrionismo
de teatro escolar y unas altas dosis de chabacanería (‘vístanse como quieran, y
desvístanse como quieran y con quién quieran’ es su legado).
Este entramado de
ineficacia, sospechas de corrupción y chabacanería tiene unos aires de familia
con el final del período roldosista, en el que gobernó la otra alcaldesa que ha
tenido la ciudad, Elsa Bucaram. Salvo que esta Guayaquil del tramo final del
PSC está aún peor, por la notoria descomposición de la ciudad y su crisis de seguridad
que hoy causa zozobra y que la ha situado a Guayaquil entre las 50 ciudades más
violentas del mundo.
Efeméride: este partido
sin solución para los problemas de los guayaquileños, este 10 de agosto de
2022, cumplirá treinta años administrando la ciudad.
3 comentarios:
#Guayaquil está en la mierda por culpa de ustedes Guayaquileños
¿Quiénes votaron por Abdalá y Elsa Bucarám? ustedes guayaquileños
¿Quiénes votaron por Jaime Nebot? ustedes guayaquileños
¿Quiénes votaron por Cynthia Viteri? ustedes guayaquileños
¿Quiénes intentaron elegir al correismo y a Jairala? ustedes guayaquileños
¿Quiénes piensan que la administración de Cynthia Viteri es pésima? ustedes guayaquileños
¿Quiénes son ustedes guayaquileños? Una tarea de tontos, imbéciles, retrasados y pendejos que comieron, el cuento del farsante y delincuente pusieron a otro/a y ahora se sienten traicionados y decepcionados!!!
¿Hasta cuándo van a seguir votando por los mismos farsantes?
Es intelectualmente deshonesto atribuir problema de seguridad al municipio, si no tiene competencia.
Razón de más para que la tenga, y poder evaluar los resultados posteriormente.
No, Mr. 0, como menciono en el artículo, la asociación entre la seguridad y el crecimiento urbano sin satisfacción de las necesidades básicas de la población es muy alta. Sobre esto he tratado en otros artículos, como éste del 2020, 'Guayaquil y el modelo que tocó fin', y como este otro del 2021, 'El lado perverso del socialcristianismo'.
https://xaflag.blogspot.com/2020/04/guayaquil-y-el-modelo-que-toco-fin.html
https://xaflag.blogspot.com/2021/10/el-lado-perverso-del-socialcristianismo.html
Allí he explorado cómo el modelo 'exitoso' tiene harta relación con la altísima mortandad del COVID-19 y con la crisis de la seguridad. Lo peor de todo es que esta situación, este 2022, sólo ha empeorado, demostrando que el otrora modelo 'exitoso' es ahora un fracaso.
Publicar un comentario