Es de ver cómo el
periodismo nacional (es decir, los grandes medios de desinformación y
subinformación que tenemos en este fatigado país) harán dos cosas por estos
días: A) Posicionar a Jaime Nebot
como un líder experimentado que se ha movido de la derecha al centro, eficiente
en su gestión y volcado a la obra social (todas ellas metidas de dedo
monumentales al elector) y colocarlo a Guillermo Lasso a la derecha de Nebot; B) Atacar todo lo que sea, o puede
reputárselo ser, “correísta”.
El propósito es apurar las
elecciones para que quede un escenario con los siguientes tres actores: un
lento de derechas, un sabido de centro, un impedido de izquierdas. Y ganará el
sabido. ¿Por qué? Porque: 1) Tiene
al CNE, y no tenía el PSC un CNE hace mucho; 2) De esos tres actores, su gran contrincante de izquierdas (Correa)
está fuera de juego, por lo que la izquierda está anulada (el resto de este
segmento son inútiles o peseteros). Los otros dos actores son políticos
guayacos de derecha. Uno es Nebot. El otro, su punching-ball.
Nebot competería con un
árbitro a favor (todo un “safety net”
para sus propósitos) y frente a Lasso, un rival al que suele vencer con pasmosa
facilidad, al que ya discursivamente lo va a situar en el lugar perdedor de
esta historia, como el derechista duro
que Nebot dejó de ser. Es la vieja táctica de la “piel de cordero”, que Lasso nunca ha podido atacar realmente, porque
nunca se ha sabido jugar la boca para hacerlo. Y ya es tarde para eso.
Segundo semestre de 2019,
segunda vuelta electoral, Nebot-Lasso, Nebot Presidente. Con esos amigos en el
periodismo, el camino está bastante allanado.
Ahora, en este plan, the bomb is ticking y nunca falta
alguien que sobra: ese alguien es Lenin Moreno, un ser que hace rato apesta a
muerto. Esta es la palmada que le dará Nebot, cual Leslie Nielsen se la dio a
O. J.:
Kaputt Moreno, Otto
Presidente. Nebot coming soon.
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