Un país de bárbaros II

2 de abril de 2019


Otra de España y los toros: cuando fue el terremoto de Ambato el año 1949, la España gobernada por el Generalísimo Franco (AKA “Paca la Culona”) convino hacernos un regalo. Alejandro Carrión (AKA “Juan sin Cielo) recordaba, en un artículo que tituló “Regalos con microbios” que “este gordo caballero (i.e., Francisco AKA Paca) erogó seis toros de lidia, de las más feroces ganaderías españolas y resolvió enviarnos a Luis Miguel Dominguín, un torero famoso*, para que los lidiara”.

Qué hermosa solución:

- “Jefe, terremoto en Ecuador”
- “Pronto, llamen a Luis Miguel Dominguín, y manden seis de nuestros mejores toros de lidia a fin de atender a esas gentes en necesidad”.
- “Enseguida, Jefe”.

¿Qué chucha era España? ¿Un país, o un rancho?

En todo caso, tan bárbaros eran, que hasta ese Ecuador de fines de los años cuarenta, que no estaba para darle lecciones de nada a nadie, le dio una lección a esta España pedestre: sus seis toros de lidia no entraron al país, según informó Carrión, “porque están o pueden estar infectados de fiebre aftosa”**.

Y ahí quedó la buena voluntad gallega, rechazada por razones de salud pública. 

* A la sazón, padre de esa afamada señora llamada Miguel Bosé.
** ‘Regalos con microbios’, en: Carrión, Alejandro, ‘Esta vida de Quito…’, Banco Central del Ecuador, Quito, 1983, pp. 110-112, escrito el 4 de enero de 1950.

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