En la carrera de doce
toques de balón, 44 pasos y 10.6 segundos que emprendió Diego Armando Maradona hacia
la gloria en la cancha del “Azteca”, el zaguero inglés Terry Butcher cumplió un
rol tragicómico: es el único jugador que intentó bajarse a Maradona, no una
sino dos veces, ambas coronadas por el fracaso. Así lo recuerda Hernán Casciari
en 10.6 segundos:
“Butcher
es el que ahora, cuando los relatores de radio y los espectadores en las gradas
todavía están poniéndose de pie, le tira una patada fallida al jugador que
avanza por su banda. Sin saber que su apellido, en el idioma del rival,
significa carnicero, Butcher perseguirá enloquecido al jugador y le tirará una
segunda patada, esta vez con ánimo mortal, en el vértice del área pequeña”.
Conozcamos, entonces, la
raíz de su trauma, tal como él se la ha contado a la prensa de su país: “Al resto
de mis compañeros los regateó una vez, pero a mí dos… Pequeño bastardo”.
Ha contado también Butcher
a los tabloides ingleses que se encontró con Diego después de ese partido (22
de junio de 1986) en el laboratorio, para el control anti-doping. Dice que le
preguntó por señas si el primer gol había sido con la mano o con la cabeza.
Butcher estaba flanqueado por dos ingleses, por lo que Diego (D10S, pero no
boludo) optó por la fácil: “la cabeza, boludo”, les explicó sin palabras. Meó,
y se fue.
El triplemente burlado inglés
Terry Butcher revive en su imaginación ese momento con Maradona en el
laboratorio. No es que atesore una fortuna: afirma que pondría unos cuantos “miles de libras” para regresar en el tiempo y encontrarse con Maradona de nuevo
en aquel cuartito (es de suponer, sabiendo que Diego hizo el gol con la mano)
para zurrarse a D10S.
Pero no hay caso: D10S
seguirá siendo D10S, mientras que Terry Butcher seguirá siendo el borrachín humillado
y resentido que fantasea con irrealizables estupideces para una prensa ávida de
burlarse de sus vencidos.
Butcher, un disidente de
D10S. Un caído.
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