César Litardo fue elegido
Presidente de la Asamblea Nacional, el primer poder del Estado, el 14 de mayo
de 2019. De entre todos los millones de ecuatorianos que votamos, entre los que
nacimos aquí y los naturalizados, escogimos a 137 individuos que nos
representan en el Parlamento; entre esos 137 se ha escogido al fluminense
Litardo como su Presidente, primus inter
pares. Por semejante filtro, parecería que nos hallamos ante un político de
fuste y con gran capacidad de mando. Por la experiencia de su primer mes y poco
más en el cargo, sabemos que es todo lo contrario.
A César Litardo lo lleva a
la Presidencia una mayoría integrada por AP-Aliados, CREO, ID, Pachakutik, PSP,
FE y los independientes que armaron dos grupos denominados Bancada de
Integración Nacional (BIN) y Bloque de Acción Democrática Independientes
(BADI). Esta mayoría pegada con babas, por más de un mes (hasta el 18 de junio)
no pudo poner a funcionar a las Comisiones de Derechos de los Trabajadores, de Educación
y de Gobiernos Autónomos Descentralizados, pues Litardo había acordado que se los
designe a María José Carrión (AP), Jeannine Cruz (CREO) y Héctor Yépez (CREO)
respectivamente, pero los asambleístas miembros de las Comisiones no pensaban de
igual forma y eligieron en la Comisión de los Derechos de los Trabajadores a Vicente
Taiano (PSC), en la Comisión de Educación a Jimmy Candell (BIN) y en
la Comisión de Gobiernos Autónomos Descentralizados a Raúl Auquilla (PSC)… El
socialcristianismo se les quería colar por la ventana, como el amante bandido
del Gobierno que es.
Finalmente, el Pleno de la
Asamblea Nacional mantuvo del acuerdo inicial que encumbró a Litardo a María
José Carrión como Presidenta de la Comisión de los Derechos de los Trabajadores
y a Héctor Yépez como Presidente de la Comisión de Gobiernos Autónomos, pero se
acomodó al trastoque de Jeannine Cruz (CREO) por Jimmy Candell (BIN) para la
Presidencia de la Comisión de Educación. El hecho cierto es que en el período
de indecisión y absoluta inutilidad de este primer mes, a los asambleístas de estas
tres comisiones se les pagaron sus sueldos (4.282,60 USD x 12 asambleístas x 3
comisiones: un total 154.173,60 USD, eso sin contar los gastos del staff de la Comisión y cada asambleísta,
lo que seguramente duplicaría la cifra) sin que hayan llegado a cumplir ningún
propósito útil*.
Y en todo caso, esta
movida que ha ejecutado César Litardo es muy peligrosa para su futuro, pues implica
pelearse con los del PSC: acaba de tirarse de bombita a un mar de aguas
procelosas. Veamos cuánto dura.
*
Podría pensarse en una reforma a la Ley Orgánica de la Función Legislativa por
la cual únicamente empezarían los asambleístas a devengar su sueldo, una vez
que se haya constituido formalmente la Comisión a la que han decidido
pertenecer. Así nos evitamos el gasto de cientos de miles de dólares en que
estos zanguangos se pongan de acuerdo.
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