Un loco lindo

26 de noviembre de 2019


Las ciudades son repositorios de locos lindos: personajes inofensivos, que colorean el ambiente con su particularidad.

Uno de los locos lindos de Guayaquil, a quien alcancé a conocer, fue Nicolás Vivar Aguirre, el conocido vigilante casi siempre parado en la intersección de Lizardo García y 9 de Octubre, esquina NE del ‘Tennis Club’.

Como lo recuerda la crónica de diario Extra publicada el 11 de abril de 1997, que no indica la fecha precisa de su deceso, Vivar, “así lloviera, tronara o relampaguea, cada mañana con sus brazos extendidos, cumplía con el anhelo de cuidar a los transeúntes y de dirigir los vehículos, evitando que se produzcan accidentes de tránsito.”


Un loco lindo que, con su gesto de locura, hacía del mundo un lugar mejor.

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