La breve República del Chúpalo

29 de octubre de 2021


El escenario es el bar ‘El tufo intergaláctico’. Un viajero en el tiempo entra y dice a viva voz lo siguiente:

 

Vengo del futuro, de la breve República del Chúpalo’.

 

El respetable hizo inmediato silencio. El viajero continuó:

 

Les cuento. Guayaquil es una ciudad en La Tierra. Como pocas en La Tierra, Guayaquil no hizo nada para evitar los efectos del cambio en el clima provocado por el resto de la Tierra. Pero es que es peor, porque durante demasiados años en Guayaquil hicieron lo contrario a lo que era necesario, así que cuando llegó una época de lluvias torrenciales y sin cuento ni fin, a Guayaquil la agarraron con la bata alzada, como quien dice. La ciudad se convirtió en inhabitable y ya era una ciudad muy desordenada e irrespetuosa de la autoridad, pero cuando ocurrió este desastre, al grito guerrero de ‘ya qué chucha’ los suburbios de Guayaquil decidieron tomarse los sectores de clase media, e incluso los sectores exclusivos en sus extramuros, allende el río. Los que se sentían demasiado aniñados o zapallentos para vacilar la calle, fugaron los que pudieron a Miami, o a Panamá en bote, en los que fueron conocidos como los neo-cubanos. Los que se quedaron buscaron refugio en los extramuros de Guayaquil, especialmente en Samborondón, capital Mocolí. Se destruyó el puente y durante un breve tiempo, la antigua Guayaquil se dividió en dos repúblicas: la República de Mocolítown y la República de Ñengotown, separadas por un puente roto. Pero ocurre que la gente en Ñengotown no se la jamaba de ninguna y tenía años que usaba muchas armas de alto calibre, bien y de manera efectiva, era además avezada y desahuevada de la mente, así que no tuvo problema en hacer con la efímera Mocolitown lo que antaño se hizo en el saco de Roma o el asalto de Constantinopla por la secta cristiana, que paradójicamente era la secta predilecta de los habitantes de Mocolítown. Consolidado el gobierno ñengoso en todo el terreno de la urbe se enviaron emisarios a los que se consideraron representantes populares de los otros territorios de la Costa, a los se los dotó de armas e instrucciones y se inició una nueva guerra civil entre la Costa y la Sierra. Guayaquil era parte de un país llamado República del Ecuador, que se originó en una guerra civil* y que terminó sus desventuras con esta guerra civil. Un país sin propósito útil, que murió de la misma manera en que se desarrolló y nació: en medio de la lucha incesante y la violencia cruel. Ahora, los años en un centro de entrenamiento delincuencial llamado Penitenciaría del Guayas rindieron frutos y consolidaron la independencia de un territorio incluso mayor al que tenía la provincia de Guayaquil en los tiempos en que fue una colonia europea (de Europa, el continente más perverso de la Tierra). Así, la independencia de la Sierra, viejo anhelo de los de Mocolítown, fue obra de los ñengosos. En la plenitud del auto-gobierno, el alto mando de Ñengotown, primus inter pares en la Costa ñengosa, tuvo que decidir sobre cómo refundar los símbolos de la naciente Patria e impuso al ñengoso más chistoso, Jorgito El Guayaco, como su símbolo. Conservaron el escudo del Ecuador, pero sacaron al pajarraco y pusieron a Jorgito El Guayaco encima del escudo. Erecto, con una palabra escrita como en spray, ‘Chúpalo’, saliendo de su sonrisa torcida. En la bandera, conservaron los colores de Guayaquil y todas las estrellas, salvo una, la del centro, convenientemente reemplazada por Jorgito El Guayaco nuevamente con la palabra ‘Chúpalo’. Luego se fueron a la mierda (no culpes a la hache): Llamaron al territorio República del Chúpalo y su himno fue la canción ‘Chúpalo’ de Jorgito El Guayaco. Este es el video:


 



La gente en el bar miró asombrada a la proyección holográfica del video, más bien embobada primariamente por el hamaqueo de los tujes y la singularidad del personaje. El viajero interrumpió la proyección del video para concluir su relato:

 

Como dato de color, los habitantes de la República del Chúpalo se preciaban de pronunciar su nombre con el tono gutural del buen Jorgito. Pero la República del Chúpalo no duró mucho. La violencia, la auto-destrucción y la hache la consumieron. Fue una mezcla efímera y explosiva de Honduras y Haití, una Camboya de los jemeres rojos con sazón sudamericana, un verguerío de aquellos. Entonces, la China, que en la Tierra era el hegemón, dijo también ‘ya qué chucha, chop suey’, y cual ñengosa imperial arrasó con Ñengotown, exGuayaquil. Hizo como los holandeses hicieron, hoy tan reputados en La Tierra como civilizados y huevadas, con una islita de asiáticos cuando anduvieron en busca de las especias: Hijueputamente, los arrasaron a todos, no dejaron a uno vivo, fue un tsunami de sangre. Eso mismo hicieron los chinitos con Ñengotown. Sobre la ciudad arrasada, montaron un hub de comercio, prosperidad, eficacia y todas las formas de la felicidad valorables en dinero, que convirtieron a Guayaquil en la Singapur de Sudamérica. La nueva casta de chinitos decidió conservar el viejo nombre: llamaron a este hub de prosperidad y felicidad hardcore, Guayaquil’.

 

Uno de los habitúes del bar ‘El tufo intergaláctico’ le espetó, entonces: ‘¿Y cuál es la moraleja de tu historia, forastero intertemporal?

 

Que la élite de Mocolitown siempre soñó hacer de Guayaquil una Singapur y cuando finalmente lo fue, lo fue porque la Guayaquil de unos fulanos llamados socialcristianos (salvo los muy oscuros de piel, todos habían encontrado refugio en Mocolítown) fue convenientemente arrasada, primero por ñengosos al grito de ‘ya qué chucha’, y después por los chinos al grito de ‘ya qué chucha, chop suey’. Pobre gente: su extinción total fue el paso necesario para concretar su sueño’.

 

La gente en el bar se cagJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJA. El viajero intertemporal, de buen humor, invitó una ronda de tragos**

 

~*~

 

* Sobre el nacimiento de la República del Ecuador, en 1835 y como consecuencia de una guerra civil, v. ‘La República nació en un barco (1834-1835)’.

** A personal hero.

2 comentarios:

Frank Chambers dijo...

Estaba pensando que Jorgito "$hupalo" Guayaco es creación de un colombiano llamado Leito.

Xavier dijo...

Leito, el Bolívar de la República del Chúpalo.