Hoy se cumplen
exactos 25 años de la fecha que Jorge Luis Borges anunció para su suicidio.
Para fortuna de sus lectores, el argentino no cumplió. (Cuando le preguntaron
por qué, Borges contestó "por cobardía". Pues bendita sea: en el
ínterin hasta su muerte el 14 de junio de 1986, en Ginebra, Borges publicó los
libros -algunos de sus textos los escribió antes- La Memoria de Shakespeare, Altas y Los
Conjurados). María Esther Vásquez refiere en Borges, Esplendor y Derrota (Pág. 315)
que Borges sí intentó un suicidio real, o que al menos eso decía él:
"Ya en Buenos Aires, Borges confesó a los amigos más íntimos, incluyendo a Fani Uveda, su empleada doméstica, que había intentado suicidarse llenando la bañadera con agua hirviendo y metiéndose adentro. Por supuesto, al sumergir el pie, el dolor se impuso sobre su decisión y desbarató el intento". Vásquez comenta sobre este episodio: "Es probable que Borges buscara esa ineficacia"; María Kodama refiere que Vásquez inventó esta historia para difamarla. (Véase, "Breve historia de la ineficacia suicida", de Gustavo Valle.)
En todo caso, para fortuna de sus lectores, la profecía que Borges no cumplió el 25 de agosto de 1983 la utilizó para escribir el cuento cuyo título es aquella fecha que no fue y que se publicó, precisamente, en La Memoria de Shakespeare. Acá, esa joyita. Por cierto, ayer 24 de agosto, Borges habría cumplido 109 años y lo conmemoramos en casa del Curro con pasta, buen vino argentino y muy grata compañía.
Para cerrar, este diálogo de Borges con Sábato, sobre el tema del suicidio:
Borges: Yo también [he pensado en el suicidio]. Hace setenta y cinco años que vengo suicidándome. Tengo más experiencia que usted, Sábato.
Sábato: (sonriendo) Con muy poca eficacia, por
lo que se ve.
Borges: Sí, pero con mucha vocación, realmente.
Vocación literaria, claro está.
2 comentarios:
En esto del suicidio Alejandra Pizarnik les da clases a los dos, a Borges y a Sábato juntos.... Ella sí suicido su cuerpo luego de pasar una vida suicidándose el alma. Aquí un extracto:
Dónde dejar mis ojos,
cuándo augurarles una estación amable.
Quiero decir:
lo que muero cada noche,
mis huesos torcidos por abrazar una sombra.
¡Grande Pizarnik!! Gracias por el poema, salute.
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