El viernes, chance al apuro (se le nota, lo sé) y con entusiasmo de manita caliente en razón de mi festivo receso, escribí estas líneas sobre las Ordenanzas del Cantón Guayaquil en materia de regulación de los espacios públicos, que titularon Hay violación de derechos civiles (it's true!), que se publicaron en la edición de hoy y que me valieron el remoquete de Analista. Me las pidieron de El Telégrafo para incluirlas en un artículo, acá, donde también se incluyó esta otra nota, acá. ¡A seguir la discusión sobre la ciudad, eh!
Hay violación de derechos civiles
9 de noviembre de 2008
Etiquetas: Alcaldía de Guayaquil, Derechos Civiles, Espacio público
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12 comentarios:
Dicotomías Existenciales:
¿Si uno labora para El Telégrafo, pasquín camuflado de periódico estatal, pasa a ser un borócrata mas, o simplemente un "desinteresado" colaborador de la propaganda oficialista?
Dada mi ignorancia, pregunto: ¿Existe pluralismo en ese medio escrito, incautado, no vendido, y utilizado por el gobierno? ¿Se puede hacer uso del disenso?
¿Si la falta de pluralismo de El Universo provocó tu rauda salida, no te afecta en algo, la ausencia total de pluralismo en la línea editorial del pasquín El Telégrafo?
¿La intolerancia al disenso y desacuerdo no es una falta grave contra los DDHH?
KM, gracias por escribir. En relación con tu pregunta, no tengo una respuesta porque no laboro para El Telégrafo. Me pidieron una colaboración sobre un tema que he estudiado desde hace tiempo y se las entregué: lo mismo hubiera hecho si me la pidiera El Universo, El Comercio o El Clarín de Baby Ohio. Sobre tus afirmaciones de "ausencia total de pluralismo en la línea editorial" de El Telégrafo e "intolerancia al disenso y desacuerdo" deberías fundamentarlas: un prejuicio no constituye un argumento. En lo particular, las editoriales de X. Andrade, Tina Zerega, Carol Murillo, Santiago Roldós, Lucrecia Maldonado, Mauro Cervino, Héctor Chiriboga, Erika Silva, entre otros y otras, me parecen de las mejores cosas que se pueden encontrar y disfrutar en la prensa local. Y no me parece que estas columnas contribuyan a fortalecer mucho las premisas de tu débil argumento y sí, en cambio, a debatir algunos temas ajenos a la agenda de otros medios de comunicación. Para persuadirte de este punto, KM, empieza a leerlos. A pesar de tu enorme cuota de sarcasmo y de prejuicios, podría interesarte. Suerte.
Xavier:
En los espacios de opinión que diversos medios te han dado, has sido recurrente en la crítica respecto al concepto del uso de espacio público que las autoridades guayacas nos pretenden implantar a los ciudadanos.
En tu último escrito (publicado en EL TELEGRAFO), y que accedí al vínculo desde este blog, utilizas términos como: "derechos al libre desarrollo, de la personalidad, a la libertad de reunión, de expresión, de circulación, a la igualdad, a la protesta".
¿No te parece que las personas que leerán tus palabras desconocen, o entienden superficialmente (y no saben como estos conceptos se traducen en normas que los cumplan), los términos arriba señalados?
Creo que cuando has tratado de explicar como funciona el uso de espacios públicos en otros lugares, como los grafitis de Banksy en el Reino Unido, las ciclosvias en Europa o las críticas directas a hechos concretos que delatan el autoritarismo de Nebot (ej: el prohibir las protestas de la metrovía y del caso Fybecca), han sido escritos más incluyentes hacia personas que no trabajan o conocen profundamente el tema.
La sugerencia viene por aprovechar al máximo los escasos espacios que existen para tratar estos problemas que deberían ser de discusión pública.
Saludos.
Estimado Xavier, Las fotos publicadas en el diario El Telégrafo son una de las tantas violaciones a los Derechos Civiles, cada día paso por las calles céntricas de Guayaquil y soy fiel testigo de aquello, por lo tanto estoy de acuerdo con lo que expones, es indignante que no se respete las autonomías individuales, que se quiera imponer una norma de conducta, da lastima!!!, no se ve el tipo de progreso que necesitamos los ecuatorianos, necesitamos más que regeneraciones urbanas(claro que es importante)pero un progreso que valla acompañado al respeto a la identidad de cada individuo, al desarrollo de sus acciones sin perturbaciones algunas, como dijo el gran filósofo francés Sartre, "El hombre está condenado a ser libre", que no nos jodan pues. Abrazos.
raúl, aciertas. El artículo está hecho chance al apuro y, como lo reconocí en la entrada, esto se le nota, se le nota. No me resulta difícil reconocer que otros artículos que he escrito (cuyo tiempo de investigación y redacción fue mayor) contienen un enfoque más didáctico, preciso y claro que éste último, y en consecuencia, son de lectura más digerible para el lector poco avisado. En mi defensa te diré que mis ocupaciones de la semana (en particular porque salí de la ciudad para trabajar en un diagnóstico sobre el estado del sector judicial en materia de niñez y adolescencia en la región litoral) me impidieron dedicarle mayor tiempo a la redacción del mismo, que se redujo a retazos de la mañana del viernes. De todas maneras, la mención de esos derechos que se violan mediante la aplicación de las ordenanzas invisibles que aplican policías y guardias con escasa formación cívica y cultural, no me parece que sea difícil de asimilar, tampoco. Pero concedido: se pudo hacer mejor.
anónimo: coincido. No solo hay que opinar sobre lo visible (laudatoria o críticamente) sino también sobre lo invisible (donde ya lo laudatorio, más allá de los eslóganes, es escaso o nulo, y lo crítico, ay, todavía es muy poco). Estas ordenanzas son parte de esta necesaria crítica: a seguirla.
No me molesta ver cuarenta pelados dandose con almohadas, pero si ver sitios públicos convertidos en tierra de nadie (al ser de todos) donde cualquier persona hace lo que le da la 'regalada gana', en uso de su derecho de libre desarrollo de la personalidad.
Sin duda se puede exigir una revisión de las normas de uso de los espacios públicos que utiliza el Municipio. Probablemente se las pueda flexibilizar más. Pero recordemos cómo eran estos espacios antes de la regeneración. No te encontrabas en ellos precisamente con zanqueros o aniñaditos con almohadas.
Que pena que nos estén robando Guayaquil. No hablo de dinero ni de presupuesto, al contrario hablo de algo mucho mas importante que eso: nuestro diario vivir. Para conservar un supuesto orden basado en una moral subjetiva, no están atando de una manera progresiva que casi ni nos damos cuenta. Sin embargo tengo fe en que siempre hemos tendido a la desobediencia, y eso en algo contrarresta las imposiciones ejercidas por el estado local.
yitux, coincido contigo pero soy más bien pesimista -por vocación, no lo niego, pero también por reflexión.
creo que la desobediencia depende de las percepciones. ahí donde vemos que todo está mal no obedecemos. si nada funciona, pues. pero en cuanto tenemos la impresión de que sí está bien, de que qué bonito (aunque sea pura cosmética) nos encarrilamos y desobedecer ya no es tan atractivo. ése es el éxito de las sociedades primermundistas: la sensación de sociedad funcional previene el cuestionamiento siquiera, más aún la desobediencia. y obedecer para mantener una sociedad funcional hace sentido, sin duda, pero tiene un costo muy alto: la domesticación. y es más alto aún si además de domesticado eres de los perdedores del sistema, que de esos, al menos en eeuu hay muchísimos y cada día más.
eso, con las distancias evidentes, es lo que pasa en gquil con respecto a la administración municipal, me temo. la fachada malecón y zonas regeneradas nos han domesticado. a eso súmale el cuco de 'la larga noche bucaramista'. estamos inmovilizados -y voluntariamente, que es lo más turro. y encima de eso, embelesados por el reconocimiento internacional.
por eso, y no porque no coincida con tu apreciación de lo mucho que estamos perdiendo es que no comparto tu fe en nuestra desobediencia. guayaquil no es tan libérrima como la quieren pintar los mismos que apoyan o prefieren ignorar esas ataduras progresivas de las que hablas y que son evidentes. me temo que la opinión del doctor observador sigue siendo mayoritaria en esta ciudad.
eso dicho, sin embargo, saludo y aplaudo al 'analista', al x andrade, a rody kronfle, a josé maría león, y a todas las voces disidentes de la ya demasiado larga estadía socialxtiana en el municipio de gquil.
azul (o mejor dicho, celeste y blanca)
doctorobservador, puede pensarse y debatirse, de manera plural e incluyente, equilibrios en esta materia. Nadie quiere volver a la barbarie roldosista; pero es que es evidente que esa no es la única alternativa que tenemos si no tenemos la sinrazón de la represión actual, que nos impone un dudoso estándar moral sin autorización legal para hacerlo y que lo impone sin ningún tipo de educación previa (ni de quienes lo imponen ni de los ciudadanos que lo padecemos). Lo importante es debatir el tema, no tenerle miedo a la libertad e intervenir, la fuerza pública, sólo cuando el uso de esa libertad afecte, de verdad, a un tercero.
Yitux, suscribo la desobediencia civil, en nombre de la apropiación de los espacios públicos y de ejercicios libertarios (en el sentido del diccionario de esta palabra, no en el sentido papanatas del movimiento de morondanga aquel). Esas acciones, dirigidas a demostrarle a la autoridad la estupidez de sus restricciones y no dirigidas a afectar a terceros de manera directa, merecen discutirse y plantearse como una posibilidad, entre tantas, de reclamo y de apertura a un debate necesario.
Azul (celeste y blanco): acertado comentario, como es usual, incluso en la utilización maleva del término "libertad" que hacen las autoridades locales (lo que también sucede con aquel otro término tan cacareado, "autonomía"). Acertado en lo descriptivo porque no necesariamente suscribo tu pesimismo en torno a acciones concretas que incentiven el despertar de una conciencia ciudadana y de proponer un debate sobre la privatización de los espacios públicos. Como dijo ese celebérrimo filósofo mexicano, Alfonso Sayas, empuñando su mezcalito: "La lucha se hace". Y hay que decirla en la calle.
xavier, con mezcalito o con unas cervecitas de por medio ya es otra cosa...
un abrazo azul
Pos sí, azul: "beer is proof God loves us and wants us to be happy", dijo Franklin. Yo no sé si dios existe pero sí que estoy convencido que la cerveza contribuye a la felicidad. Y lo propio el mezcal, a la muy mexicana manera. Abrazos, salud y euforia.
Oye Xavier aprovechando la participacion de la gente en esta entrada en particular, no causa nauseas la tragicomedia del regimen de transición?
Los activistas de derechos humanos celebran unicamente la legalizacion de ciertos derechos morales, allí se quedan (la mayoría), esto se conoce como el fetichismo legalista. Lo ilustro: en el Ecuador no hay pobres, ¿por qué? Porque la constitución dice algo así como que la eliminación de la pobreza es objetivo principal del Estado; qué va, pura patraña.
¿Y qué con su aplicación? Este exceso de positivismo legal, no es más que un absurdo idealismo. ¿La autoproclamada Corte Constitucional materializará los tantos derechos?
¿Y qué con el concurso de oposición y mérito como mecanismo de participación ciudadana para elegir a las autoridades?
¿Hasta cuándo debemos esperar?
¿Qué con la masificación de la universidad mediante la gratuidad?
Todo es interpretación, la ley no es más que la voluntad del detentor del poder.
¿Cuándo se descriminalizarán los términos que "atentan" contra la majestad del presidente, como forma de ejercer la libertad de expresión?
Me parece que en tu agenda, dado el empeño y dedicación que le metiste a la nueva constitucion, debería estar como punto prioritario la exigibilidad de todos esos derechos, aun los inconsistentes e incompatibles con el liberalismo (político) como lo son los derechos colectivos.
Saludos.
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