... conmigo dejasteis de hacerlo

18 de mayo de 2009


La entrada Caridad que publiqué este 10 de mayo y que, entre otros temas, se refirió a la Madre Teresa de Calcuta provocó algunos comentarios interesantes, entre esos, el de Citrange (de quien tengo el alto concepto de que suele intervenir con genuino interés en el debate y con argumentos que sustentan su postura) quien, entre otras cosas, sostuvo que era probable que la MTC no haya conocido a las personas con quienes trabó amistad (diríase, entonces: su reino no era de este mundo) y que, en consecuencia, no se le podía atribuir a la MTC reproche.   Sin embargo, este intercambio epistolar entre la MTC y el Fiscal del Distrito que acusó a uno de sus grandes benefactores, Charles H. Keating, Jr. (“uno de los mayores estafadores de la historia financiera norteamericana”, como lo llamó Caparrós), desmiente en este caso concreto esa posibilidad.  El intercambio epistolar (cuya traducción me corresponde y les anticipo mis disculpas por cualquier error) se publicó en el capítulo II del libro The missionary position: Mother Teresa’s crimes against humanity de autoría de Christopher Hitchens, el que en esta entrevista, canta la plena: en el caso de la MTC “simplemente no se juzga su reputación por sus actos sino que, de invariable manera, sucede a la inversa y a sus actos se los juzga por su reputación”.  Que se le descorra, entonces, el velo: a continuación, la carta que le dirigió al juez Lance Ito la Madre Teresa de Calcuta:

“MISIONERAS DE LA CARIDAD

“En verdad os digo que cuando dejasteis de hacer con uno de estos más pequeños, también conmigo dejasteis de hacerlo”

Honorable Lance Ito
Corte Superior
Calle West Temple 210
Dept. 123, Piso 13ro.
Los Angeles, California, 90012

Apreciado Honorable Lance Ito:

Nosotros no nos mezclamos con negocios, política o tribunales.  Nuestro trabajo, como Misioneras de la Caridad, es ofrecerles un servicio libre y de todo corazón a los más pobres de entre los pobres.

No conozco nada sobre el trabajo, los negocios o los asuntos que del Sr. Charles Keating estén bajo su conocimiento.  Solo sé que él siempre ha sido cariñoso y generoso para los pobres de Dios y siempre ha estado pronto a ayudar cuando ha sido necesario.  Es por esta razón que no quiero olvidarlo mientras él y su familia sufren.  Jesús nos dijo, “En verdad os digo que cuando dejasteis de hacer con uno de estos más pequeños, TAMBIÉN CONMIGO DEJASTEIS DE HACERLO” (1).  El Sr. Keating hizo ambas cosas para ayudar a los pobres y esa es la razón por la que escribo en su beneficio.

Cuando alguien me solicita hablarle a un juez, yo siempre me expreso de la misma forma.  Yo les pido que recen, que miren dentro de sus corazones y que hagan lo que Jesús habría hecho en esa circunstancia.  Y esto es lo que le pido a usted, su señoría.

Mi gratitud a usted son mis oraciones por usted, por su trabajo, su familia y por la gente para la que usted trabaja.

Dios lo bendiga.

M. Teresa”.

Luego, la respuesta que el Fiscal Paul W. Turley le dirigió a la Madre Teresa de Calcuta:

“Apreciada Madre Teresa:

Soy el delegado del Fiscal del Distrito en el Condado de Los Ángeles y una de las personas que trabajó en la prosecución de su benefactor, Charles H. Keating, Jr.  Leí su carta al Juez Ito, escrita en beneficio del Sr. Keating, la que incluye su admisión de que usted no conoce nada sobre los negocios o sobre las imputaciones de delito que del Sr. Keating se le presentaron al Juez Ito.  Le escribo a usted para proveerle de una somera explicación de los delitos por los que se lo condenó al Sr. Keating, para que usted entienda el origen del dinero que el Sr. Keating le donó y para sugerirle a usted que realice el acto moral y ético de devolver el dinero a sus legítimos propietarios.

Al Sr. Keating se lo condenó por defraudar a 17 individuos en más de 900.000 dólares.  Estos 17 individuos representaban a 17.000 individuos a quienes el Sr. Keating les robó 252.000.000 dólares.  El específico acto de fraude que perpetró el Sr. Keating fue ser la fuente de una serie de representaciones fraudulentas hechas a personas que compraron bonos de su compañía y él también era el depositario de información crucial de la cual el escogía retenerla de sus compradores de bonos, con el consecuente engaño a sus víctimas en hacerles creer que realizaban una inversión segura y de bajo riesgo.  En realidad y de hecho, su dinero se lo utilizaba para sostener el exorbitante y extravagante estilo de vida del Sr. Keating.  Las víctimas del fraude del Sr. Keating provienen de un amplio espectro social.  Algunos eran ricos y bien educados.  La mayoría eran gente de modestos recursos y no familiarizados con las altas finanzas.  Uno era, en efecto, un pobre carpintero que no hablaba el idioma inglés y cuyos ahorros de su vida le fueron robados por el fraude del Sr. Keating.

La sentencia bíblica de su organización es “En verdad os digo que cuando dejasteis de hacer con uno de estos más pequeños, también conmigo dejasteis de hacerlo”.  El “más pequeño” de los hermanos está entre aquellos a quienes el Sr. Keating esquilmó sin inmutarse.  Como usted bien conoce, el perdón divino está al alcance de todos, pero al perdón debe precederlo la admisión del pecado.  No sólo el Sr. Keating no ha admitido sus pecados y sus delitos, sino que él persiste en su blindaje moral de culpar a otros de los daños que cometió.  Su experiencia ha sido, de manera admirable, con los pobres.  Mi experiencia ha sido con el conchudo y con el perpetrador del fraude.  No es inusual para el conchudo expresar generosidad con su familia y sus amigos y con la caridad.

Es probable que ellos crean que su generosidad les comprará amor, respeto y perdón.  Sin embargo, el tiempo en que la compra de indulgencias era un método aceptable de conseguir el perdón murió con la Reforma.  Ninguna iglesia, ni centro caritativo, ni organización debería permitirse a sí misma el que se la utilice como un remedio para la conciencia del criminal.  Todos agradecemos que el perdón esté al alcance de cualquiera, pero asimismo, todos también, debemos cumplir con nuestras obligaciones.  Esto último incluye al Juez y al Jurado.  Conservo en mi memoria la admonición bíblica del profeta Miqueas: “Se te ha declarado, hombre, lo que es bueno, lo que Yahveh de ti reclama: tan sólo practicar la equidad, amar la piedad y caminar humildemente con tu Dios”. (2)    

A nosotros se nos urge que amemos la piedad, pero nuestra obligación es hacer justicia.

Usted insta al Juez Ito a que mire dentro de su corazón –al momento de sentenciarlo a Charles Keating- y hacer lo que Jesús haría.  Yo la insto a que haga usted lo mismo.  Pregúntese usted, ¿qué haría Jesús si a él le fueran dadas las frutas de un crimen?, ¿qué haría Jesús si él entrara en posesión de dinero cuyo origen es el robo?; ¿que haría Jesús si alguien intentara aprovecharse de él para limpiar su conciencia?      

Pongo a consideración suya que Jesús devolvería, sin dudarlo y de manera inmediata, la propiedad robada a sus legítimos propietarios.  Usted debería hacer lo mismo.  A usted le ha sido entregado dinero que el Sr. Keating robó y por lo cual él ha recibido una condena por fraude.  ¡Devuélvale ese dinero a quienes lo trabajaron y lo merecen!

Si usted me contacta yo la pondría, a su vez, en directo contacto con los legítimos propietarios de ese dinero que actualmente está en su posesión.

Sinceramente,

Paul W. Turley”

La M. Teresa nunca le respondió a Turley.  En su libro, Hitchens ironiza: “los santos, tal parece, son inmunes a escuchar”.  Pero lo que no podrá alegarse, en beneficio de esta sordera de la MTC, es que no lo supo y que con varios "dejó de hacerlo".

11 comentarios:

xavier zavala egas dijo...

Pienso que el problema planteado es muy interesante en el campo de la axiología y filosofía. Realmente Jesús hubiera devuelto bienes dolosamente adquiridos que servían para paliar el dolor de los desposeídos ?.......tengo mis dudas. A lo mejor salía con que las cosas son de quien las necesita o...más las necesita y no de nadie en especial.

observador dijo...

Si me pusiera revolucionario por unos minutos podría pensar que el señor Keating era un “agente de redistribución de la riqueza”. Además podría pensar que puso en desigualdad de oportunidades a quienes tenían dinero suficiente para invertir, en favor de quienes no tienen ninguna oportunidad (los más pobres de entre los pobres). ¿Será acaso que el señor Keating quiso redimirse en algo por haber robado 252 millones de dólares entregando parte del botín a obras de caridad?

Parecería que el Fiscal asume que absolutamente todo el dinero generado por este señor fue producto del robo. O quién sabe, probablemente hicieron un arqueo de caja de todos los billetes entregados y encontraron que los números de serie y denominaciones de los billetes recibidos por la malévola hermana de la caridad AKA Madre Teresa correspondían exactamente a los del dinero entregado por los incautos que confiaron en él.

Me pregunto si cuando ella recibió las donaciones sabía el origen del dinero de este “generoso” hombre de negocios. En la carta ella se limita de decir que no conoce nada acerca de los negocios de este señor, pero afirma que ha sido generoso con los más pobres, además le pide al Juez que rece, mire dentro de su corazón y que piense en lo que Jesús habría hecho en este caso (jodido es). Si alguien me muestra una carta donde la MTC pide que le apliquen el máximo peso de la ley o una donde diga que espera que se pudra en la cárcel, me podría sorprender.

Ahora resulta que la MTC era mafiosa, el papa Juan Pablo II llegó al Vaticano en oscuras circunstancias, Papá Noel tiene un Sweatshop, Ghandi no se cambiaba el pañal y Jesús era Chavista. ¡Que se acabe el mundo ya por favor! …Que yo saco mi silla más cómoda para observar todo en primera fila acompañado de un buen porro y el disco que más me gusta.

Ksino dijo...

La compra de indulgencias es practica de cada dia en mi Guayaquil de hoy. Es que la hipocrecia y el poder y el catolicisno y la caridad se llevan tan bien. Como tambien se llevan aceptablemente el catolicismo y la solidaridad y la conciencia de las injusticias (Leonidas Proaño, José Gòmez). Hay curas y nonjas para todos los gustos. Bien por destapar a unos, pero no olvides a los otros.

Pocoyo dijo...

"A fanatic is one who can't change his mind and won't change the subject." Sir Winston Churchill

Pareces vieja filática, machacando el mismo tema 20 veces.

Citrange dijo...

Hola Xavier, Perdon por el extenso comentario, viene en dos partes ya que me pase del limite de 4096 caracteres.

Hola Xavier, gracias por la respuesta. Ciertamente la carta de la madre Teresa tenia como objeto tratar de “ayudar” a Keating ante el fiscal, en este punto no hay discusión, sino ni siquiera la hubiera escrito para empezar. Sin embargo, según mi interpretación el texto de la misma da soporte a mi hipótesis de la ignorancia de la madre Teresa sobre los negocios de Keating. Primero, ella misma se declara ignorante de los negocios de Keating y de lo que pueda conocer el fiscal. Segundo, nunca defiende a Keating diciendo que es falso todo aquello de lo que se lo acusa, solo resalta aquello que ella conoce de el. Finalmente, prudentemente, no pide absolución o condena, ni perdón ni nada, solo pide a los jueces “...que recen, que miren dentro de sus corazones y que hagan lo que Jesús habría hecho en esa circunstancia.” lo cual es un consejo “comodín” que nunca le cae mal a un creyente. Por este motivo, dentro de esta discusión, creo que la madre Teresa se “salva” de haber recibido las donaciones anteriores a esta carta, es decir, no encuentro mala intención o premeditación para hacer daño, al menos hasta ahora. Lo interesante a mi parecer es lo que pasa después de esta comunicación, siguió la madre Teresa recibiendo donaciones de Keating después del escándalo una vez que fue encontrado culpable? Incluso si lo hizo, si el ya estaba pagando (o pago?) su deuda con la sociedad en prisión o lo que sea que lo hayan condenado, que haya sido culpable de esto no implica que de el (o su familia) no se pueda recibir nada.

Concuerdo en que lo mas apropiado hubiese sido devolver el dinero, pero tal vez hayan existido situaciones que hayan hecho esto difícil o imposible. Por lo que se lee en la carta, parece que Keating no hizo solo una donación a la madre Teresa justo antes del escándalo, por lo que pensaría que seguramente la mayor parte de las donaciones recibidas ya se gastaron, probablemente en obras de la congregación (hospitales, comida, cama, vestido, nuevas misiones, etc), es decir difícil o completamente irrecuperable. Ademas, considerando que cuando se recibieron las donaciones no se conocía su origen, la falla moral/ética se atenúa. Como decía, es solo una hipótesis, pero solo quería ilustrar que la petición de devolver el dinero donado, es un poco irreal; claro, el fiscal podría seguir una causa para tratar de recuperar el dinero si la ley lo ampara, no se si lo hizo, si lo hubiese hecho, tal vez lo hubiera podido recuperar, pues no niego que la Iglesia si tiene dinero (y bastante).

...continua en el siguiente comentario

Citrange dijo...

...viene del comentario anterior

Sobre el silencio de la madre Teresa después de la respuesta del delegado del fiscal, creo que yo tampoco hubiera respondido a no ser que este obligado por ley a hacerlo, ya que la forma como se escribió se podría interpretar como una ofensa gratuita de parte del delegado. Como decía, la única petición clara que la madre Teresa hace en su carta es, como ya cite arriba, oración y reflexión, no creo que sea algo a lo que el fiscal se haya podido negar (a no ser que sea no creyente), ni siquiera pide clemencia como algunas paginas web manifiestan. En su carta, en ningún momento, tal como lo interpreto yo, la madre Teresa hace juicios de cuan “bueno” o “malo” es el juez si toma una u otra decisión, nuevamente, solo pide oración y reflexión. Sin embargo, el delegado si se convierte en juez moral al “sugerir” que la madre Teresa “realice el acto moral y ético de de devolver el dinero”. La carta del delegado empieza bien, poniendo al corriente a la madre Teresa de los delitos de su benefactor, pero después, a mi parecer se va por la tangente con una predica gratuita. Después compara la caridad de Keating con la compra de indulgencias, algo que no tiene relación al menos con la carta de la madre Teresa (la madre Teresa nunca dice que Keating es inocente y se declara ignorante del origen del dinero). Finalmente, el delegado asume que todo el dinero que Keating donó fue fruto de sus malos negocios, era todo en Keating sucio? No había ni un centavo legal? Como dije al inicio de este párrafo, la respuesta fue ofensiva por cualquiera sea el motivo. A mi parecer bastaba con informar a la madre Teresa de por que se lo acusa a Keating y decir “ok, orare y reflexionare” o simplemente, “gracias haré mi trabajo como siempre lo he hecho, responsablemente”, y si el fiscal cree que debe recuperar el dinero, como dije antes, que empiece un juicio contra la congregación y ya estaba.

Finalmente, como dije en mi comentario original, todos somos propensos al error, lo cual no nos absuelve de ellos, pero implica mayor comprensión, especialmente cuando se obra de “buena fe”. Esto ciertamente es un problema (“de buenas intenciones esta empedrado el camino al infierno”), pero son estos errores mas deseables que la inactividad?. No creo que la madre Teresa se haya dado la gran vida, al menos no lucia como si lo hubiera hecho, ni que se haya enriquecido ella o su familia si es que queda alguna. Si cometió una falla, este falla no anula lo bueno que haya podido hacer, y en proporciones, al menos, el balance (para mi) es mas positivo que negativo, al menos de lo que yo conozco de ella (incluyendo aquello que nos has ofrecido en tus entradas, lo cual es útil conocerlo, gracias!).

Saludos,

Citrange

MamaQuil dijo...

Bernard Madoff tambien hizo millonarias contribuciones a ONG's. A veces no es compra de indulgencia, sino solo forrarse de un falso velo de benevolencia, "para la vitrina", así la "sociedad" se refiera a esta gente como filántropos, gente bien, nah!

Preguntenle a estas ONG's si van a devolver el billete, ya... Y si el dinero se usó para buenas obras, para ayudar a la gente, pues no tienen por qué devolver nada.

Sigo defendiendo a la MTC. Si escribir una carta personal al juez tranquilizaría a la familia del estafador, y no le costaba nada, ella lo hacía (no creo q pensara q una carta de ella lo iba librar de la carcel), siempre demostrando amor al prójimo, y su misión aqui en la Tierra.

Me ha sorprendido ese título de Crimenes contra la humanidad de la Madre Ma. Teresa. Vayan a hurgar pecados de otra gente. Quieren derrumbar uno de los pocos simbolos de infinita bondad a punta de falacias? Pues no, lo rechazo totalmente.

Xavier dijo...

Citrange, sí, por esa razón no pude colgarlo en su formato extenso. Coincido contigo que de las palabras de la MTC se desprende lo que tú refieres. La pregunta es, ¿cuándo la MTC se entera de buena fuente que el dinero que recibió es dinero que proviene de un fraude, qué debería hacer de acuerdo con la ética cristiana? Tú sugieres que acaso lo deba devolver. Lo interesante es discutir por qué razones tendría que hacerlo. MTC podía argumentar, en efecto, que no sabía que el dinero venía de un acto ilícito (lo que, en apariencia, es cierto) y que ya se lo gastó en sus obras de caridad (lo que, en realidad, es probable). Pero a esos dichos podría replicarse que el hecho de que no lo haya sabido al momento de recibir el dinero no implica que no tendría obligación moral de devolverlo cuando se enteró que el origen del dinero había sido el fraude y que siempre podría hacerlo porque (aunque las cuentas de las Misioneras de la Caridad nunca han sido transparentes, lo que no parece un buen síntoma) existen reportes de que la fama mundial de la MTC le acarreaba a su organización una boyante situación económica, con la cual, es muy probable que la organización de la MTC podría cubrir la cantidad de dinero que recibió de Keating sin problemas. Supongo que el Fiscal Turley estaba impedido de iniciar una causa contra la organización de la MTC porque dicha organización opera en Calcuta, fuera de su jurisdicción (el Condado de los Ángeles) y de allí que haya apelado a un argumento moral similar al que la MTC apeló ante el Juez Ito.
Difiero un poco con tu interpretación de la carta de MTC. La carta de MTC tiene un propósito concreto: se escribe “en su beneficio” [del Sr. Keating] para pedirle al Juez Ito que haga “lo que Jesús habría hecho en esa circunstancia”. La carta es persuasiva y contiene un argumento moral de alguien de quien se reputa un comportamiento moral admirable (la MTC había ganado el Premio Nobel de la Paz unos años atrás, en 1979, y sus obras de caridad eran conocidas en el mundo entero). Lo que hace Turley en la réplica es formularle a la MTC un argumento moral similar la que ella formuló. Puede que algunos términos de la carta de Turley no sean políticamente correctos, pero no considero que pueda calificárselos de “ofensa gratuita”. Es probable que este argumento moral sea (por las razones que referí más arriba, aunque declaro desconocer la ley de California al efecto) el único camino que tenía el Fiscal Turley para intentar recuperar el dinero que Keating donó a la MTC. Por lo visto, Turley no resultó convincente. Habría preguntarse las razones por las cuales no lo fue y si esas razones tienen relación con un acto que puede entenderse reñido con la ética cristiana de parte de MTC.
La MTC pudo tener aciertos (más o menos aciertos, eso dependerá del punto de vista que se asuma y lo interesante para cada uno es justificarlo) más que errores. Lo que me interesa en el debate es que al momento de emitir un juicio al respecto tengamos todos los elementos (los buenos y los malos) para hacerlo. Porque lo que no creo que deba permitirse es que una persona merezca un apelativo (más todavía, si este apelativo evoca una alta idea de bondad) sin conocerse ciertos detalles que podrían persuadirnos de que merece, al menos, atenuárselo, o acaso, no tenerlo.
Saludos.

Xavier dijo...

xze, ese es, precisamente, el punto a discutir sobre este acto de MTC. Porque lo que sugieres es una línea argumentativa posible, pero también podría sugerirse una interpretación de “Dad al César lo que es del César y a Dios lo que es Dios” que la invite a la devolución del dinero. Hay mucho que decir a este respecto.
obs., para ser un “agente de distribución de riqueza” como tú sugieres tendría que, al menos, hacerlo muchísimo mejor que entregar menos del 1% (1.250.000 de 252.000.000) y quedarse con el resto para satisfacer su “exorbitante y extravagante estilo de vida”. Como Robin Hood, Keating es un pillo fracasado.
No sé cuánta era la fortuna de Keating, pero supongo que no sería difícil coincidir en que es improbable que si no habría obtenido esos 252.000.000 no habría entregado el 1.250.000; tampoco debería ser difícil coincidir en que no deja de ser relevante el hecho de que, si bien (según sus propias palabras) ella no conocía el origen del dinero, lo supo después con la carta de Turley y que pudo actuar en consecuencia a lo que en ella se sugería y, sin embargo, no lo hizo. El último párrafo de tu carta no merece mayor comentario, salvo que disfrutes la música y el porro.
Ksino, de acuerdo, de acuerdo.
Pocoyo, ¿fanatic? ¿vieja filática? ¿20 veces? Ummmm, escribir un post y ahondar en otro un punto de ese post anterior está muy, pero muy lejos de lo que tú sugieres. De veras.
PQ, el que otro estafador también done dinero a ONG’s no resuelve el caso a favor de la MTC, acaso lo complica para esas ONG’s. Si las ONG’s no devuelven el billete es probable que puede reputarse que obran mal, aunque cabría pensar si están esas ONG’s en el mismo caso que la MTC (por ejemplo, podría decirse que ellas no intervinieron a favor de Madoff en ningún proceso, que su política no es conocer a los donantes –si por un proceso judicial conocieran que los donantes pueden estar involucrados en ilícitos no le receptarían el dinero, lo que, por cierto, la MTC no puede predicar porque en varias ocasiones viajó en el avión privado de Keating-, que ellos no están sometidos a los altas estándares morales como los que sugiere el actuar de acuerdo con la ética cristiana en un caso como éste –precisamente lo que le sugirió el Fiscal Turley a MTC): muchas cosas para decir a este respecto.
Sobre la carta, solo insistiré (como se lo referí a Citrange) que la carta tenía un propósito concreto. Sobre el título que utiliza Hitchens, no tengo elementos de juicio para saber si es apropiado o no, no he tenido ocasión de leerlo entero (lo que me gustaría; solo he leído el capítulo 2 en el que narra la relación de la MTC con Keating, el que colgué en esta entrada). Sobre “derrumbar uno de los pocos símbolos de infinita bondad a punta de falacias”, diré que se trata de argumentar sobre los actos (su vinculación con tiranos y estafadores, su defensa de doctrinas ultraconservadores, su idea pro-sufrimiento) de una persona para probar si esa persona se merece el difundido calificativo que tú misma utilizas, de “infinita bondad”: porque lo que interesa, como dice Hitchens, no es que por su reputación se juzguen sus actos (transfiriéndoles de manera automática a todos y cada uno de ellos el atributo de “infinita bondad”) sino que por sus actos se juzgue su reputación, la que podría o no (yo tengo muchas dudas en este caso) ser la “infinita bondad”.
Saludos a todos.

observador dijo...

Xavier, no deja de ser interesante que alguien trate de bajar del altar a la Madre Teresa rebuscando en todas sus actividades pasadas algún pequeño o gran desliz. Pero si esto es todo lo que le han podido encontrar, creo que la viejecita queda con un enorme superávit karmático a su favor.

Digamos que el furioso fiscal y otros de los críticos de la MTC tenían la razón, y que la señora debió devolver el dinero recibido del señor Keating. En ese caso ella tenía dos alternativas:

1.- Pedir a los pobres que se beneficiaron de las donaciones que devuelvan la comida, medicinas, ropa, o cualquier otra cosa que hayan recibido de la misión. Como se trata de los más pobres entre los pobres, la tarea se dificulta enormemente. Aunque siempre está la posibilidad de hacerlos trabajar en alguna fábrica de zapatos deportivos para que generen ese millón y pico de dólares.
2.- Utilizar nuevas donaciones para cubrir la devolución del dinero recibido de parte de Keating. Esto cuando menos significaría malversación de fondos, ya que futuras donaciones no podrían ser utilizadas para cubrir “pérdidas negras” de la fundación.

Como es costumbre se me ocurre una a nueva alternativa a última hora. Que la MTC saque dinero de su cuenta clandestina en BBI para cubrir ese millón de dólares. Un ser tan atroz y despreciable como ella sin duda debió tener cuentas con saldos muy jugosos escondidas en paraísos fiscales.

Xavier, me parece que eres un tipo brillante, pero honestamente man, hay muchas otras personas que tienen de largo mucho más por lo que responder ante la sociedad, a la MTC le pusieron un billete que resultó ser de un tipo que luego fue acusado de fraude, ella dio de comer a gente muy pobre con ese dinero ¿Realmente crees que la podemos poner en el banquillo por eso?

Citrange dijo...

Xavier, es verdad, en general la ética y la mortal indican que lo correcto seria devolverlo, pero como lo indique antes puede haber circunstancias que hagan esto imposible, y dado que en el momento en que se recibieron las donaciones no se conocía el origen de las mismas, la carga moral se aminora (a mi juicio). Sobre la situación económica de la congregación, precisamente por lo poco transparentes de sus cuentas, podría ser una hipótesis igualmente valida decir que tenían una boyante situación económica como decir que no la tenían (a pesar de cualquier reporte que, por la misma falta de transparencia, estaría basado en conocimiento imperfecto). No obstante, me reafirmo en que si fuera necesario, se pudo haber seguido una acción legal en contra de la organización, que tiene representación en EEUU. No se nada de derecho, pero creo que tiene que haber alguna instancia (EEUU, India, binacional, tribunal internacional) a la cual recurrir cuando un extranjero causa perjuicio o se asocia para causar perjuicio al nacional de algún país (disculpa si aquí rebuzne muy alto, no se nada de derecho solo es que me parece irreal que esta instancia no exista).

Sobre la intención de la carta de MTC, de acuerdo en que la intención fue ayudar a Keating, pero sobre cuan persuasiva fue, al menos al fiscal no lo persuadió, tal vez a ti tampoco, y reitero que a diferencia de Turley, ella pide al fiscal que “haga lo que Jesus haría”, plantea un argumento moral como tu lo llamas, pero no le dice al juez qué es lo que Jesús haría. Turley, propone el mismo “argumento moral”, pero el da la respuesta. En otras palabras si el juez hace lo que MTC le pide, no importa cual fuere su decisión (condena o “clemencia”) el siempre podría decir que hizo lo que el creyó que “Jesús hubiera hecho”, sin embargo, para Turley, si MTC no devuelve el dinero obviamente no “hizo lo que Jesús hubiera hecho”, es decir, el “le da diciendo” a MTC que es lo que Jesús hubiera hecho, no plantea un argumento para consideración, lo impone como único valido. Sobre tu comentario de que “habría preguntarse las razones por las cuales (Turley) no lo fue (convincente)” (el énfasis es mío) si realmente quisiéramos saber la verdad habría que preguntarle a MTC o a su congregación porque Turley no fue convincente al punto de ni siquiera recibir respuesta. Es muy fácil juzgar a otros en función de nuestra moral individual, pero a veces ni siquiera respetamos el derecho del otro a explicar sus motivos. Por esto me pareció ofensiva la carta de Turley pues no respeta la posibilidad de que todo pueda tener una explicación sino que condena (moralmente) sin escuchar siquiera a la otra parte.

Sobre el interés de que al debatir se cuente con todos los elementos de juicio para emitir un comentario, estoy perfectamente de acuerdo, pero difícilmente creo que se los pueda contar a todos, casi siempre quedara algo que ignoremos, por tanto en casos como estos, mas que afirmaciones creo que únicamente podemos aspirar a hipótesis. Sobre que no deba permitirse que una persona merezca un u otro apelativo, como dije en mi comentario en la entrada original, esto muchas veces esta fuera del control de quien recibe el apelativo (sin embargo es quien usualmente paga los platos rotos). En lo personal, admiro de ella lo bueno que hizo, no creo que sea la “infinita bondad”, creo que ni siquiera a ella le hubiera agradado ese apelativo (para los católicos ese apelativo esta reservado solo para Dios), pero como mencione en la otra entrada, muchas veces lo bueno que sabemos de las personas nos motiva (por inspiración o afrenta) a sacar lo mejor de nosotros, resaltar los errores de otro puede que no sea malo ya que solo se esta presentando la verdad, pero es necesario hacerlo con la pasión, y mas importante en la forma, mostrada por Hitchens y Caparros? Que beneficio se puede sacar de ahí? Se pueden decir las mismas verdades con menos pasión y saña y seguramente serian mucho mejor recibidas.

Saludos