En De jardines ajenos, de Adolfo Bioy Casares, encontré este fragmento (Pág. 54): “Los inventores del turismo, el viaje sin otro fin que el placentero de conocer el mundo y su gente, son los ingleses. A principios del siglo XIX, en Italia, llamaban inglesi a todos los viajeros. Alguien cita una conversación entre empleados de un hotel de aquella época: ‘Estos inglesi deben de ser rusos o alemanes. No entiendo lo que hablan’”. Pasada su efervescencia, la palabra inglesi volvió a designar solamente a esos chacareros alemanes. Por (presunta) oposición, el itinerario de gringo, palabra que Rodrigo Borja sostiene en su Enciclopedia de la política (Tomo I, Pág. 682) que se originó “en el grito de combate: “green go”, que usaban las tropas norteamericanas (green), en la guerra contra México durante los turbulentos años 1846 y 1847” y que en su uso local (al menos el que yo he conocido) designaba en principio a los estadounidenses pero que, de un tiempo a esta parte, sirve para nombrar a toda persona de aspecto caucásico. Así, esas palabras corrieron suertes distintas: mientras inglesi volvió de lo general a lo particular, a gringo le sucedió viceversa. Un caso diferente, de tránsito de lo particular a lo particular, es el de gabacho, palabra que en principio servía para designar a los franceses pero que, en el caso concreto del México de hoy, se la utiliza para nombrar a la persona estadounidense, e incluso al propio país: el polisémico gabacho de los mexicanos es también nuestra Yoni. Tres itinerarios curiosos y distintos para designar al otro, al diferente.
Tres itinerarios distintos
8 de enero de 2010
Etiquetas: Adolfo Bioy Casares, Idioma español, Rodrigo Borja, Viajes
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
0 comentarios:
Publicar un comentario