Se siente la ausencia de los excesos, de esos que conducen a una sabiduría que al día de hoy parece que se trastoca en hechura de caja. El tránsito de conductor suicida a escribano beodo en país de Europa oriental tiene sabor a pérdida y a dólar, y sin embargo, resiste su (in)genio o, paráfrasis mediante, nos queda de quien se haya sumergido en aguas mansas pero tramposas, el bombín, por acá.
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