El alcalde Mauricio Rodas
está para caso de estudio: resulta más incompetente mientras más explicaciones se
anima a dar. Las razones que ofreció sobre el rol de su asesor Mauro Terán
fueron un desastre. En resumidas cuentas, el alcalde considera que
tener un asesor que no consta en la nómina de funcionarios públicos con el
propósito de realizar gestiones en razón de su “experticia política” (1) no solo que es una cosa que no
debería preocupar sino que incluso
resulta un “gesto de delicadeza a la ciudad” (2).
Habría que explicarle al
pobre Rodas que: a) los asuntos que
se relacionan con la “política” son parte del día a día de una administración
municipal, por ende, deberían ser resueltos por sus propios funcionarios y no
por personas ajenas a la administración; b)
trabajar para una institución del Estado, como lo hizo Mauro Terán, en el
manejo de “temas puntuales” de millones de dólares, sin constar en la nómina de
funcionarios municipales, no es una forma de contribuir al ahorro o de ser
“delicado”, sino de hacer las cosas opacas e intentar librar las
responsabilidades en el eventual caso de… bueno, de un caso como éste.
Así, Mauricio Rodas está
en una situación realmente incómoda, producto de su manifiesta incompetencia:
si se queda callado se hunde, y si habla, se hunde aún más. El alcalde Rodas
ha querido pasar de agache, como que no era con él. Su “estrategia” no le resultó.
Y Quito, mala la hora para
Rodas, no es tampoco una ciudad cualquiera: tiene la suficiente energía cívica
como para enfrentar a su alcalde y romperle la canguilera.
(1)
Pacheco, Mayra, ‘Explicación del alcalde Mauricio Rodas no desactivó lapolarización’, Diario El comercio, 20 de enero de 2017.
(2)
‘Rodas: “Ni yo ni el municipio pagábamos a M. Terán’, Últimas noticias, 17 de
enero de 2017.
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