He aquí una definición del
subdesarrollo:
“… cuando
las primeras noticias sobre la epidemia del sida surgieron en los años ochenta,
los habitantes de Nueva York y los de la ciudad de México tuvieron reacciones
completamente distintas ante esta catástrofe. Los neoyorquinos, pragmáticos
como siempre, optaron por el activismo político: formaron organizaciones como
ACT UP, dedicadas a presionar al gobierno y a las compañías farmacéuticas,
organizaron manifestaciones, tomaron las calles, crearon campañas de prevención
y lograron cambiar las leyes en materia de salubridad. La ciudad de México, en
cambio, no generó grupos de activistas ni marchas. Pero sí proliferaron las
acciones simbólicas contra la enfermedad, como el nacimiento de un nuevo
personaje en el mundo de la lucha libre: un nefasto luchador que se vestía
siempre de negro, se cubría la cara con una máscara de calavera y se hacía
llamar El Sida.”*
La eficacia de El Sida
para el combate del sida era escasa. Algo análogo sucede con esta noticia de
farándula que se publicó en la edición de ayer de diario Extra:
Diario Extra, edición del 6 de febrero del 2017, p. 23. |
Que Jazmín se ponga un
traje de baño cada vez que se le vuelva a inundar su casa en Los Samanes
demuestra toda la buena onda de la intérprete manabita (“al mal tiempo le
pondrá buena cara” se lee en el subtítulo), pero no sirve un carajo para
resolver el problema de fondo. Lo que sí serviría es reclamarle al Municipio y a
su concesionaria por las deficiencias en la prestación del servicio de
alcantarillado.
‘La Tumbadora’ sabe que la
inundación de su casa no fue por la culpa de sus vecinos (“los vecinos siempre
están alerta y cuidan que las alcantarillas estén limpias para que el agua
fluya”) y se manifiesta, entonces, confundida: “no comprende”, dice el anónimo
redactor de esta jocosa noticia, “por qué se da este tipo de situaciones”. Y no
es que no debería preocuparle: debido al aguacero del viernes 3 se le dañaron
muebles y electrodomésticos.
El tren de ideas de ‘La
Tumbadora’ debió ser: si mi casa se inunda y no fueron mis vecinos, entonces las
autoridades, que están obligadas a prestarme un servicio eficaz y de responder
por sus eventuales deficiencias, nos deben (a Jazmín y a sus vecinos) una
explicación. Lo propio de una comunidad en procura de su desarrollo sería
exigirle a las autoridades, entre todos los afectados y de una manera coordinada, un servicio de alcantarillado que realmente sirva. Organizarse
y exigir mejoras, como hicieron en Nueva York cuando apareció la epidemia del
sida. No ponerse un vestido de baño de azul.
Pero así es el
subdesarrollo, y por eso aplaude sus miserias.
* Gallo,
Rubén, ‘México D.F.: la ciudad y sus
delirios’, en: Rubén Gallo (comp.), ‘México
D.F.: Lecturas para paseantes’, Turner Publicaciones S.L., México D.F.,
2007 [Primera edición: 2005], p. 25.
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