Me han hecho notar en un
red social que diario El universo sí ha publicado una noticia sobre el desalojo
de las familias en Cerro Colorado, planificado para el día de hoy. Es la
siguiente:
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Si el diario El universo
se jacta (por su nonagésimo quinto aniversario) de respetar “a la fidelidad de los hechos, a la dignidad de las personas y a los derechos humanos” [sic], entonces no se entiende el porqué
esta nota es tan pobre de contenido. El respeto a todo aquello que diario El
universo dice respetar, implica necesariamente una redacción de las noticias comprometida
con los ciudadanos a quienes informa y, en particular, con los ciudadanos sobre
los que escribe (porque como diría Kapuscinski, un buen periodista intenta “comprender a los demás, sus intenciones, su fe, sus intereses, sus dificultades, sus tragedias”. Pero Kapuscinski, para el periodismo de Guayaquil, es hablar en
mandarín).
Porque nada de eso se
intenta en esta noticia. Como lector, uno apenas se informa de un problema
entre unas personas pobres y necias que viven sobre la vía pública y el
Municipio de Guayaquil, que impone su autoridad.
Los pobres involucrados ni
siquiera viven en un asentamiento propio, pues se los ubica en referencia a
otro sitio (son personas que viven “frente a Bastión Popular”, según el
titular). El Municipio “visita” a estos habitantes pobres y “con combos
tumbaron paredes que correspondían a cercas y el techado sobresalido”. Vale
anotarlo: ni una sola preocupación frente a la destrucción de viviendas
particulares hecha por una autoridad estatal, para un diario dizque
comprometido con “los derechos humanos”.
En la última línea de la
noticia, diario El universo presenta la justificación de los hechos, de boca de
la autoridad a cargo:
“Xavier Narváez,
director municipal de Justicia y Vigilancia, dijo que las familias ya han sido
notificadas del desalojo y que se niegan a ir al sitio que el Cabildo propone”.
No hay ninguna
preocupación del diario sobre el “sitio que el Cabildo propone”, ni de las
circunstancias de la notificación que le hicieron a quienes van a desalojar, ni
del proceso que dio lugar a esa notificación (si lo hubo). Para diario El
universo, estas cosas simplemente le suceden
a los pobres. Que se jodan.
Porque de los pobres, casi nada se sabe. En diario Expreso, se informó de una peculiaridad de las siete
familias afectadas: todas tienen un familiar discapacitado. Este hecho
no le ha impresionado a diario El Universo, pues se ha limitado a informar que “una de
las moradoras del sector”, de nombre Clara Macías, “clamaba […] que no la
desalojen” y que, por ello, “tuvo una crisis de salud”, por lo que su hija,
Karina Carrillo, “sacó un tanque de oxígeno de su vivienda y le suministró la
sustancia hasta calmarla”. Carrillo “contó” que las siete familias “esperan ser
reubicadas”.
En esta redacción no se puede
estar más lejos de intentar “comprender a los demás, sus intenciones, su fe, sus intereses, sus dificultades, sus tragedias”. Allí se cuentan cosas que
simplemente le suceden a los pobres,
esa gente necia de la que apenas se sabe que desea ser reubicada, pero que se
niega a ir al sitio que el Municipio les propone. Un sitio, por cierto, del que
nada se sabe.
Esta redacción, que parece
más de RR.PP. del Municipio de Guayaquil que de un periódico comprometido con “los
derechos humanos”, se confirma con la ausencia de seguimiento a esta noticia.
Hoy es martes 23, día del desalojo, pero ninguna noticia se ha publicado desde
esta noticia turra del viernes 19. Es como si la “angustia” (así está en el
titular, al menos) de aquellos a quienes se va a desalojar ya se hubiera disipado.
¿Presión municipal?
¿Piloto automático? ¡Quién sabe?
Pero lo que sí: esta forma
de “informar” no es ninguna novedad para la prensa turra de Guayaquil, siempre
situada tan lejos de Kapuscinski y tan cerca de la Alcaldía de su ciudad.
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