Mi solidaridad con Hugo
Idrovo, de quien no soy amigo pero a quien conozco de una grata conversación y
tengo por persona íntegra y comprometida. Creo que lo que la reacción de un
sector de la oposición ha expresado contra él en redes sociales confirma que lo
peor de una oposición es cuando es igual o peor que aquello que permanentemente
descalifica. Y lo mejor que puede hacerse, y lo que ha puesto en práctica una persona
sensata como Idrovo, es ignorarlas (1).
Intuyo que la razón por la
cual Idrovo no podrá nunca comulgar con la derecha es porque la conoce de cerca.
Porque fue un régimen de la derecha autoritaria, uno de criminalización y mano
dura, el que disolvió en 1986 a Promesas
Temporales, el grupo de Héctor Napolitano, Hugo Idrovo y Álex Alvear. Fue Napo el
que dijo la frase que es título de esta entrada.
La historia de cómo un
régimen autoritario pudo disolver el grupo de Napo, Idrovo y Alvear se
encuentra en este video de El Alternador,
conducido por Luis Rueda. Es un caso clásico de criminalización, que es una
práctica que la derecha autoritaria no abandona (2) y que incluye un secuestro, helicópteros, Pablo Milanés, una
lista negra y muchas razones para el miedo, pero “de verdad”, como enfatizó Napo.
Porque hoy puedes ignorar a los trolls,
pero en esa época, en nuestro período de derecha western, podías no vivir para contarlo (3).
(1) “Las infamias que se han dicho no merecen réplica”, Diario El telégrafo (entrevista a Hugo Idrovo), 21 de enero de 2016.
(2) “Para la Alcaldía de Guayaquil, criminalizar es innovar", Xavier Flores Aguirre, 21 de enero de 2016.
(3) La fuente del video es el canal de YouTube de El Alternador, v. El Alternador 12 [Promesas Temporales], ElAlternadorTV, 27 de noviembre de 2012. Para esta entrada, el video empieza en el min. 21:38 con la pregunta de Rueda sobre la disolución de Promesas Temporales. La historia de este episodio de derecha western cierra en el min. 27:48.
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