Guayaquil en el cerro Santa Ana: dos versiones

2 de julio de 2017


En el libro “Historia de Guayaquil”, una publicación escrita por Melvin Hoyos y pagada con recursos públicos para su distribución gratuita, el asentamiento definitivo de Guayaquil en el cerro Santa, acontecido el año 1547, simplemente sucedió. No hay ninguna explicación de las razones para escoger ese lugar, en vez de cualquier otro (1).

En su libro “La lucha de Guayaquil por el Estado de Quito”, el historiador guayaquileño Julio Estrada Ycaza explicó lo sucedido:

“Lo que interesa ahora es que Guayaquil huía de un grupo de vecinos quiteños cuando se pasó de la orilla oriental del Babahoyo [“la [costa] de Quito”] a la orilla occidental del Daule (“la costa que está a la parte de Puerto Viejo”), interponiendo así al río Guayas y sus afluentes, entre ella y Quito. Guayaquil fue a buscar protección temporal en un sitio denominado Yagual o Guayal, cuya ubicación se desconoce. Y luego creyó encontrar su salvación en la cima del cerro Santa Ana...” (2).

¿Y de quiénes huían estos primeros guayaquileños? Pues de un tal Pedro Puelles y su gente. La razón para perseguirlos era porque,

“… en abril de 1547, poco antes de pisar tierra ecuatoriana La Gasca, el capitán Francisco de Olmos se había proclamado por el Rey, y había asumido el mando de Santiago de Guayaquil, por la vía acostumbrada en aquella época: la fuerza. Y para evitar una larga discusión sobre derechos conculcados, Olmos hizo matar a Manuel de Estacio, su antecesor en el cargo, y un par de pizarristas más: Alonso de Gutiérrez y el capitán Marmolejo” (3).

Así, cuando Pedro Puelles, que era el Teniente de Gobernador y Capitán General de la villa de San Francisco de Quito, se enteró de estos hechos de sangre en los trópicos de su jurisdicción, juró “castigar a todos los vecinos y soldados que estaban en el pueblo de Guayaquil” (4). En previsión de la reacción de Quito, los primeros habitantes de Guayaquil, comandados por Olmos, trasladaron su ciudad a la orilla que les haría más difícil el acceso de los interioranos: pasó de la orilla oriental del Babahoyo a la orilla occidental del Daule.

Así, la elección de asentar a Guayaquil en el cerro Santa Ana se debió a una estrategia para la evasión de una posible matanza (5). Estos hechos estudiados por Estrada no se cuentan en la historia que escribió Hoyos, por una sencilla razón: Julio Estrada fue un historiador serio y riguroso, y Hoyos… es lo que hay.

Julio Estrada insertó en la “La lucha de Guayaquil por el Estado de Quito” la siguiente frase del romano Cicerón como epígrafe: “Historiador es el que no se atreve a decir una mentira ni ocultar una verdad”. Nadie, en el campo de la historia, está más lejano a esta sentencia ciceroniana que Melvin Hoyos. Él es apenas un hacedor de propaganda.


(1) Hoyos, Melvin & Efrén Avilés, ‘Historia de Guayaquil’, M. I. Municipalidad de Guayaquil, Guayaquil, 2008, p. 11. En este libro se refiere, con cita de otros autores, que “luego de un largo peregrinar, por junio de 1547 quedó establecida, definitivamente, en el lugar en el que hoy se encuentra”.
(2) Estrada Ycaza, Julio, ‘Lucha de Guayaquil por el Estado de Quito’, Archivo Histórico del Guayas, Guayaquil, 1984, p. 14.
(3) Ibíd., p. 13.
(4) Ibíd., p. 13.
(5) Esta amenaza nunca se ejecutó, pues Pedro Puelles fue asesinado apenas unos días después, el 29 de mayo de 1547. Muerto el perro, se acabó la rabia.

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