Cuenta García Márquez:
“Mi madre
nos contaba que éste llegó una noche a su casa, enloquecido por el alcohol, un
minuto después de que una gallina había plantado su cagarruta en la mesa del
comedor. Sin tiempo de limpiar el mantel inmaculado, la esposa alcanzó a
taparla con un plato para evitar que la viera el marido, y se apresuró a
distraerlo con la pregunta de rigor:
- ¿Qué quieres
comer?
El hombre
soltó un gruñido:
- Mierda.
La esposa
levantó entonces el plato y le dijo con su santa dulzura:
- Aquí la
tienes.
La
historia dice que el propio marido se convenció entonces de la santidad de la
esposa y se convirtió a la fe de Cristo” (1).
Persuadido por un argumento
de mierda. El origen común de la fe (2).
(1)
García Márquez, Gabriel, ‘Vivir para
contarla’, Editorial Norma S.A., Bogotá, 2002, pp. 162-163. (Versión en PDF).
(2)
Fe: “Creencia sin pruebas en lo que alguien nos dice sin fundamento sobre sobre cosas sin paralelo” (Ambrose Bierce, ‘El diccionario del diablo’. Es decir, para tenerla, es
menester comerse un “argumento de mierda”.
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