"Yo viví en el barrio Centenario y me fui"

24 de julio de 2017


Diario Expreso entrevistó al alcalde de Guayaquil por las fiestas de julio. En un momento de esta entrevista, el alcalde Jaime Nebot afirmó: “Yo viví en el barrio Centenario y me fui”. Esta afirmación lo condujo a una reflexión sobre el Barrio del Centenario:

“¿Pero el barrio está vacío o ahora vive otra gente? ¿O la única gente que importa es la que es como uno? La movilidad humana es el ‘leitmotiv’ de la gente. Cuando usted le dice a alguien pelucón, no se ofende. Pero pregúntele si quiere ser pobre: nadie quiere. Todos quieren ser ricos” (1).

Los otros días conversé con “don Carlos”, un antiguo residente del Barrio del Centenario (por más de 44 años) y quien se lamentaba de que “Jaime se haya ido del barrio”, porque ahora había quedado oscuro e inseguro. “Don Carlos” aseguraba que “Jaime” no es el único que ha abandonado este barrio; esa es la tónica general. La mayoría de los que él recuerda que vivían allí se han mudado (por lo general) a Samborondón, a las afueras de Guayaquil. El propio “Don Carlos”, a sus 82 años, está pensando en mudarse cerca de sus nietos. Esto es, mudarse también a Samborondón.

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La explicación de porqué se abandona el Barrio del Centenario la ofrece (inadvertidamente) el mismo alcalde Nebot. En la entrevista, el periodista Andersson Boscán le pregunta si esa “movilidad” se ha dado de manera organizada. La respuesta de Nebot es como sigue:

“Se da como la gente quiere. Veo arquitectos que dicen que hay que controlar el desarrollo acelerado. ¿Cómo? Hay que acelerar el desarrollo, eso hay que hacer” (2).

En esta frase del alcalde Nebot está cifrada su idea de desarrollo urbano, compuesta de una mentira y de un error.

1) La mentira: El desarrollo “se da como la gente quiere”. La Alcaldía de Nebot es una institución que ha cooptado la participación de los ciudadanos en la gestión pública (3). En la práctica, el desarrollo urbano de Guayaquil no se da como su “gente” quiere. Se da como la Alcaldía lo quiere, en función de intereses concretos de grupos inmobiliarios y de la construcción (4). 

2) El error: “Hay que acelerar el desarrollo”. El problema es el tipo de desarrollo urbano sin control que se pretende acelerar. El modelo de desarrollo impulsado durante la Alcaldía de Nebot ha sido desastroso. Y nos va a dejar la cagada (5).

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A Nebot probablemente ya no le importe lo que suceda con el Barrio del Centenario. Él cree que el barrio está bien y que ha habido “movilidad” para que haya ingresado al mismo gente que ya no es “como uno”. Pero quienes vivimos en el Barrio del Centenario sabemos que Nebot miente: el barrio se ha depauperado y en las noches se ha convertido en un lugar oscuro e inseguro, sin vida.

En un barrio con tanto potencial, esto es realmente imperdonable. El Barrio del Centenario podría potenciarse para ser como Barranco en Lima o Palermo en Buenos Aires… pero esa visión es una que nuestro Alcalde no tiene. Él piensa que todo está bien en el Barrio del Centenario y se marcha a vivir en una isla en los extramuros de la ciudad que administra. Dejó la cagada hecha y se fue.

Que es precisamente lo que hará con la ciudad, el año 2019.

(1) Andersson Boscán, 'Jaime Nebot: ‘El desarrollo no se controla, se acelera'', Diario Expreso, 23 de julio de 2017.
(2) Ibíd.
(3)Guayaquil, una ciudad sin ciudadanos’. En esta idea de la “gente como uno” se esconde la idea de desarrollo urbano del alcalde Nebot. La gente “como uno” se enclaustra en sus ciudadelas cerradas, mientras los barrios languidecen, v. ‘Guayaquil se desprende de la tradición de los barrios’.
(4) Algún día, cuando la “intelligentsia” guayaquileña se ponga a pensar de una manera crítica sobre la ciudad en que vive, toda esta trama de un cuarto de siglo de desarrollo urbano en el marco del “capitalismo de amigos” será ampliamente demostrada.

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