La Tri, vuelta en Guayaquil

28 de julio de 2017

Antier fuimos con mi bróder Curro al Capwell a ser espectadores de un partido de la selección nacional de fútbol. La última vez que recordábamos haber ido a un partido de la selección en Guayaquil fue cuando jugamos contra Perú en el Monumental por las eliminatorias a Francia ‘98, con resultado 4 a 1 (dos goles del ‘Tanque’ Hurtado, uno de Máximo Tenorio y otro de ‘Pepín’ Gavica). Eso fue el 24 de abril de 1996. Más de 20 años más tarde, nos fuimos a reencontrar con la Tricolor en suelo tropical.

El grave problema fue la sensación “River Park* que produjo la organización de este partido en el que jugó la Tricolor. La entrada al renovado estadio Capwell era un desastre: se la hizo tarde y mal, se reubicó a la gente a última hora, había espacios sobrevendidos. Finalmente, entramos y nos ubicamos en una esquina sobre la San Martín. Una vez adentro no acabó el asunto: todavía había que soportar a hordas de idiotas que creen que gritar “uh, uh, uh” o “negro bruto” es chistoso. Y una vez terminado el partido, se registraron varios robos en las inmediaciones del estadio.

Así, de esta visita al renovado Capwell ha quedado un regusto a desorganización, racismo y delincuencia. Tal como lo recuerdo, en 1996 estábamos mejor.

N.B.: Guayaquil sigue atascada en los noventa. Ese es el telón de fondo.

En todo caso, lo bueno es que ganó la selección nacional, 3 a 1, con un hermoso gol de Murillo al cierre del partido, que fue gritado en nuestro banderín del córner. Pero los de Trinidad y Tobago eran muy rústicos y por lo exhibido por los nuestros, clasificar al mundial sigue pareciendo una posibilidad remota. Medida en años luz. 

* Donde el tiempo no pasa.

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