En cuanto a contenido, son distintos; pero vistos en el contexto que los produjo, los casos de Aráuz y de Roldós son similares: un gobierno conservador y de derechas, que impide a un líder popular su participación en las elecciones (Assad Bucaram en 1978; Rafael Correa en 2021), por lo que este líder popular coloca a un desconocido como su lugarteniente en las elecciones…
Resta saber si el apoyo de Correa le bastará a Aráuz para en febrero triunfar alla Roldós. Pero creo que la derecha en el poder lo ha hecho tan mal, de forma tan egoísta y angurrienta, tan ya qué chucha, que este pueblo nostálgico recordará momentos en que anduvo mejor (esto es un duh! de sentido común). Y el candidato de Correa se beneficiará de ello, y la democracia no son las burbujas de Samborondón y Twitter. Es previsible el desconcierto de sus carecos cuando las cifras no cuadren con su obnubilación.
En el contexto, Aráuz replica el escenario que produjo el triunfo de Roldós: no me extrañaría, entonces, que repita sus resultados.
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